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Rancho Lumbí, internacionaliza montaderas chontaleñas

En Chontales y resto de Nicaragua, los criadores de toros compiten por ser dueños de los mejores astados

Montadores chontaleños

Montadores chontaleños portan la bandera Nicaragua, Formaban parte de la delegación llevada a Costa Rica por los hermanos Lumbí, interesados en internacionalizar su presencia fuera del país

Guillermo Rothschuh Villanueva

12 de noviembre 2023

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I

La noche anterior al 1 de mayo de 2015 —Día Internacional de los Trabajadores— a doña Emelia Flores García, se le metió entre ceja y ceja viajar al día siguiente a la finca, en compañía de sus hijos y demás familiares. Deseaba aprovechar que ese día nadie trabajaba para pasar un rato festivo. Estando en el lugar, a los jóvenes se les ocurrió montar terneros y toretes. Al evento se sumaron los vecinos de Piedra Pintada, Llano Grande y Cuisalá. La algarabía en el corral estuvo de lo más animada. Estoy seguro que desde un poco antes, ya les había surgido la idea de construir una barrera. Ni dudarlo. Un año después el primer paso estaba dado. Únicamente faltaba redondear la idea y poner manos a la obra, con el propósito que su más ambicioso proyecto tomara cuerpo.


Decididos a cristalizar sus sueños, los hermanos Lumbí, Iván y Byron, “Cunito”, iniciaron la construcción de un pequeño tambo de madera de 5 varas de ancho por 20 de largo, con la intención de ubicar a los visitantes. La primera inversión les llevó doce meses. Para septiembre de ese mismo año acordaron realizar una montadera gratis. Deseaban calibrar como les podría ir. Los lugareños muy animados comunicaron a sus amistades la celebración del evento. Eran sus principales propagandistas. En Juigalpa la noticia fue recibida con beneplácito. Con el inicio de su construcción una tercera barrera ubicada en el municipio de Comalapa se sumaba a las ya existentes. La Monumental Vicente Hurtado Morales, “Catarrán” y la Plaza Taurina, Isabel y Humberto Mongrío.

El 1 de mayo de 2016 acordaron continuar con estas actividades, programaron una festividad para ese día y otra para después de nochebuena. El 25 de diciembre decidieron cobrar por la entrada. La celebración fue a lo grande. Trajeron como invitada a la Banda RA de Matiguas. El camino hacia la institucionalización de esas fechas era evidente. Los entusiastas podían tomar nota de la celebración de dos montas anuales. Los toros de esa tarde provenían de tres ganaderías consagradas. La del boaqueño Ronald Arauz; la de los hermanos Estiven y Gladys Álvarez y de Nardo Miranda. Los tres últimos originarios de Comalapa. La calidad de los sementales indicaba que marchaban por buen camino. Única manera de atraer a un público acostumbrado a presenciar este tipo de espectáculos.

Centenares de personas asisten a las montaderas de toros en la barrera de los hermanos Lumbí.

Para 2018 los propietarios de Rancho Lumbí viajaron entusiasmados a Bagaces, Guanacaste, Costa Rica. Pensaron que era necesario internacionalizar a los montadores chontaleños. Una especie de vuelta de mano. A los “ticos” les gusta visitar las barreras nicaragüenses. En Expica no faltaban. Tampoco en la Monumental “Catarrán”. Para curtir a los nuestros, invitaron al encuentro a Gilbert Espinoza, “El Sureño”; Francisco Machado, “El Conejo”; Justo Narváez, “El Pollo de la Isla de Ometepe” y Ariel Miranda, “El Mata Gigantes”, de Santo Tomás. En la disputa por el primer lugar, por Nicaragua resultó campeón Ariel Miranda. El santotomasino impuso su categoría, poniendo una vez más en alto el nombre del departamento de Chontales.

En conjunto con el mexicano Javier Álvarez, propietario del rancho “El Brinco”, al año siguiente organizaron una actividad especial: “La ruleta de la muerte”. Un paso más en la ruta impuesta. Una espléndida tarde para dos nicaragüenses: “El Diablito de Muhan”, un joven que alcanzó fama a los quince años y Darwing Oporta, “Bigotes”, montador de condición impecable. Los locales se disputaron la presea con el “Fantasma”, el “Piojo” y el “Tiburón”, todos de nacionalidad mexicana. El mejor toro de esa tarde resultó “Guzerat”, proveniente de la ganadería de Levy Cruz y Marlon “Catracho”. Los hermanos Lumbí se esmeraban para que Chontales continuase ocupando el primer lugar, como representante de la tradición taurina más célebre de toda Nicaragua.  

“Cunito” recuerda entusiasmado que su meta más ambiciosa era competir en buena lid, con las demás barreras chontaleñas. Estaban convencidos que de nada servía crear un nuevo local, si ellos no eran capaces de ofrecer montaderas que hicieran historia. Tenían presente que la Monumental “Catarrán”, continuaba siendo sitio de consagración. Toros provenientes de las ganaderías más renombradas de Chontales y de otros departamentos del país, atraen a los montadores más sobresalientes como las flores silvestres a las abejas. Lugar venerado donde se aparecen con el ánimo de alcanzar reconocimiento nacional e internacional. El reto consistía en ofrecer algo digno de recordarse. La única opción era suscribir como norma ofrecer algo mejor o al menos similar. Por ese camino marchan.

II

Teniendo como objetivo convertir Rancho Lumbí en polo de atracción, quedaban obligados a introducir cambios. Se les ocurrió montar otro espectáculo, esta vez con el nombre de Premiando a las Estrellas. Al momento de concebir la jugadera, se tornaba imperativo invitar a montadores de renombre. Una aspiración que les enorgullece. Los chontaleños guardan admiración por los toros y montadores mexicanos. Siempre han tenido puesta la mirada hacia el país azteca. Una tradición que todavía persiste, hubo directivos y ganaderos que confundieron el camino. Durante largo rato llamaron “jaripeos” a nuestras montaderas. Duró tiempo para que los chontaleños se percatarán de su equivocación y rectificarán. En otros lugares del país siguen llamándose “jaripeos”

Durante tres años —2019, 2021 y 2022— celebraron “Premiando a las Estrellas”. Para convocar a los mejores montadores y ganaderos decidieron gratificar a los más audaces. La cantidad de plata establecida resultaba tentadora. Convinieron que la escogencia correría por cuenta de jueces internacionales. Ninguna persona vinculada con Rancho Lumbí podía formar parte del jurado. En un país quemado con leche la decisión echaba por tierra cualquier suspicacia. Montadores y ganaderos podrían competir sin temor a interferencias locales. La determinación surtió efecto. A la convocatoria se presentaron montadores y ganaderos de reconocida estirpe. Deseaban convertirse en legítimos ganadores del primer lugar. Nadie esperaba una premiación de semejante tamaño.  

Por primera vez en la historia de las montaderas chontaleñas se establecía la suma de mil dólares y una hebilla de plata forjada en México, para premiar al ganador del primer lugar. Para el segundo, trescientos dólares y para el tercero, doscientos. Los toros seleccionados provenían de toda Nicaragua. El primer año resultó premiado el toro de la ganadería “Los Centuriones”, de los hermanos Loáisiga. Al año siguiente, el premio lo obtuvo “El Chacarita”, de la ganadería de la familia Argueta. En la tercera, resultó premiado “El Chinamero”, de la ganadería “Los Primos”, de La Trinidad, Estelí. Rancho Lumbí se ha venido posesionando como un lugar donde se reconocen los méritos de los ganaderos y montadores más notables de Nicaragua. Una larga aspiración.

El anuncio de los premios corrió de boca en boca entre montadores provenientes de los cuatro puntos cardinales del país. Un estímulo que siempre habían deseado quienes se juegan la vida en cada lance. Para conseguirlo tenían que encajarse sobre toros previamente seleccionados. Una disputa a la que todos habían sido convocados. En 2019 resultó triunfador Erickson Moreno, “El Mani, de Estelí. En 2020 debido a la pandemia no hubo montaderas. En 2021 sobresalió Orling Mejía, “Colacho”, de San José de los Remates, Boaco. Durante la última premiación (2022), se alzó con el premio, Bismarck Sánchez, “Trompín”, originario de Villa Sandino, Chontales. Los hermanos Lumbí tienen pensado mantener estos reconocimientos. Una magnifica iniciativa.  

 

Las montaderas de toros en Rancho Lumbí se escenifican por la noche.

Para refrendar viejas costumbres, en una tarde montaron cuatro toros a la vez, con diferentes estilos de monta. A la usanza mexicana, costarricense y chontaleña. Una apuesta peligrosa. Los toreros llevaban la peor parte. Estas montaderas eran una práctica usual, en la barrera municipal de Juigalpa, durante los años sesenta y principios de los setenta. Los toros llevados al bramadero, una vez puesto el falso eran soltados de inmediato. Una temeridad. Ponían en riesgo la vida de las decenas de personas acostumbradas a meterse en la barrera. De pronto sentían la embestida. Más de alguno salió lesionado y enviado al hospital. Con la llegada de la manga estas montas desaparecieron. Con la ausencia del bramadero, perdimos parte de nuestra tradición.

Los propietarios de Rancho Lumbí se jactan de haber presentado toros provenientes de las ganaderías, Linda vista, de Julio Portocarrero, Hermanos Altamirano, de Mulukukú, Téllez-Ángulo, de Río Blanco, Hermanos Cadena, de Matiguas, Los Centuriones, de los hermanos Loáisiga, Lenin Álvarez, de El Coral, Piquín Gálvez, de El Almendro, Feliciano y Ronald Arauz, boaqueños; Rancho Lidia, de Avelino Martínez Rayo, Rancho Las Vegas, de los hermanos González, ganadería El Corozo, de Conchito González, Asociación Taurina de Camoapa, etc. Con la fama alcanzada por estas ganaderías, se sienten más que satisfechos. En Chontales y resto de Nicaragua, los criadores de toros compiten por ser dueños de los mejores astados.

Incurriría en una omisión si en este recuento dejase fuera el evento internacional que pactaron con “Circuito Santa Mónica”, del mexicano Juan Linares. Para la planificación de estas actividades se han esmerado por traer a Nicaragua montadores de renombre. Algo que desean conservar. Sienten orgullo de haber montado en una sola tarde, los quince mejores toros de Nicaragua. Orling Mejía, “Colacho”, de San José de los Remates, ratificó esa tarde la grandeza de los montadores boaqueños. En sociedad con la empresa ganadera “Cinco Estrellas”, presentaron otro evento prominente. Muy recordado. Para mantenerse en la cima los dueños de Rancho Lumbí deben mantener los ojos bien abiertos. ¿Qué sorpresa nos traerán el 25 de diciembre del 2023? ¡Está por verse!  

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Guillermo Rothschuh Villanueva

Guillermo Rothschuh Villanueva

Comunicólogo y escritor nicaragüense. Fue decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Centroamericana (UCA) de abril de 1991 a diciembre de 2006. Autor de crónicas y ensayos. Ha escrito y publicado más de cuarenta libros.

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