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Los 10 riesgos políticos de América Latina 2025

Inseguridad y crimen organizado, corrupción estructural, democracia sin resultados, crisis migratoria con deportaciones masivas, y más desinformación

Incautación de 9.8 toneladas de cocaína.

El narcotráfico -junto con la corrupción y la violencia que vienen asociada- son algunos de los problemas principales que enfrentará América Latina en 2025. EFE/Orlando Barría ARCHIVO

Daniel Zovatto

20 de enero 2025

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El Índice de Riesgo Político de América Latina cumple cinco años, consolidándose como una herramienta esencial para anticipar desafíos, mitigar riesgos y aprovechar oportunidades, brindando un apoyo estratégico invaluable a los tomadores de decisión en los sectores público y privado.

2025 se presenta como un periodo de creciente complejidad y turbulencia. Ian Bremmer, en su reciente informe “Top Risks 2025” de Eurasia Group, señala que vivimos en la era del “G-Cero”, marcada por la ausencia de potencias dispuestas a liderar o mantener el orden internacional.

Por su parte, varios analistas advierten un retroceso hacia una “ley de la selva”, donde los más fuertes imponen su poder, ignorando a los vulnerables que sufren las consecuencias. Este escenario refleja el desorden y fragmentación del sistema internacional actual, agravado ahora por el regreso de Trump que aumenta los riesgos y eleva la incertidumbre.

En América Latina, al “factor Trump” se le agregan variables de peso: la CEPAL proyecta un crecimiento mediocre del 2,4% promedio regional, inferior al promedio global de 3.2% que estima el FMI. La pobreza, pese a la reciente reducción, aún afecta al 27.3% de la población mientras la desigualdad y la informalidad se mantienen altas. En estas condiciones, es imposible que la región logre escapar de la triple trampa en la que se encuentra: bajo crecimiento, alta desigualdad y frágil institucionalidad y gobernanza.


Latinoamérica muestra un panorama democrático desigual, con democracias consolidadas, otras defectuosas o estancadas, y regímenes híbridos y autoritarios. En 2025, la democracia en la región continuará oscilando entre la resiliencia y el deterioro, enfrentando desafíos como bajo crecimiento, malestar social, debilidad institucional y gobernabilidad frágil.

Las amenazas a la democracia, la integridad de las elecciones, los derechos humanos y la libertad de expresión seguirán presentes, evidenciadas por la reciente usurpación de poder de Nicolás Maduro en Venezuela que, junto con los regímenes de Cuba y Nicaragua, forma un bloque autoritario. Haití, por su parte, profundiza su crisis como Estado fallido.

Pero estos no son los únicos casos que ameritan atención. La coyuntura política en varios otros países también enfrentará desafíos y amenazas que, de no ser abordados con éxito, podrían conllevar un deterioro o incluso un retroceso democrático.

A ello debemos agregar el inicio de un nuevo superciclo electoral, cuya agenda de este año, incluye cuatro elecciones presidenciales -Ecuador, Bolivia, Chile y Honduras- y las legislativas de medio periodo en Argentina, las cuales -dependiendo de sus resultados y tendencias- podrían iniciar el proceso de reconfiguración del mapa político regional en los próximos años.

Los 10 riesgos políticos para América Latina

Nuestro informe destaca cinco riesgos estructurales que siguen afectando a América Latina: inseguridad y crimen organizado, corrupción estructural, democracia sin resultados, una creciente crisis migratoria con deportaciones masivas y el aumento de la desinformación.

Estos desafíos internos se agravan por cinco riesgos marcados por la geopolítica: inflación persistente, cambio climático, proteccionismo comercial, irrelevancia regional y la escalada de conflictos bélicos, reflejando la interacción entre problemas locales y dinámicas globales que suman complejidad al panorama regional.

Por tercer año consecutivo, la inseguridad, el crimen organizado y el narcotráfico lideran el ranking de Riesgo Político América Latina, donde las organizaciones han evolucionado hacia estructuras transnacionales, integradas y profesionalizadas. Con solo el 8% de la población mundial, la región concentra un tercio de los homicidios, con un costo anual -según el BID- de 3.4% del PIB.

El segundo lugar lo ocupa la corrupción estructural, un riesgo que trasciende fronteras. Aunque algunos países han intentado avanzar en transparencia y buen gobierno, la mayoría continúa atrapada en un ciclo de corrupción e inestabilidad.

En tercer lugar destaca la nueva ola migratoria y las deportaciones masivas, que han escalado significativamente desde la quinta posición del año pasado. Este aumento se debe principalmente a la agudización de la crisis en varios países, así como al anuncio del presidente Trump de implementar un plan de deportaciones a gran escala.

El cuarto lugar lo ocupa la democracia sin delivery y el avance del autoritarismo, un riesgo persistente que se mantiene entre los cinco principales desafíos por cuarto año consecutivo. La incapacidad de los gobiernos para responder, de manera efectiva y oportuna, a las crecientes demandas ciudadanas, incrementa el malestar social, profundiza la desconfianza en las instituciones y los partidos, debilita el apoyo popular a la democracia, y eleva los niveles de insatisfacción.

En quinto lugar se ubican la desinformación y la polarización tóxica, síntomas del auge de movimientos políticos cada vez más radicalizados y de una creciente fragmentación social, así como del mal uso de las redes sociales, todo lo cual divide a las sociedades en bloques ideológicos profundamente irreconciliables.

Cinco riesgos globales para nuestra región

La parte inferior del ranking está dominada por factores geopolíticos:

Persistencia inflacionaria (6º lugar). Aunque desde mediados de 2024 los principales bancos centrales de economías avanzadas comenzaron a bajar las tasas de interés, las tensiones geopolíticas siguen imprimiendo volatilidad a los mercados globales, con un dólar que se fortalece, una situación fiscal en EE.UU. que aumenta las preocupaciones, y eventuales menores rebajas de tasas a futuro.

Agravamiento del cambio climático (7º lugar). Ningún país ni sector está fuera de este peligro. Además de su impacto negativo en la economía, el BID calificó a la región como una de las más vulnerables mientras el BM advierte que, para 2050, más de 140 millones de personas en la región podrían convertirse en migrantes climáticos, obligados a abandonar sus hogares en busca de refugio debido a la pérdida de sus medios de vida.

Auge del proteccionismo (8º lugar). El mal uso de la política comercial, la transición energética y la competencia tecnológica de las potencias, han configurado un entramado de medidas proteccionistas en la economía global no solo referida a aranceles, las cuales podrían agravarse con Trump.

Los dos últimos lugares están ocupados por el riesgo de irrelevancia regional, en la novena posición, y la escalada de conflictos bélicos, en el décimo lugar.

Resumiendo: 2025 es un año decisivo para determinar si la región sabe navegar con éxito renovado en un escenario global marcado por una geopolítica turbulenta y un alto nivel de incertidumbre, o si continuará atrapada en dinámicas de estancamiento económico, malestar social y polarización política.

  • Daniel Zovatto es Investigador senior CEIUC – Coeditor Riesgo Político. Jorge Sahd es director CEIUC – Coeditor Riesgo Político

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Daniel Zovatto

Daniel Zovatto

Investigador senior del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica de Chile. Es doctor en Derecho Internacional y Gobierno y Administración Pública. Máster en Gerencia Pública, Derechos Humanos, y Diplomacia. Es miembro del Consejo Asesor del programa para América Latina del Woodrow Wilson International Center for Scholars.

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