21 de diciembre 2024
Desde muy joven supe que quería trabajar en un medio como CONFIDENCIAL. De niña siempre estuvo presente en mi casa la voz y el rostro de Carlos Fernando Chamorro en sus programas televisivos, siempre comentando y entrevistando, analizando las noticias del día y la semana. Eran también los tiempos en que jugaba a presentar las noticias sentada en el comedor y leía ávidamente las páginas de La Prensa mientras almorzaba después de llegar del colegio.
Tras pasar por la universidad y acumular experiencia en mis primeros trabajos, terminé de forjar mi pasión por el periodismo y las ansias por adentrarme aún más en el oficio para ejercerlo desde el más alto sentido de la excelencia y la ética, y desde la vocación de servicio. Mi modelo a seguir, como el de muchos, era el periodismo de Carlos Fernando.
Nunca me imaginé que llegaría la oportunidad de trabajar con él en otro país, con una Nicaragua bajo dictadura y los medios independientes exiliados, censurados y criminalizados. Ello representó retos adicionales y únicos para los cuales no estábamos preparados, pero que asumimos con valentía, dignidad e ímpetu.
Desde la primera edición que presenté el programa Esta Noche, transmitido en nuestro canal de YouTube tras la censura de la televisión abierta en Nicaragua, me sentí honrada y comprometida con la cobertura de Nicaragua bajo uno de sus peores momentos en la historia. Hemos cubierto la radicalización del régimen Ortega-Murillo, denunciando sus abusos contra la población, su corrupción, el desmantelamiento de la democracia en Nicaragua para implantar una dictadura dinástica, hemos contado las historias de los nicas dentro y fuera de Nicaragua. Y además de brindarles las noticias, seguimos realizando investigaciones periodísticas, brindándoles entrevistas con fuentes autorizadas y creíbles, y analizando las noticias más relevantes de Centroamérica, Latinoamérica y el mundo. Y lo hicimos cada semana, de forma ininterrumpida y con la mejor calidad, a pesar de las limitaciones del exilio y gracias a la solidaridad de las audiencias, de colegas, de medios amigos.
Tras seis años intensos, retadores pero gratificantes, hoy me despido de CONFIDENCIAL. Ha sido un honor haber formado parte de este medio nicaragüense sinónimo de rigor y profesionalismo, sobre todo durante este tiempo en el que el periodismo ha sido indispensable para contar la historia de nuestro país en uno de sus episodios más críticos y dolorosos, dando espacio a las víctimas para denunciar, humanizando las realidades de los nicaragüenses, a quienes nos debemos y son la razón de nuestro trabajo.
Agradezco, además, por la extraordinaria acogida de Nicas Migrantes, el proyecto pionero que amplifica las voces de la población migrante nica en distintos destinos y seguirá haciéndolo de forma profunda y consistente. Fue una experiencia sumamente enriquecedora ser la editora de esa sección en la que hemos publicado historias que dieron un protagonismo respetuoso a los migrantes nicaragüenses en Costa Rica, Estados Unidos y otros destinos. Me llevo la satisfacción de haber puesto en la agenda pública trabajos con perspectivas inéditas, de enorme calidad, meticulosos, sensibles, y que lograron varios reconocimientos internacionales.
Quiero agradecerles, una vez más, por su respaldo, por consumir nuestro contenido en confidencial.digital, por confiar en nosotros, y por sus contribuciones económicas a través de nuestra membresía, reconociendo el valor de nuestro periodismo.
Les invito a continuar apoyando la invaluable labor de CONFIDENCIAL y de todos los medios nicaragüenses independientes en el exilio. Necesitamos que sigan informándose a través de fuentes creíbles y profesionales, que sigan compartiendo nuestro contenido con sus cercanos para combatir la desinformación, y que confíen en nosotros para entregar evidencia, testimonios, la información oculta que debe ser revelada.
El periodismo es y seguirá siendo la última reserva de la democracia, la trinchera de quienes creemos en la justicia, la libertad y la verdad para todos los nicaragüenses sin distingo de bandera, ideología o credo, de quienes tenemos esperanza de un futuro mejor.
Agradezco a cada uno de mis colegas nicaragüenses que han sufrido ataques, exilio, destierro, cárcel, despojo de su nacionalidad. A cada uno de ustedes quiero decirles: gracias por su compromiso y toda mi admiración por el aporte que han hecho a Nicaragua a pesar de lo que ha implicado en sus vidas. Son inspiración y fuente de aliento para la ciudadanía porque continúan haciendo su trabajo con ecuanimidad, valor y sentido de justicia. Gracias por compartir esa mística por lo que hacemos y por la genuina solidaridad que se vive en el gremio en medio de las dificultades.
Me voy satisfecha y con la certeza de que CONFIDENCIAL seguirá siendo el referente de periodismo de calidad, ese que merece tanto Nicaragua, de que contribuí a ello dando lo mejor de mí, y de que siempre será mi casa profesional.
Estos días han sido de mucha reflexión, pero, sobre todo, de mucha gratitud. Me llevo lo aprendido, lo aportado y tantos mensajes inesperados de cariño y de reconocimiento por parte de nuestra audiencia. Son recordatorios de que siempre, siempre, valdrá la pena hacer el mejor periodismo para la ciudadanía.