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El ciberespacio y la cibergeopolítica

Una nueva ciencia de la geopolítica del ciberespacio

cibergeopolítica

Crédito: maxstock | Freepik

Lilly Soto Vásquez

3 de noviembre 2023

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La cibergeopolítica ha sido concebida como una nueva ciencia derivada de la Geopolítica y en la actualidad se realizan artículos especializados para ir determinando con claridad su objeto, epistemología y metodología. Es una ciencia en formación y por ello, ha sido denominada de diferentes formas y modalidades. De tal manera, que para Belén Prado es la geopolítica del ciberespacio, para los autores, Antonio Fonfría y Néstor Duch -Brown es la geopolítica de la transformación digital y para el geopolítico ruso Leoned Savin simplemente es la cybergeopolítica.

Es evidente que el debate apenas comienza, se originó en el 2013 cuando Leoned Savin publicara su artículo, mismo que fuera reproducido por equilibrium global, donde expresa lo siguiente:


“El ciberespacio tiene una diferencia significativa respecto con la tierra, mar, aire y espacio cósmico, o sea, no es creado por la naturaleza sino es una construcción artificial que tiene componentes que pueden cambiarse con el tiempo. Sin embargo, todas las vías de comunicación, servidores y sitios industriales que están relacionados con Internet tienen una ubicación geográfica. En segundo lugar, ciberáreas tienen cierta identidad nacional en el sentido de las zonas de dominio, del control estatal y del lenguaje utilizado. En tercer lugar, el cyberespacio hace hincapié en la geografía física de una manera especial – con sensores de diferentes servicios, dispositivos de navegación, dispositivos técnicos y dispositivos móviles que incorporan un mapa interactivo con los flujos cruzados de la información, la tecnología y las personas.

El ciberespacio arregla y homogeniza el espacio físico de modo especial – con el uso de la tecnología GPS y otras herramientas, la globalización se mete en los rincones más recónditos del planeta”.

“¿Qué es la cibergeopolitica? Creo que tenemos que entender este neologismo en doble sentido:1) como la nueva disciplina científica que estudia lo que pasa con una interfaz hombre-máquina en el contexto de la política y la geografía, incluyendo, pero no imitándose, con la interacción interactiva de las redes sociales, el espacio virtual, la diplomacia web.2.0 y 2) como la actividad corriente que afecta e incluye los principios de relación retroactiva en los sectores sociales, políticos y militares, y donde el establecimiento y la propagación del poder, aunque sea en la forma más sofisticada, es el imperativo.”

Posteriormente en su obra Cibergeopolítica, organizaciones y el alma rusa refuerza lo planteado en su artículo seminal o iniciador sobre la definición y sus características

Más tarde, profundiza en el artículo Cibergeopolítica: cuestiones de ideología publicado en 2017, donde establece que en Occidente se observan dos grandes tendencias que denomina ciberliberalismo y el ciberrealismo y expone con claridad lo siguiente:

“En general, se podría decir que Occidente tiene dos corrientes ideológicas que, a su manera, interpretan el ciberespacio, su función y sus métodos de funcionamiento. Estos son el ciberliberalismo y el ciberrealismo.

Durante los últimos treinta años, ambas narrativas han coexistido en relaciones tensas, obteniendo aprobación en casos particulares como resultado de acontecimientos históricos como la Guerra del Golfo en 1991 o los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. Los desarrolladores web técnicos y sus colegas científicos son contándonos una historia neoliberal, mientras la comunidad global y los estrategas militares mantienen la posición del neorrealismo. Ambas versiones reconocen el ciberespacio como un nuevo tipo de territorio con desafíos y beneficios únicos para sus participantes. Sin embargo, dos áreas se diferencian en tres áreas principales:

 - En su comprensión de la estructura del agente y de cómo él (o ella) se refiere al ciberespacio;

- Analizar la probabilidad de acciones regulatorias en el ciberespacio;

- Comprender si se trata de un ciberespacio incontrolado o simplemente de un territorio no reclamado.

Además, ambas direcciones consideran el ciberespacio como un territorio de anarquía, pero interpretan el significado y el sentido de la anarquía de muchas maneras.”

Por otra parte, Miguel Angel Barrios en su trabajo Cibergeopolítica: un análisis estratégico desde nuestra América sostiene lo siguiente:

“En el sistema mundo del siglo XXI como ya lo sufrió la Argentina, y primeramente Venezuela en América del sur en la primera guerra híbrida de nuestro subcontinente, el ciberespacio aparece como la quinta dimensión de la geopolítica, es decir surge como una nueva rama de la geopolítica, la cibergeopolítica.

El ciberespacio es un nuevo mundo donde la tecnología informática necesaria para conectarse a internet es cada vez más barata y accesible. En décadas pasadas el desarrollo tecnológico solo permitía la conexión mediante computadoras, pero el desarrollo actual permite conectarse a internet desde múltiples dispositivos informáticos como ordenadores portátiles, tabletas, telefonías móviles o los últimos electrodomésticos, (el internet de las cosas). La desaparición de las distancias en el ciberespacio crea un desvanecimiento de las fronteras y este nuevo mundo es plenamente humano, puesto que su existencia depende de la tecnología desarrollada por los propios humanos. Si se quita el factor humano o se elimina la tecnología que los sustenta el ciberespacio quedará destruido.

La cibergeopolítica es básicamente la geopolítica que tiene lugar en el ciberespacio donde las condiciones como hemos visto son muy distintas en relación con la geografía real. Aquí nada de lo conocido es igual, ni la distancia ni los tiempos ni la frontera ni la identidad, todo cambia. Si dos países o gobiernos son rivales o enemigos, se verá reflejado en el ciberespacio y se pueden dar choques tan serios en el ciberespacio como en el mundo real”

Belén Prado, de la Universidad de Buenos Aires en su trabajoGeopolítica del ciberespacio: hacia el heartland cibernético,proporciona un marco teórico geopolítico para entender el ciberespacio en términos de relaciones de poder. Basado en la teoría del corazón de Halford John Mackinder, introduce el concepto de "corazón cibernético", y a través de la articulación del ciberespacio, la geografía y el poder, explica las estrategias actuales y la jerarquía de poder de los llamados "puntos de control".

Parafraseando a Mackinder, Belén afirma: Así podrá visualizarse la estrategia de la hegemonía de poder recontexualizada en los siguientes términos: “quien gobierne los flujos comunicacionales gobernará el heartland cibernético y quien gobierne el heartland cibernético controlará el mundo”.

Establece como puntos de control a las potencias y de esa manera se observa que el nuevo escenario mundial en un contexto de globalización y de traspaso de información más allá de las fronteras, tiene un núcleo concentrado de jerarquía de poderes y la lucha por el espacio e influencias de las unidades políticas.

Precisamente a través de la nueva cibergeografía que los Estados- Nación requieren de un nuevo trabajo sobre sus políticas en torno a la ciberdefensa y el rastreo de aquellas posibles amenazas o detección de posibles “zonas de influencia o hinterland” sobre las cuales ejercer control o trazar alianzas con alcance e interés político.

Por lo anterior es de sumo interés la soberanía tecnológica que ejercen los países centrales, como el rol que ocupa Estados Unidos en la geografía cibernética, ya que puede identificar los flujos de información dado que los routers atraviesan las ciudades más importantes de su país

Buzai ilumina el terreno de la discusión estableciendo que el ciberespacio posee centros y periferias y genera una nueva geografía y fronteras entre los Estados y pone de manifiesto las nuevas desigualdades del siglo XXI que muestran fronteras sedientas de cercanía virtual y con dependencia tecnológica.
 Lo anterior le da a las redes informáticas y las soberanías tecnológicas un estatus de “hegemonía mundial”, hecho por el cual la predominancia política y el planeamiento de Estados Unidos y Rusia siguen siendo profundas a lo largo y ancho del globo. Las unidades políticas por su parte se encuentran inmersas en una nueva dimensión de lucha y poder político.

El aporte de Sheldon al definir el ciberpoder es relevante en tanto sostiene que que los dominios clásicos generan efectos estratégicos en cada uno de los otros, pero el ciberpoder genera efectos en todos los espacios de forma absoluta y simultánea”.

Esta nueva dimensión del ciberespacio modifica los espacios culturales, y establece un nuevo orden en la estrategia de poder, en la que los Estados- Nación de los países centrales ejercen el planeamiento estratégico geopolítico a nivel internacional.

Corresponde a cada uno de los Estados y a los ciudadanos conocer los avances de esta ciencia en tanto somos ciudadanos globales.

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Lilly Soto Vásquez

Lilly Soto Vásquez

Periodista, docente e investigadora nicaragüense. Vive y trabaja en Guatemala. Es doctora en Administración y Políticas Públicas. Miembro de número de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua y correspondiente de la Academia de Guatemala.

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