28 de septiembre 2015
Internet se ha convertido en uno de los lugares más efectivos para conocer personas y el amor. Las estadísticas no mienten: 17% de las personas que se casaron en el 2014 y el 20% de las personas que tienen actualmente una relación seria han conocido a su pareja en línea. De hecho, es estadísticamente menos probable encontrar el amor de tu vida en un bar, mientras estudiás o trabajás que en Internet.
Sin planearlo, yo soy parte de las estadísticas. Conocí a mi marido en una formal reunión de trabajo. Si no fuera por las redes sociales, muy probablemente nunca más hubiéramos hablado. Pero él me agregó en Facebook y con la tranquilidad que da el anonimato de las interacciones virtuales empezamos a hablar. Y hablamos y hablamos... hasta que un día quedamos de vernos en persona. Y lo demás, es historia 🙂
Pero igual que en la vida real, hay que tomar precauciones para reducir las posibilidades de malos ratos. Algunas de las recomendaciones a seguir:
No buscar en cualquier lugar: Puedes buscar usando Facebook que te conecta con los amigos de tus amigos (así podés pedir referencias a tus amigos), a través de Badoo (que se ha vuelto una red social nicho para personas que quieren conocer personas nuevas) o Twitter, que te permite conectarte con personas de tus mismos intereses. Pero hay que tener cuidado con sitios menos conocidos y/o serios porque muchos son para obtener tus datos personales y estafarte.
NUNCA dar tus datos personales: para esto lo mejor es crear una dirección de correo o un perfil personal sólo para esto que no incluya tu apellido y con la que no se puedan tener acceso a tu dirección, teléfono de tu casa y por supuesto, nunca dar información sensible.
Si van a conocerse en persona, que sea en un lugar público, con mucha gente y durante el día.
Tené cuidado con los que te preguntan si tenés cámara y cortá comunicación con los que te presionan a hacer algo sexual ya sea por escrito, con una foto o sesión con webcam. Ahora bien, si decidís hacerlo, nunca mostrés la cara y asegurate de que se mantenga privado.
Recordá que la gente miente, especialmente en el anonimato de las relaciones virtuales. Los hombres mienten más acerca de su altura, edad e ingresos económicos y las mujeres acerca de su peso, figura y edad.
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