
5 de julio 2018
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El tiempo máximo del régimen de Ortega ya está determinado: marzo 2021. Queremos que se vaya ya. El tiempo mínimo depende de todos nosotros
Un manifestante camina en un trayecto de la Marcha de las Flores, el pasado 30 de junio, en Managua. Carlos Herrera | Confidencial
Así logramos que el régimen abriera la puerta a la llegada de la CIDH, cuyo reporte desnudó por completo la naturaleza brutal de la represión y sus autores materiales e intelectuales.
Así logramos que se aprobara una investigación internacional de los crímenes cometidos, a sabiendas que el orteguismo jamás se investigará a sí mismo.
Ese Grupo ya está aquí, integrado por personas capaces, de probada experiencia e integridad que como han dicho claramente tienen su compromiso principal con las víctimas.
El informe de la CIDH que fue posible por que miles de nicaragüenses acudimos a poner denuncias, ha sido crucial en el aislamiento internacional del régimen de Ortega.
Cada vez es menos fácil para el orteguismo seguir sembrando terror, asesinando nicaragüenses y capturando jóvenes.
Hemos logrado que cada día haya menos asesinados en todo el país. Y estamos golpeando las puertas de todas las cárceles para salvar la vida de chavalos y adultos secuestrados.
Queremos que esas bandas de paramilitares sean desarticuladas y desarmadas. Es nuestra aspiración. Y lo lograremos, sin duda. Y ese momento se está acercando.
a) El régimen de Ortega está completamente aislado a nivel internacional. El Consejo Permanente de la OEA se reunirá en los próximos días y Ortega tendrá que rendir cuentas por la implementación de las 15 recomendaciones de la CIDH y por la fecha de adelanto de las elecciones.b) El orteguismo está aislado en el país. No cuenta con nadie más que con un grupo de incondicionales a quienes ha comprometido en crímenes.
Ortega ya ni siquiera está acompañado por la militancia del FSLN que se le ha separado por los desmanes represivos y los abusos innombrables.
c) Todos los intentos de Ortega por involucrar al Ejército en la represión han fallado. La institución no ha participado de las acciones represivas, aunque hayan sido vistos militares vestidos de policías. Los nicaragüenses aún esperamos que participen del desarme de esas fuerzas armadas paramilitares. No lo han hecho, pero deberán hacerlo.
El orteguismo se ha limitado al terror, pero el terror no le hará ganar terreno, ni podrá derrotar al pueblo.
Lo dejaron claro en la sesión de la OEA. Habrá elecciones adelantadas y se realizarán, a más tardar, en marzo de 2019.
Es lo más que le queda de vida a este régimen. Y cada día que pasa se extingue.
El tiempo mínimo del régimen depende de todos nosotros.
De que sigamos movilizándonos con alegría y decisión en marchas y plantones, en tranques y barricadas, en vigilias, paros parciales y todo tipo de actividades.
Sigamos avanzando sin permitir que el régimen nos robe la esperanza y la voluntad de caminar unidos.
Todos queremos acciones cada vez más contundentes. Y nos parece que un paro nacional podría resolver y acortar el camino.
Un paro es deseable pues es una forma de protesta contundente y que permite participar a todas las personas en todo el país.
Y tenemos que prepararlo. No es tarea de los empresarios preparar un paro sino de todos nosotros.
Pero, el paro es una más de nuestras maneras de protesta, no es una solución mágica, es una protesta más y debemos usarla junto al resto.
Demostremos y recordemos al orteguismo que está derrotado.
Sigamos haciendo la protesta cívica en todas sus formas.
Sigamos aislando a Ortega a nivel nacional.
Sigamos aislando a Ortega a nivel internacional. Hagamos presión por una resolución de la OEA más contundente.
Sigamos respaldando el trabajo de la misión de la CIDH para contener la represión y del Grupo de Investigación para lograr la identificación de los criminales y que haya justicia.
Sigamos desenmascarando a Ortega en el diálogo.
Sigamos organizándonos mejor en cada departamento, en cada municipio, en cada barrio. Para la autodefensa, para la movilización.
Todas las acciones son decisivas. Todas nos asegurarán el triunfo.
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Excarcelada política nicaragüense. Fue desterrada y desnacionalizada por el régimen en Nicaragua. Ha sido comandante guerrillera, ministra de Salud, diputada del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), disidente del FSLN y fundadora del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), historiadora, feminista y luchadora social.
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