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Reinaldo Picado: “Costa Rica no debe prestarse al juego de la extradición de Daniel Ortega”

El exiliado nicaragüense en Costa Rica estuvo a punto de ser extraditado y narra el terror que vivió tras 31 meses de incertidumbre

Elmer Rivas

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El exiliado político nicaragüense, Reinaldo Picado, vivió 31 meses de incertidumbre en las cárceles costarricenses, sujeto a un proceso de extradición, requerido por el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua, del cual logró finalmente librarse.

Tras una prolongada batalla legal entre octubre de 2022 y mayo 2025, Picado denuncia, que estuvo a punto de ser entregado a las autoridades nicaragüenses de forma ilegal en octubre de 2023. “Nos llevaron a Peñas Blancas. Estábamos a escasos diez metros de la guardarraya. Había un oficial de la Policía de Nicaragua”, recuerda. Pero una llamada telefónica lo salvó ese día de ser extraditado.

El régimen de Nicaragua lo acusó de participar del asesinato de un policía y un civil en el municipio de El Castillo, en Río San Juan el 1 de octubre de 2022, y las autoridades costarricenses le negaron en varias ocasiones su solicitud de refugio, dejándolo en una situación de vulnerabilidad frente a la extradición.

Picado es un excombatiente de la contrarrevolución de los años ochenta, exconcejal del Partido Liberal Constitucionalista del municipio caribeño de Kukra Hill, y participante de las protestas sociales de 2018, en las barricadas del tranque la Presilla, Municipio de Muelle de los Bueyes, en la Costa Caribe Sur. Llegó a Costa Rica en agosto de 2018, tras la denominada “Operación Limpieza”, la cruzada represiva del régimen contra el paro ciudadano nicaragüense.

Solicitan en extradición a perseguidos políticos

Sin embargo, el viernes 23 de mayo de 2025, las autoridades de Costa Rica finalmente le otorgaron refugio por “nuevos hechos”, anulando así, cualquier posibilidad de extradición. “Al final se hace por una posibilidad de sometimiento a tortura, en caso de que llegue a espacios de cárcel nicaragüense”, dijo a CONFIDENCIAL, el abogado defensor de Picado, y ex subdirector de la Dirección de Migración y Extranjería, Daguer Hernández.

El precedente negativo que determinó el refugio de Picado, es la desaparición “forzada” de Douglas Gamaliel Pérez, el otro opositor nicaragüense que sí fue extraditado a Nicaragua en febrero de 2024, por presuntos delitos comunes.

“Nicaragua está utilizando los medios formales para requerir a personas que participaron en las marchas abril del 2018, y están siendo requeridos por delitos comunes”. Las autoridades costarricenses, deben “hacer la valoración de la situación política del país” antes de enviar a un ciudadano en extradición, valora Hernández, quien asegura que existen otros casos similares a los de Picado.

En entrevista con CONFIDENCIAL, Picado denuncia el proceso de extradición en su contra, la persecución política, y cuestiona la posición de las autoridades costarricenses frente a los requerimientos de una dictadura sin credibilidad.

Le acaban de aprobar refugio en Costa Rica. ¿Por qué no se lo aprobaron desde un principio? ¿Qué razones le dieron?

La primera vez me lo negaron en 2019, supuestamente no llenaba los requisitos, a pesar que yo había presentado una copia de mi credencial de concejal donde decía que era opositor. Después apelé a esa negativa y me lo volvieron a negar. En 2021 apliqué a la categoría especial de Protección Complementaria, y ese mismo día me dieron una resolución de denegación donde decía que tres días atrás yo había tenido un juicio. No decía dónde, ni a qué hora, ni por qué era el juicio. Y que había salido culpable y que me encontraba cumpliendo la pena, como que si estuviera preso. En tres días apelé y el caso lo elevaron al Tribunal Administrativo. Y el Tribunal Administrativo hasta la fecha que fui detenido, no habían resuelto.

¿Cuál fue su participación en las protestas de 2018? ¿Porque el régimen nicaragüense lo persigue?

Mi participación en la oposición no viene del 2018. Desde 1986 estuve en la Resistencia Nicaragüense, hasta los años noventa, que se dio la desmovilización. Y de 1998 hasta el 2018, los pasé formando parte del PLC. Siempre estuve en la oposición. Pero a raíz de que se dieron las huelgas el 18 de abril (de 2018), empezó la represión contra mi persona por parte de la Policía, llamadas amenazantes.

Como habían tantas amenazas, decidí irme de mi casa y formar parte de las huelgas también. Y me ingresé en el tranque que estaba en la Presilla (en el municipio Muelle de los Bueyes).

¿En su exilio en Costa Rica participaba en espacios cívicos y de organización política?

Yo salí herido de los tranques y yo vine herido aquí. Tuve mis dificultades. Pasé casi dos años sin poder trabajar. Por eso empecé a trabajar hasta finales del 2020. Y sí, desde que llegamos acá traté de buscar a otros retirados de la Resistencia y empezamos a tratar de organizarnos como una organización de oposición en Costa Rica.

Nicaragua lo acusó de participar en el asesinato de un policía y un civil en el municipio de El Castillo, en Río San Juan, en octubre de 2022. ¿Cuál es su respuesta a esas acusaciones?

Me han acusado de un montón de cosas. El papel aguanta lo que usted le quiera poner. En la acusación que presentaron ante la Interpol, se me acusa de robo en todas las modalidades, secuestro, extorsión, abigeato, crimen organizado, tráfico, asesinato y fabricación de armas restringidas.

Llegaron al extremo de decir que yo tenía una fábrica de armas de guerra. Siempre le dije a los jueces, pregúntenle a Ortega a dónde tengo esa fábrica de armas. Robo en todas las modalidades, pero no dice a quién, ni cuándo ni dónde. En el secuestro, no dice a quién, ni cuándo, ni dónde. Extorsiones de la misma forma. No necesariamente de eso que me está hablando del Río San Juan.

Es más, en el informe policial de Nicaragua dice que yo estaba delinquiendo de manera permanente y consecutiva en la zona de Bluefields, Zelaya Central, La Guinea y Río San Juan, de carácter permanente desde 2020 hasta la fecha que fui detenido. Yo le mostré a Costa Rica y a la Corte Interamericana, día a día donde yo estuve en Costa Rica, honradamente trabajando.

¿Hubo algún momento en el que intentaron extraditarlo? ¿Hay irregularidades en su caso?

Sí. El 12 de octubre del 2023, 8:30 de la noche llegaron unos oficiales a decirnos que íbamos en libertad. Le dije que era mentira, porque yo hablé con mi abogado en la tarde y él no sabía nada. Dichosamente ahí adentro había un celular y yo logré avisar a mi familia en ese momento que nos estaban llevando de manera irregular y con rumbo desconocido.

Nos llevaron a las celdas de Goicochea esa noche. Mi abogado empezó a recorrer San José de todas las delegaciones del OIJ (Organismo de Investigación Judicial) y nadie le dio razón. Entonces puso un Habeas Corpus esa misma noche, acusando al OIJ de secuestro. Porque si hubiéramos ido en libertad no tenían por qué llevarnos, y si hubiéramos ido extraditados, la competencia era de Migración, no del OIJ.

A las 03:30 a.m. (13 octubre) nos levantaron y nos llevaron hasta Peñas Blanca. A las 9:30 o 10:00 a.m., se detuvieron en la frontera. Me asomé y vi que estábamos a escasos diez metros de la guardarraya. Logré ver venir a un oficial de inteligencia de la Policía de Nicaragua.

¿Qué va a pasar con nosotros? La verdad es que van extraditados, pero estamos esperando que venga un juez, porque aquí se les va a hacer una audiencia para entregarlo de manera legal. Pero en eso de pronto cerraron las puertas y arrancaron de nuevo con rumbo desconocido. Luego nos bajan. Dice: aquí están en Liberia, vamos de regreso. ¿A quién llamaste? Yo no llamé a nadie, le digo. Ustedes me dieron chance de llamar. Nos ordenaron que volviéramos de inmediato. Vamos de regreso para el Virilla (la cárcel).

Poco tiempo después fue extraditado Douglas Gamaliel. ¿Qué sabe sobre su extradición? ¿Fue irregular?

No tengo certeza, pero puedo decir que fue violatorio de sus derechos, porque él de igual forma era solicitante de refugio. Él tenía su cita vigente cuando fue detenido. A raíz que nos detuvieron, llegaron al penal a hacer la entrevista de elegibilidad y de una vez resolvieron negarle el refugio.

Pero la Constitución Política de Costa Rica es clara en el artículo 31, que si una persona es perseguida política no puede ser devuelta a su país de origen. Y de acuerdo con los acuerdos que hay con la ONU y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, cualquier persona que haya solicitado refugio, aunque se lo hayan negado, no pueden devolverlo a su país de origen.

¿Cuál era su relación con Douglas Gamaliel?

Teníamos cierto grado de amistad. Yo conocí a sus hermanos en la guerra. Los hermanos de él y el papá de él habían estado en la guerra con nosotros.

¿Tienen información sobre la situación o el estado de Douglas Gamaliel en Nicaragua?

Cuando salieron los 135 que desterraron a Guatemala, uno de ellos dice que él (Douglas) estaba a la par de dos. En ocasiones llegaba la Policía, lo vestían porque lo tenían desnudo, descalzo y durmiendo en el piso y encadenado de pies y manos, pero que de repente llegaban, le quitaban las cadenas, lo vestían, le ponían zapatos, metían una colchoneta, le tomaban fotos y después que le tomaba foto le volvían a quitar la ropa, la colchoneta, y lo volvían a encadenar. La familia ha hecho intentos de verlo, pero no han permitido que lo vean.

El régimen de Nicaragua tiene una abierta persecución política transnacional. ¿Tiene temor por su seguridad?

De hecho, aquí este país está un poco inseguro, pero yo nunca he tenido miedo. Desde los 13 años estuve en la Resistencia (contrarrevolucionaria) y el miedo se me quitó desde aquel entonces. Yo no le tengo miedo a la dictadura. Quisieran verme muerto porque para ellos ha sido una vergüenza, han mostrado debilidad al no poder llevarme. Ellos viven con miedo. Tienen miedo a su misma gente. Nuestra lucha es justa y nunca hemos hecho o cometido un acto ilícito o un acto del cual tengamos que avergonzarnos jamás.

¿Qué le dice a las autoridades costarricenses o de cualquier otro país, en el que el régimen quiera requerir o solicitar en extradición a personas perseguidas políticas?

Tienen que tomar en cuenta que lo que hay en Nicaragua es una dictadura, y un país demócrata como Costa Rica no debe prestarse al juego de Ortega. ¿Por qué tiene que estar acatando el requerimientos de Ortega? Yo admiro al (ex) presidente Carlos Alvarado. Cuando él estuvo y Ortega le pidió que le pasara los nombres de todos los que habían venido a pedir refugio; Alvarado dijo inmediatamente que no tenía por qué pasarle ninguna información de nada. Así de claro. Pero ahora el presidente (Rodrigo) Chaves, mi respeto para él, pero creo que en eso ha fallado, de estarle prestando atención a Ortega.

¿Cómo fueron estos 31 meses en la cárcel costarricense?

Hay que echar un vistazo a las cárceles de Costa Rica, porque lo que se vive dentro de las cárceles no es la imagen que se ven de afuera. Pasé momentos bien difíciles. Desde los 31 meses y cinco días que estuve preso, nunca vi a ninguna persona representante de derechos humanos viendo en qué condiciones viven los presos costarricenses o los presos en las celdas de Costa Rica.

Hay sobrepoblación de personas. Las camas son de doble piso y debajo de la cama también alguien duerme. Duermen en los pasillos de los baños, y las ratas por todos lados. Después llueve, las alcantarillas se aterran y se viene toda el agua para adentro, y uno se moja todo el tiempo. Y los que duermen el piso tienen que levantarse con sus colchones al hombro para esperar que aquello baje y se pueda limpiar y volverse a acomodar. Todas esas condiciones se viven en esencia ahí.

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Elmer Rivas

Elmer Rivas

Periodista y productor general de los programas Esta Semana, Esta Noche y Confidencial Radio, dirigidos por Carlos F. Chamorro. Exiliado en Costa Rica desde junio de 2021.

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