
28 de noviembre 2017
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Temen que se sequen –o peor aún, que se contaminen– sus fuentes de agua y adoptan un decálogo ambiental para su protección
Vecinos de varios municipios chontaleños discutieron en Santo Domingo, las amenazas al medio ambiente, producto de la actividad minera. Iván Olivares / Confidencial
Representantes de organizaciones defensoras del medio ambiente, de varios municipios chontaleños, adoptaron un “Decálogo Ambiental del Agua y la Vida”, en el que se enumeran acciones para proteger los recursos naturales, especialmente dentro del contexto del cambio climático.
Los ciudadanos reunidos en el municipio de Santo Domingo, Chontales, este sábado reciente, centraron sus esfuerzos en la protección de la cubierta vegetal de sus montañas –y de las montañas mismas– como fuente para producir agua.
La calidad de esas aguas es otro de los problemas que más expresiones de preocupación generó entre los asistentes a la cita, convocada por la Plataforma Nacional por la Defensa del Agua y de la Vida.
Ricardo Palma, miembro departamental de la Plataforma, recordó que hay grandes extensiones de territorio entregadas en concesión a empresas mineras, lo que incluye el río Mayales, que desemboca en el Lago Cocibolca, de donde toma agua la ciudad de Juigalpa, por lo que “contaminar el Mayales, puede perjudicar a los juigalpinos”, advirtió.
Como Palma, las personas reunidas en esta zona minera del departamento de Chontales temen que la extracción de oro, plata, y otros minerales, termine envenenando las aguas, siendo que la industria requiere usar mercurio o cianuro para separar el oro del resto de materiales.
Cualquiera de esas dos sustancias es altamente tóxica.
Una fuente del sector minero dijo a Confidencial que “nosotros (la industria) no usamos mercurio en nuestros procesos. Son los mineros artesanales quienes la usan”.
Aunque la lucha de estos ciudadanos no ha dado mayor fruto –porque alegan que las autoridades edilicias y ministeriales están del lado de las mineras– Ruth Selma Herrera, coordinadora de la Plataforma Nacional, recordó que la Ley mandata “priorizar el consumo humano”, cuando de uso del agua se trata.
“No pueden decir ‘es que los cañeros la necesitan’, o ‘vamos a dársela a las minas’; la Ley contempla la obligación de satisfacer primero las necesidades de la gente, y hasta después, atender las necesidades de cualquier cultivo o industria”, señaló.
Además de la necesidad del dinero que aporta el sector, el temor también que frena las posibilidades de encontrar una solución al problema de estas comunidades, siendo que la minería genera ingresos para las municipalidades, empleo para miles de personas, y dinamiza la economía, en especial, para las actividades de transporte, comercio y construcción, entre otras.
Ello explicaría que las autoridades actúen de manera centralizada al otorgar concesiones “sin consultarnos a nosotros, los afectados”, pero también, que “no oigan nuestras quejas y reclamos”.
[destacado titulo="Diez leyes para cuidar el ambiente, el agua y la vida"]
Al proponer el Decálogo Ambiental del Agua y la Vida, Ruth Selma Herrera explicó que el texto del mismo –de seis páginas de extensión– había sido discutido y aprobado luego de presentarlo a consideración de casi 11,000 personas, tanto de manera presencial como en línea.
Explicó que todas las ‘leyes’ (indicaciones, guías de acción) que propone, están sustentadas en el cuerpo legal de la nación. “Este Decálogo tiene fundamento jurídico. Ya todo está en la Ley”, aseguró, acotando que mucho de ello simplemente no se cumple.
El Decálogo Ambiental del Agua y la Vida incluye:
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Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Durante más de veinte años se ha desempeñado en CONFIDENCIAL como periodista de Economía. Antes trabajó en el semanario La Crónica, el diario La Prensa y El Nuevo Diario. Además, ha publicado en el Diario de Hoy, de El Salvador. Ha ganado en dos ocasiones el Premio a la Excelencia en Periodismo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en Nicaragua.
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