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Organizan retorno de los nicaragüenses varados en Panamá

Autoridades migratorias panameñas indican que quienes deseen regresar a Nicaragua deben notificar previamente al consulado de este país

Autoridades migratorias panameñas indican que quienes deseen regresar a Nicaragua deben notificar previamente al consulado de este país

Carlos Morales Zapata

8 de febrero 2021

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El grupo de 129 nicaragüenses que se encuentran varados desde hace un mes en la frontera de Paso Canoas, entre Panamá y Costa Rica, podrá regresar al país a partir del próximo martes debido a que las autoridades migratorias de Panamá, Costa Rica y Nicaragua suscribieron un acuerdo que entre otras cosas– establece que los viajes se realizarán de forma ordenada y únicamente los días martes y jueves. 

La información divulgada por el Servicio Nacional de Migración de Panamá dice que "en una reunión tripartita" establecieron que solo se permitirá la salida por Paso Canoas en grupos "de hasta 200 personas a la vez", por tal motivo solo podrán pasar aquellos nicaragüenses que se encuentren en el listado aprobado en el consulado de Nicaragua en Panamá.


"Los nicaragüenses que desean regresar a su país deben notificarlo previamente a su consulado, ya que deben ser registrados con antelación, para que aparezcan en el listado que reciben las autoridades migratorias de Panamá y Costa Rica al momento de su paso por la frontera", explicaron las autoridades migratorias panameñas.

Además, quienes se acojan a la medida deben contar con una prueba PCR negativa, un requisito establecido por las autoridades migratorias de Nicaragua para evitar la propagación de la covi-19.

El pasado cuatro de febrero las autoridades de Migración de Costa Rica permitieron el “paso de 196 personas que el Gobierno de Nicaragua autorizó”, pero este grupo de 129 se quedó varado en la frontera de Paso Canoas  porque "no venían en la lista” autorizada por el Gobierno de Nicaragua.

Ansiedad en la frontera

El grupo permanece en un amplio galerón donde escasamente pueden suplir sus necesidades básicas. Algunos de ellos llegaron a este lugar desde el jueves siete de enero y han sobrevivido con la ayuda humanitaria del Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc), pobladores locales y otras organizaciones de derechos humanos.

Jairo Gago, un nicaragüense radicado en Panamá que da acompañamiento a los migrantes varados, explica que el grupo envió su documentación al Ministerio de Gobernación con la intención de regresar a Nicaragua en la primera semana de enero, pero nunca obtuvieron respuesta. Las autoridades nicaragüenses; sin embargo, autorizaron el ingreso de otro grupo de 196 connacionales “y ellos nunca tuvieron que esperar como nosotros”, lamenta Gago.

Gago explica que el Gobierno de Nicaragua argumenta que nunca recibieron correos electrónicos con la lista de los connacionales que pretenden volver al país, por tanto, a este grupo de personas no se les permitirá volver hasta que su nombre aparezca en una lista aprobada por el gobierno de Daniel Ortega.

Entre el grupo de nicaragüenses varados en la frontera se encuentran 16 niños menores de cinco años, varios de ellos recién nacidos; así también, hay cuatro mujeres embarazadas, dos de las cuales fueron trasladadas de emergencia a un hospital panameño por problemas de salud hace un par de noches.

Precariedad y problemas de salud

Estas personas duermen en el suelo, separados del cemento únicamente por cartones. “No siempre pueden comer los tres tiempos de comida porque el dinero que tenían ya lo han gastado y dependen de la ayuda humanitaria”, detalla el nicaragüense consultado. La mañana de este domingo siete de febrero, Sinaproc llevó 25 platos de comida para los niños, los adultos no alcanzaron. 

Cerca del galerón donde fueron ubicados por Migración, sólo hay un baño portátil de uso público, para bañarse deben pagar en otro sitio y el dinero no alcanza. “Si estuviéramos en un albergue estaríamos más cómodos y comiendo los tres tiempos, pero si vamos ahí nos retrasan aún más”.

Diana Leiva, coordinadora del grupo de migrantes que pretende regresar, explicó a CONFIDENCIAL que fueron instados por las autoridades de Panamá a trasladarse a un albergue mientras su situación se resuelve, pero rechazaron su oferta porque quieren volver “lo más pronto posible”.

El pasado jueves cuatro de febrero estaba previsto el inicio del viaje del grupo de nicas varados en la frontera panameña y se practicaron la prueba PCR dos días antes para poder viajar. El plazo de validez de estas pruebas establecido por el Gobierno de Nicaragua es de 72 horas, y hasta el día de hoy, lunes, han transcurrido al menos 144 horas. El temor de estas personas, explicó Leiva, es que tienen que repetir las pruebas porque perdieron validez, y no tienen dinero para pagarlas.


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Carlos Morales Zapata

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