24 de diciembre 2018
El obispo de la arquidiócesis de Managua, Silvio Baéz, afirmó este domingo que un Gobierno no debe basar su mandato en "la criminalización y la represión", en tiempos en que Nicaragua atraviesa una crisis que ha dejado cientos de muertos por la represión oficial a las protestas cívicas contra el régimen de Daniel Ortega.
"La criminalización y la represión no puede ser fundamento de gobernabilidad en un país, así no vamos a llegar a ninguna parte y esta sociedad se va a hundir", dijo Báez, a periodistas.
Organismos como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) han señalado al Gobierno de Nicaragua por actos de represión que constituyen crímenes "de lesa humanidad".
El cardenal Leopoldo Brenes, por su parte, exhortó a celebrar Navidad brindando consuelo a aquellos que sufren por la muerte de un familiar, encarcelamiento, exilio o pérdida del empleo a causa de la crisis sociopolítica. Los organismos nacionales e internacionales de derechos humanos cifran en 325 las víctimas mortales de la masacre. Además, se calcula que hay más de 600 presos políticos, más de 60 000 están en el exilio huyendo de la persecución política y al menos 417 000 han perdido sus empleos.
“¿Cómo voy a celebrar la Navidad? --me decía alguien-- yo perdí mi trabajo; hay tristeza, me decía otro; mire tengo unos familiares privados de libertad. Esa familia va a estar triste, en esa familia uno de sus hijos falleció en este tiempo, son situaciones muy difíciles, personas que están fuera del país, es una Navidad como muy especial”, dijo el arzobispo de Managua.
Además, el también presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, expresó su oración por los periodistas, que sufren la escalada represiva del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, "para que el Señor los cuide y ustedes puedan siempre transmitir una noticia veraz, que informen de una manera objetiva y deben tener la esperanza de seguir adelante con confianza en el Señor".
Báez agregó que "quien es siervo de Dios, lo demuestra siendo siervo de los demás"
"Hay que encontrarnos para servir, no para humillar y producir dolor", exhortó Báez, tras estimar que "hemos vivido un doloroso año de desencuentros, secuestros de personas, de allanamientos de casas, de violencias; no hemos aprendido a visitarnos, a encontrarnos en el calor humano", lamentó.
También el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, indicó que Nicaragua vive una situación que “a todos los niveles nos ha obligado a volver nuestra mirada a lo esencial, que es Cristo y los hermanos".
"En definitiva --valoró-- esa es la Navidad”.
“Por respeto al dolor y al sufrimiento que los hermanos están viviendo, he decidido desearles santa Navidad, y no porque desearnos feliz Navidad sea malo, sino porque queda la pena de poder herir el sentimiento del que sufre, se puede sentir irrespetado, porque puede tener un llanto en su corazón. Por eso he decido desearles una santa Navidad, que abarca lo feliz y nos permite estar más consiente que la santidad viene por Dios, que se hace niño”, explicó Álvarez
La CIDH y la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) han responsabilizado al Gobierno de "más de 300 muertos", así como de ejecuciones extrajudiciales, torturas, obstrucción a la atención médica, detenciones arbitrarias, secuestros y violencia sexual, entre otras violaciones a los Derechos Humanos.
Organizaciones humanitarias locales han elevado el número de muertos hasta en 545, más 674 "presos políticos", cientos de desaparecidos, miles de heridos y decenas de miles en el exilio. El Gobierno reconoce 199 víctimas y 273 reos, que acusa de ser "terroristas", "golpistas" y "delincuentes comunes".
"Ha sido muy doloroso lo que ha ocurrido, es muy mal visto", dijo Báez, uno de los personajes más respetados de Nicaragua y un conocido crítico del Gobierno de Ortega.
Báez aprovechó la época de Navidad para recordar que Jesucristo "fue maltratado y condenado de modo ilegal, siendo inocente", y que "Dios está de parte de las víctimas, nunca de parte de los agresores".
Asimismo, mostró confianza en que un diálogo nacional se dará en cualquier momento, para sacar a Nicaragua de la crisis sociopolítica que atraviesa.
Las protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, se iniciaron el 18 de abril pasado, tras 11 años de Gobierno continuo, por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia, tras el saldo mortal de las manifestaciones.