18 de noviembre 2016
Una marea roja se desató en una de las vías principales de Managua la mañana del jueves. Un centenar de mujeres vestidas con intensidad carmesí caminaron a paso firme y en silencio, en un homenaje a las víctimas de femicidios en Nicaragua, que ya suman 44 en este 2016. Las manifestantes se movilizaron por la vía que une la Universidad Centroamericana (UCA) con la jefatura central de la Policía, en Plaza El Sol. Al llegar se postraron en el suelo, como un acto simbólico.
Entre el grupo de mujeres se encontraba Gladys Flores, una anciana de 67 años. Ataviada con un vestido rojo sencillo y zarcillos del mismo color, hizo el recorrido con cierta dificultad, pero logró llegar a la meta.
“Yo marcho por todas las mujeres caídas. Le pido al Estado que a cada mujer que llegue a poner su denuncia le pongan oído, porque no les hacen caso hasta que ya está muerta la mujer”, dice Flores, que participa en grupos feministas desde hace más de 15 años. “Aunque ande “renqueando” yo vengo a las marchas por que me gusta apoyar”, agregó la anciana.
La principales exigencias de las participantes en esta manifestación denominada “La marcha del silencio” son exigir al Estado de Nicaragua la aplicación de la Ley 779, Ley Integral Contra la Violencia Hacia las Mujeres y hacer un llamado urgente a la sociedad para que que los crímenes contra las mujeres no queden en la impunidad.
María Teresa Blandón, directora de La Corriente Feminista y una de las organizadoras de evento, explicó que esta protesta fue una mezcla de denuncia, dolor y duelo por la memoria de las mujeres asesinadas. Blandón resaltó que es necesario vincular en el ideario popular que el femicidio es solo la mayor expresión de la violencia, pero que puede evitarse si se logran desarraigar comportamiento machistas y violentos que afectan a las mujeres y a las niñas.
Para Tania Irías, del movimiento feminista de Nicaragua, ya es hora que el país reaccione antes la crueldad con la que se están presentando los casos de femicidios, que además están siendo tipificados como asesinatos. Según Irías eso contrarresta los avances de acceso a la justicia que estipulaba la ley 779.
“Los ciudadanos nos hemos convertido en cómplices, naturalizando la violencia contra las mujeres y las niñas. Esta ley ha sido manipulada de la forma que mejor le conviene al sistema judicial, cerraron las Comisarías de la Mujer. Un montón de mujeres de las que hoy ya no están con nosotras fueron a poner denuncia, fueron a acceder a la mediación como una solución y no terminaron bien por que fueron asesinadas”, explicó Irías.
Cada una de las manifestantes, ademas de vestir de rojo, portaban un cartel con el nombre de mujeres que han sido asesinadas en lo que va del año: María Angélica Chamorro, Leonor Obregón, Meylin Torres, Raquel Castro, Jessica Aguilar, entre otras, marcharon por las calles de Managua este jueves aunque sus cuerpos no estuvieron presentes.
“Andamos vestidas de rojo representando la sangre derramada de muchas mujeres, que tenían sueños que tenían metas, y que lamentablemente fueron víctimas de este sistema machista”, declaró Lois González, una joven abogada feminista que participó en la protesta.