20 de octubre 2016
Alrededor de doscientas mujeres realizaron un plantón este miércoles en frente de la Universidad Centroamericana (UCA), para demandar a la sociedad y el Estado, un alto al acoso y la violencia contra la mujer.
La actividad, que empezó a las cuatro de la tarde y culminó al anochecer, formó parte de un paro internacional que realizaron mujeres de otros países de Latinoamérica, la tarde de este miércoles. La iniciativa surgió a raíz de la muerte de Lucía Pérez, una joven argentina de 16 años, que fue drogada, violada y asesinada por un grupo de hombres, en ese país.
Consignas como “Ni una menos, vivas las queremos” o “Señor, señora, no sea indiferente, matan a las mujeres en la cara de la gente”, fueron cantadas a coro por las participantes, quienes vestían, en su mayoría, de color negro, representado el luto que guardan por la muerte de las mujeres en la región.
Mar Pilz, coordinadora del grupo Denuncia Acosadores, manifestó que la organización del paro realizado en Nicaragua, fue a través de las redes sociales. “El país no se podía quedar atrás, en dos días se compartieron los anuncios que nosotros hicimos y el resultado es lo que tenemos hoy aquí”, dijo Pilz.
Pilz consideró que la solución para frenar los femicidios se encuentra en la educación. “Creo que se debe invertir en educación sexual, educación de género, para que se enteren que las mujeres tenemos derechos”.
Voces de denuncia
Camila Quintana, miembro del Observatorio Contra el Acoso Callejero, afirmó que no le asusta la pasividad de la sociedad nicaragüense frente al acoso y la violencia contra las mujeres, por la forma en que se ha educado, sin embargo, consideró que era normal.
“Deberíamos indignarnos, deberíamos entristecernos, deberíamos estar aquí. No me siento segura como mujer en Nicaragua, siempre he sido valiente, me he dado cuenta que hay miedo y temor a ser violada. Lo principal es hacer algo, atacar esos comentarios misóginos y machistas, decirle a la persona que está al lado que eso no está bien”, mencionó Quintana.
Dolly Mora, una joven perteneciente a un grupo feminista, destacó que el paro es un grito de rabia colectivo de mujeres cansadas de la ola de violencia, del acoso en la calle y de femicidios con saña y tortura.
“Estamos cansadas de que las mujeres no podamos caminar seguras en las calles, que se naturalicen los femicidios, que digamos que es otra mujer más, que la policía no tipifique los femicidios y que nieguen la existencia de más de 50 femicidios en el país”, enfatizó Mora, quien agregó que el Estado debería de hacer un trabajo especial por esta ola de violencia, además de dar valor a la ley 779, Ley integral contra la violencia hacia las mujeres.
Carlos Romero fue uno de los hombres que participó del paro. Para él, las mujeres son el eslabón más débil de la sociedad, sin embargo, considera que esta idea debería de cambiar, partiendo de una educación integral y de un respeto de los hombres hacia las mujeres.
“Las menos favorecidas son las mujeres, es un acoso todo los días, pocos le hacemos casos, a los hombres nos mal educan, esto hace que la mujer sea reprimida, a causa de que no estamos dando el espacio y derecho que se merecen. Esta iniciativa de reproducirse en otros países, los hombres venimos de una mujer, hay que respetarlas, los hombres deben ponerse al tanto, deben respetar”, aseguró Romero.
“Uno reacciona en su casa, debemos dejar de hacerlo en la casa, debemos salir a la calle a decirlo. Es un trabajo de todos, el gobierno tiene una gran responsabilidad. No deben mandar a las mujeres en un caso de violencia a mediación, no debe presionar a los grupos que defienden el derecho de las mujeres, no debieron quitar las comisarías de los distritos policiales. El gobierno debería tener una responsabilidad en la protección de la vida de la mujer”, manifestó la comandante Dora María Téllez.