
25 de marzo 2025
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La destitución de las autoridades de la Casimiro Sotelo evidencia el colapso académico y administrativo de la institución
La destitución del Consejo de Dirección de la Universidad Nacional Casimiro Sotelo Montenegro (UNCSM), bajo el control del régimen orteguista, refleja el “fracaso” de una institución nacida de la confiscación de la Universidad Centroamericana (UCA), opinan tres académicos nicaragüenses.
“Sencillamente, es la confesión fáctica de una derrota vergonzosa para el gobierno. Es decir, los obligan a salir por la puerta de atrás”, afirmó Adrián Meza fundador y exrector de la Universidad Paulo Freire, cancelada por el régimen, que desde Costa Rica dirige el Centro Nicaragüense de Educación y Formación Abierta, en alianza con varias universidades costarricenses.
Los destituidos, Alejandro Genet Cruz, rector de la universidad; Luz Marina Ortiz, vicerrectora general y Moisés Ignacio Palacios, secretario general; eran funcionarios leales al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo que se prestaron para la usurpación de la UCA en agosto de 2023. Su destitución silenciosa y repentina ha generado muchas dudas dentro de la comunidad académica y sobre el funcionamiento de la nueva universidad.
La destitución implica admitir que, realmente, “fracasaron en la conducción de una institución universitaria que se caracterizaba por tres grandes componentes: Uno, el nivel de complejidad que tenía el funcionamiento académico e institucional de la UCA, 60 años de estar desarrollando efectivamente un proyecto educativo. En segundo lugar, el modelo de gestión que era un modelo de excelencia. Y, en tercer lugar, una cultura que era una cultura de calidad, una cultura de mérito”, señaló Meza durante un panel con Esta Semana y CONFIDENCIAL.
Genet Cruz, quien fue rector de la Casimiro Sotelo desde agosto de 2023, fue destituido silenciosamente de su cargo en noviembre de 2024 y reemplazado por Dania Teresa Hernández Pinell, quien desde el 11 de diciembre de 2024 aparece públicamente en las actividades del CNU.
El Consejo de Dirección, encabezado por el rector Genet Cruz, abandonó la universidad, sin que se diera una razón oficial sobre su destitución. La última vez que se le vio a Genet Cruz públicamente, en actividades propias de su cargo, fue el 22 de noviembre de 2024 cuando participó en una caminata realizada en el recinto universitario para promover “la importancia de realizar actividad física de forma regular”.
Para Ernesto Medina, exrector de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN León) y de la Universidad Americana (UAM), despojado de su nacionalidad por el régimen, estas destituciones demuestran que “las personas a las que les dieron el encargo de poner en marcha la nueva universidad, pues no estaban a la medida del resto”.
“Lo otro que se está poniendo en evidencia aquí —agregó Medina—, es la gran crisis que tiene el régimen actual de recursos humanos por su empeño en mantener como criterio principal para los nombramientos la lealtad, ya ni siquiera política. Yo creo que esto no se trata de lealtad con el frente como partido, sino con personas, y más concretamente con Rosario Murillo en primer lugar, y Daniel Ortega en segundo lugar”.
Las “decisiones erradas del régimen”, según Medina, provocan un “daño enorme” a muchos jóvenes nicaragüenses.
La UCA no solo era un referente académico, sino también un espacio de debate y producción de conocimiento. Sin embargo, ese papel ha sido reemplazado por un modelo que se ajusta a los intereses de la dictadura.
La imposición de una ideología partidista es una práctica que el régimen orteguista ha extendido a las universidades estatales, creadas tras la cancelación y confiscación masiva de instituciones de educación superior privadas.
“La sustitución por ese remedo de universidad, que desde el comienzo se vio que no era más que el intento de convertir una institución académica de gran prestigio en un cuartel de adoctrinamiento político. El rector apareciendo ahí en los actos con una pañoleta roja y negra, la bandera del Frente (Sandinista) por todos lados”, señaló Medina.
“Yo creo que es lo que hoy le está pasando factura —precisa Medina—, porque creo que ellos se equivocaron, al menospreciar una vez más a la juventud, pensando que los muchachos y las muchachas iban a volver tranquilamente a la universidad, a pesar del cambio de nombre”.
Al momento de la confiscación, aproximadamente 9000 estudiantes estaban inscritos en la UCA en diversas carreras, incluyendo Humanidades, Ingenierías, Ciencias Económicas y Ciencias Jurídicas, además de los programas de postgrado que la universidad ofrecía.
Para Medina, si los jóvenes “lo que quieren es un título, obviamente, hay varias instituciones donde pueden tener un título universitario, pero no la formación que implica en estos tiempos una carrera universitaria”.
Aunque la dictadura no explicó las razones de la destitución de las autoridades académicas, se ha mencionado que la universidad atraviesa una “crisis” interna, por la notable disminución en la matrícula estudiantil para 2025, y el caos administrativo relacionado con la mala gestión de recursos en centros de investigación, lo que podría considerarse corrupción no autorizada.
Un exprofesor de la UCA que habló con CONFIDENCIAL en anonimato, confirmó que, como parte de la crisis interna que vive la universidad estatal, la mayoría de los profesores horarios “se retiraron” y que el sindicato presionó para destituir a los miembros del Consejo de Dirección.
Douglas Castro, graduado de Sociología en la UCA, exprofesor de economía en la UCA, y actualmente estudiante de maestría en la London School of Economics and Political Science en Inglaterra, subrayó durante el panel que la nueva universidad manejada por la dictadura “no tiene ni la capacidad de cuadros políticos para poder echar a andar hasta un centro de adoctrinamiento” lo que deja en evidencia “la decadencia en la que está este régimen”.
“No pueden tener un centro de adoctrinamiento, ya ni digamos una universidad (…) Fue una decisión de facto en la que no le han anunciado nada a nadie porque anunciarlo es reconocer una derrota a todas luces”, insistió Castro.
El exprofesor de economía en la UCA, agregó que, la dictadura no ha podido “reclutar un personal suficiente” para echar a andar la Casimiro Sotelo.
Castro, sin embargo, cree que existen otras causas sobre la destitución de Genet Cruz y los otros funcionarios que revelan el por qué “no han podido administrar la universidad”.
“Se están robando el dinero a todas luces (…) Hay una crisis de corrupción, eso es lo que se habla dentro de la universidad y en todas las universidades que han confiscado, es decir, todas ellas tienen un serio problema de corrupción no autorizada”, manifestó.
Para los académicos el principal factor que “retrata la crisis política” que se vive en la Casimiro Sotelo, es que “la gente no quiere estudiar en una universidad que es un centro de adoctrinamiento”.
Las autoridades orteguistas han ejecutado una serie de “actividades culturales, conversatorios y encuentros” donde propagan el adoctrinamiento partidario a favor del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
“Los jóvenes no quieren ir ahí porque, prácticamente, lo que dicen al final es que es como manchar tu currículo. Se escucha terrible, pero una persona dice ‘salir con un título de la Casimiro es manchar mi currículum, porque qué van a pensar de mí a nivel profesional, de que estudié en un lugar donde no estudié, donde no me capacité’, y eso es una gran derrota para esta dictadura”, afirmó Castro.
Este año, solo 4700 estudiantes de nuevo ingreso se matricularon en las diferentes carreras que se ofrecen en el recinto que funciona en el campus que confiscaron a la UCA, reconoció el 10 de febrero de 2025 ante medios oficialistas, Geovanna Marenco, presidenta de la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN) de esa casa de estudios.
Meza afirma que es difícil que un “centro de adoctrinamiento” alcance la “calidad” que tenía la UCA, donde se formaba a los estudiantes con pensamiento crítico.
“Los centros de adoctrinamiento ideológico no necesitan tener esas características, necesitan fidelidad partidaria, necesitan devoción ideológica, necesitan idolatría a los dirigentes del modelo, nada más (…) La ciencia, la cultura, la tecnología, el mérito, la calidad, es un elemento que queda en segundo plano”, advirtió.
Para el exrector de la Universidad Paulo Freire “admitir” que no pudieron poner en marcha una universidad con los parámetros que tenía la UCA explica por qué el despido de estos funcionarios “es una salida silenciosa, discreta, de la que efectivamente el gobierno no quiere hablar públicamente”.
“La UCA era uno de los últimos espacios donde realmente había libertad de expresión, libertad de pensamiento, donde se discutían las problemáticas nacionales (…) Una universidad al mando de los jesuitas, con toda la infraestructura que tenía, con todo el personal donde se podía respirar algo de libertad, era una amenaza para este régimen, ellos no podían permitir que la UCA siguiera existiendo de manera autónoma”, dijo Castro.
Medina enfatizó que con el cierre de la UCA “se perdieron centros de investigación pioneros en el país (y) se cerraron espacios que eran importantísimos para discutir los problemas” de Nicaragua.
El catedrático nicaragüense, recuerda la revista Envío, una iniciativa de la Compañía de Jesús en Centroamérica; el Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA); la Academia de Ciencias de Nicaragua, que tenía su sede en la universidad, entre otros.
La falta de un modelo educativo integral limita el desarrollo personal y profesional de los estudiantes, afectando también el futuro del país. Según Meza, muchos de esos estudiantes están tratando de encontrar “alternativas sólidas de formación a distancia”.
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Confidencial es un diario digital nicaragüense, de formato multimedia, fundado por Carlos F. Chamorro en junio de 1996. Inició como un semanario impreso y hoy es un medio de referencia regional con información, análisis, entrevistas, perfiles, reportajes e investigaciones sobre Nicaragua, informando desde el exilio por la persecución política de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
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