8 de noviembre 2022
Nicaragua es el país “menos pacífico” de la región, según un estudio sobre el bienestar, elaborado por el Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (Cetcam), un espacio de pensamiento integrado por investigadores centroamericanos de distintas disciplinas.
“Desde 2018 Nicaragua ha visto deteriorado su clima de paz social, según el Índice de Paz Global, lo cual opera en detrimento de la seguridad, cohesión y la confianza colectiva necesaria para el desarrollo humano y el progreso social”, señaló el estudio, denominado “El incierto bienestar, ciclo económico y calidad de vida en Nicaragua 2018-2021”.
El estudio se basó en los efectos económicos del estallido social de Nicaragua en abril de 2018 y las razones por las que el país muestra un desempeño discreto.
Entre otros aspectos, el Cetcam indicó que de 2017 a 2021 Nicaragua bajó de la posición 74 a la 130, de un total de 163 países, en el Índice de Paz Global, como producto de una crisis que afectó la economía del país.
“La crisis sociopolítica iniciada en abril de 2018 es el detonante que hace que Nicaragua pase de una economía en crecimiento a una en recesión”, explicó el Cetcam, que citó la contracción de tres años seguidos, con caídas del producto interno bruto (PIB) de -3.4% (2018), -3.8% (2019) y -1.8% (2020).
El crecimiento del PIB en 10.3% mostrado en 2021 no fue atribuido por el Cetcam a un auge de la economía nicaragüense, sino a un efecto rebote, que para el Banco Mundial alcanzó el 5.5% y para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) alcanzó el 7.4%.
Incremento de la violencia estatal
“La pérdida de paz social lleva a que institucionalmente una economía no funcione bien. Refleja la escalada del conflicto social, volviendo al país evidentemente ‘menos pacífico’. Esta variación es consistente con el incremento del uso de la violencia estatal a partir de los eventos iniciados en 2018, en sus distintas modalidades y gradaciones”, sostuvo el informe.
Para el Cetcam, la falta de tranquilidad en Nicaragua también se reflejó en la cantidad de exiliados registrados por los países principales receptores, como son Costa Rica, Estados Unidos, y España, que pasó de 27 726 solicitudes de asilo en esos tres países tras el estallido en 2018, a 141 686 en 2021.
En total 237 208 nicaragüenses han pedido asilo en esos tres países en los últimos cuatro años, sin incluir los nicaragüenses exiliados que viven en ilegalidad ni los que fueron arrestados o devueltos a su país.
Otros factores que impactaron negativamente en la economía de Nicaragua fueron las reformas tributarias y de pensiones en 2019, así como la emergencia sanitaria de la covid-19 y los huracanes Eta y Iota en 2020.
Un país difícil para hacer negocios
A pesar de eso, el Gobierno reportó niveles de desempleo de entre el 5.6% y el 4.5% entre 2019 y 2021, “sorprendentemente cercano a un estado ideal de pleno empleo según la teoría macroeconómica”, resaltó el Cetcam.
“No es tan fácil hacer negocios en Nicaragua”, subrayó el estudio, con base en el índice Doing Business, que en 2014 ubicaba al país en la posición 112 y en 2019 en la 142 de su escalafón mundial.
Otros estudios citados por el Cetcam tampoco mostraron una situación idónea, ya que en el Índice de Percepción de Corrupción Nicaragua pasó del lugar 151 al 164 entre 2017 y 2021, y en el Índice de Progreso Social bajó de la posición 81 a la 108 en el mismo lapso.
Adicionalmente, “el incremento sostenido del costo total de la canasta básica de 53 productos, es uno de los factores que ha erosionado el poder adquisitivo de los nicaragüenses”, puntualizó el Cetcam.