
29 de abril 2025
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El Presidente del Instituto de Políticas Migratorias, Andrew Selee, analiza el impacto de los primeros 100 días de la Administración Trump
El Instituto de Políticas Migratorias en Washington D.C. contabiliza 175 medidas ejecutivas en asuntos migratorios ordenados por la Administración de Donald Trump en sus primeros 100 días de gobierno, entre el 20 de enero y el 22 de abril de 2025, las que cada vez son menos populares, de acuerdo a las últimas encuestas de opinión pública en Estados Unidos.
El presidente del Instituto de Políticas Migratorias y profesor de la Universidad Johns Hopkins, Andrew Selee, advierte que tras los primeros meses de gobierno, la Administración Trump está siendo percibida como “muy arbitraria” con falta de proceso legal y apego al derecho.
En entrevista con el programa Esta Semana, transmitido en el canal de YouTube de CONFIDENCIAL, a causa de la censura televisiva en Nicaragua, Selee hace un balance del impacto de estos tres meses de la política antimigratoria que amenaza con deportaciones masivas a centenares de miles de migrantes regulares e irregulares, entre ellos miles de nicaragüenses.
El especialista además analiza las razones del por qué el ritmo de las deportaciones prometidas por el presidente republicano aún no aumentan, pese al incremento significativo de arrestos de migrantes.
El Instituto de Políticas Migratorias en Washington D. C. registra 175 medidas ejecutivas sobre inmigración decretadas por la administración Trump entre el 20 de enero y el 22 de abril de 2025. ¿Cuál es el impacto general de estas medidas en los primeros 100 días del Gobierno?
Es cuatro veces más el número de medidas que en la primera Administración de Donald Trump. Han metido toda la carne al asador. Cerrar la frontera a la migración irregular sí lo han logrado. Hay muy poca gente intentando cruzar la frontera. Y la segunda cosa que han tratado de hacer es deportar a muchos indocumentados, hablaban de un millón al año. Eso sí les está costando.
Están logrando generar mucho miedo entre los indocumentados y han hecho algunas acciones de alto impacto, como mandar gente a la prisión de máxima seguridad en El Salvador, el CECOT o a Guantánamo (en Cuba). Pero los números que están deportando son relativamente pocos, un poquito más que el año pasado, pero no mucho más, todavía. Y luego tiene una serie de acciones para hacer más difícil la vida de los indocumentados. Eso incluye quitar la ciudadanía a los hijos de indocumentados, los cuales están parados en las cortes, están pausadas.
Posiblemente van a hacer algo para tratar de no permitir que entren los niños indocumentados a las escuelas. Eso todavía no avanza. Y, finalmente, tiene una serie de acciones acerca de los migrantes documentados, de los que están legalmente. Lo más visible ha sido los estudiantes que les han quitado su visa, más de 1700. Y ahí las Cortes los han forzado a echar reversa en muchos de los casos. Y algunas personas llegando legalmente a Estados Unidos, de otras partes del mundo, incluyendo de Europa y de Canadá y países tradicionalmente muy afines a Estados Unidos los está rechazando en el momento que llegan al aeropuerto. Son números menores, pero son de alto impacto.
¿Cuáles son los cambios estructurales más significativos en la política migratoria?
Las rutas legales que existían para llegar a Estados Unidos, algunas de ellas, desde América Latina se han terminado. Eso incluye el CBP One, la forma de entrar por la frontera y el programa para cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos, que eran vías legales para entrar, los cancelaron.
Se imaginaba que cuando uno tenía una visa de estudiante, un visa de trabajo, un visa permanente, era muy difícil quitárselo a alguien, a menos de que cometía un crimen bastante severo. Y eso están cambiando. Uno puede perder su visa por infracciones menores o quizás ni siquiera con infracción, por sospecha de algo. Entonces, es un cambio muy estructural. Y si logran prosperar en su deseo de mandar personas a negar la ciudadanía a los hijos de los indocumentados, sería un cambio enorme. Si logran quitar eso, entonces dejan una clase permanente de personas que siguen sin documentos, generación tras generación.
Esta persecución a la inmigración regular e irregular ¿cómo está afectando la dinámica social y económica de las comunidades?
Todavía no sabemos. Estamos hablando de 100 días y mucho de esto son medidas recientemente lanzadas. Lo que sabemos es que mucha gente está muy tensa, ha afectado la asistencia en las escuelas de algunos niños. Todavía no sabemos el alcance de sus intentos de deportación, porque hasta los 100 días, no han logrado realmente poder identificar y detener a muchos migrantes irregulares, no los están encontrando. Probablemente, con el paso del tiempo empiezan a tener más capacidad de esto.
Pero hasta ahora la gente está respondiendo muy cautelosa, pero obviamente con cuidado y sabiendo el futuro que podrían ser blanco de algún operativo. Y estudiantes, trabajadores y migrantes están muy preocupados, pensaban que estaban en Estados Unidos con mucha seguridad. Muchos estudiantes, trabajadores que tienen opciones, están repensando si quieren estar en Estados Unidos.
Una investigación del Instituto de Políticas Migratorias sugiere que si bien el número de arrestos de migrantes ha aumentado significativamente, el ritmo actual de deportaciones no. ¿Cuáles son las razones, si puede describir “fracaso” en estos primeros 100 días con respecto a las deportaciones masivas prometidas por la administración Trump?
Son dos. Primero, los migrantes indocumentados están muy integrados en Estados Unidos, excepto los que recién llegaron, pero los que tienen ya dos, tres, cuatro años en Estados Unidos, y más los que tienen 10 o 20 años, son muy integrados en la sociedad y no es tan fácil encontrarlos. No es tan fácil distinguir quién es indocumentado y quién no. Entonces, no han tenido todavía las formas de localizar a las personas que no tienen documentos.
Segundo, están encontrando más o menos 650 personas al día, que los detienen y los meten en detención. De todos modos, si tienen más de dos años y no tienen orden de deportación, ellos tienen derecho a un proceso ante un juez de migración antes de ser deportado. Entonces, aún si agarran a las personas, los tienen que llevar por un proceso judicial y no pueden deportarlos de momento, a menos que ya tengan orden, o tengan menos de dos años de presencia. Entonces, hay que seguir los procesos en un país de leyes.
Han tratado de dar vuelta a eso con la ley de enemigos extranjeros, que es lo que usaron para sacar ya casi 300, un poco más de 200, fue menos de 300 migrantes a El Salvador, a la prisión de El Salvador, y eso sí lo hicieron sin proceso. Pero ahí han entrado las cortes, los tribunales, a poner un paro a eso.
¿Y estas medidas qué impacto están provocando en las comunidades de migrantes beneficiados con programas como el parole humanitario?
La Administración está terminando los procesos de protección temporal, los TPS, pero también trató de terminar la protección del parole humanitario para nicaragüenses, cubanos, haitianos y venezolanos, pero hasta ahora una Corte lo ha parado y han dicho que la administración no siguió el proceso legal que tienes que seguir. Y no sabemos si la administración va a apelar. Hay personas que me han dicho que todo parece indicar que van a dejar que se quede así y que los paroles terminan cuando terminan. De todos modos, tienen un tiempo límite para todos, no se van a renovar.
Las encuestas indican que la política de defensa de la frontera es la única medida migratoria que tiene mayor aprobación por parte de la población, entre todas las decretadas por la Administración Trump. ¿Cómo percibe la gente en Estados Unidos toda esta ofensiva contra la migración, tanto regular como irregular?
Lo de la frontera es muy popular, pero las deportaciones han resultado ser menos populares de lo que pensamos. Y eso es en parte porque la Administración Trump es percibida de ser muy arbitraria y de no acatarse a las decisiones de las Cortes. Sí estamos en un momento de cierto ánimo en contra de la migración irregular en Estados Unidos, pero la percepción de arbitrariedad y de falta de proceso legal y apego al derecho, sí le está pegando las encuestas.
Han salido tres encuestas en los últimos días, del New York Times, del Washington Post y de Fox News, que es más afín a Trump. Y los tres tienen la misma conclusión, que aún en el tema migratorio, que debe ser su tema más fuerte, ya no tiene números positivos o si los tiene, los tiene muy ligeramente positivos. Ya no es el tema que le ayudaba como en otro momento y justo es por la arbitrariedad y la falta de apego al estado de Derecho.
Estas batallas se están librando en las cortes federales en Estados Unidos. ¿Cuáles son las principales batallas legales ganadas y perdidas por parte de la Administración Trump en estos primeros 100 días de gobierno?
Las Cortes reaccionan lentamente en Estados Unidos a veces, y no hemos visto decisiones decisivas de la Suprema Corte. Al final de cuentas, no tenemos una sola decisión en los méritos en ningún tema migratorio en la administración Trump. Tenemos fallos que son más bien de procedimiento y fallos de cortes menores. Pero hasta ahora lo que vemos es que hay mucha preocupación de las cortes para las expulsiones bajo la Ley de Enemigos Extranjeros La Suprema Corte ya dijo que tiene que haber un proceso, pero todavía no dijo si se puede o no aplicar la ley. Ese tema queda un poco en veremos.
En el tema de negar la ciudadanía a los hijos de indocumentados, ya han fallado cuatro cortes en contra de la administración y la Suprema Corte está escuchando por primera vez los argumentos de las dos partes de la Administración y los que están demandando a la Administración, pero no sabemos cuándo van a tener una decisión.
En la protección del parole humanitario, una corte de distrito dijo también que no lo habían terminado de forma correcta. Hay varias cosas que han puesto en paro las cortes, también con las visas de estudiantes.
Entonces, han sido victorias importantes para los que están cuestionando la política de Donald Trump. Al mismo tiempo, tenemos que reconocer que las Cortes también le van a dar a la Administración algunas victorias. A lo largo de esto, algunas cosas que intentan hacer, seguramente las cortes les van a favorecer, pero hasta el momento no les ha ido tan bien.
El Gobierno de Trump apenas empieza. ¿Qué tendencias o nuevos cambios podemos esperar en materia migratoria en los próximos meses?
Vamos a ver un aumento en las deportaciones. Yo creo que hay dos cosas que la Administración tiene como as bajo la manga. Primero es que están empezando a tener acceso y conectar diferentes bases de datos que antes no se usaban para fines de deportación. Y ahí sí les da información de dónde está la gente y van a tener un poco más certidumbre en quién es indocumentado y quién no.
Segundo, todo parece indicar que en el presupuesto del año fiscal entrante, que inicia en octubre, el ICE, que es la agencia a cargo de las deportaciones, va a tener seis veces más fondos de lo que tiene ahora. Pero, por otro lado, la Administración Trump empezó un enfoque casi unilateral sobre migración, eso era su tema número uno. Y ahora se está imponiendo la realidad. Está empezando lo que parece ser una crisis económica, una baja en la bolsa, están topando con pared en tanto en Gaza como en Ucrania, con intentos de generar acuerdos de paz.
En final de cuentas, el gobierno de Estados Unidos no puede estar solamente enfocado en migración, tiene que ser malabares y estar enfocado en muchas cosas, no importa quién es presidente del país. Entonces, por un lado, yo creo que sí van a tener más herramientas para su política contra la migración irregular, pero al mismo tiempo van a tener que poner atención y mucho más atención en otros temas que van a distraer de esto.
¿Y qué papel está jugando o puede jugar la sociedad civil y los estados santuarios frente a las políticas de Trump?
Eso ha sido un contrapeso muy importante. El gobierno de Estados Unidos casi siempre cuando logra deportar mucha gente, es porque tiene colaboración de los gobiernos locales. Y los gobiernos en gran parte del país, donde viven la mayoría de los migrantes indocumentados, no son afines a Trump y no son afines a la deportación masiva.
Y sí tienen mucha capacidad de boicotear los esfuerzos nacionales. Entonces, por lo menos hasta ahora, yo creo que es un contrapeso importante. El hecho también que muchos migrantes saben cuáles son sus derechos, de que muchas instituciones, incluyendo escuelas, por ejemplo, no quieren colaborar con la deportación. No porque no están de acuerdo o están en desacuerdo, pero simplemente porque no quieren que afecte la educación de los niños.
Los museos no quieren que afecte a su clientela. Hay una reacción en la sociedad un poco adversa a la deportación masiva y la cooperación con el Gobierno nacional. Creo que eso también juega un papel como contrapeso, igual que las cortes están jugando un papel de contrapeso.
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Periodista y productor general de los programas Esta Semana, Esta Noche y Confidencial Radio, dirigidos por Carlos F. Chamorro. Exiliado en Costa Rica desde junio de 2021.
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