6 de septiembre 2023
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“Tenemos todo el derecho a quedarnos en nuestra casa, ¿por qué deberíamos estarnos cuestionando el quedarnos o irnos? Eso dice mucho del Estado y la situación en Nicaragua”, señala Gryssmel Baldizón, desde San José, Costa Rica. Se lo sigue preguntando cinco años después de haber tenido que salir de Nicaragua debido a la represión estatal contra los jóvenes que se involucraron en la Rebelión de Abril.
Gryssmel migró en junio de 2018, cuando también se exilió Brenda Merlo Baca en Estados Unidos. Santos Méndez se fue ese mismo año de Nicaragua hacia Guatemala. Ninguno de estos tres jóvenes se conocía antes, pero la tarde del martes 5 de septiembre conversaron en vivo desde Instagram con la periodista y editora de Nicas Migrantes, Cindy Regidor, en un encuentro organizado por CONFIDENCIAL para compartir sus experiencias como jóvenes, nicaragüenses y migrantes en estos tres destinos que han sido refugio para miles de compatriotas.
¿Es posible estudiar o terminar tu carrera en Estados Unidos? ¿Cómo hacer para trabajar y estudiar en Costa Rica? ¿Es Guatemala una opción para muchos? Brenda, Gryssmel y Santos respondieron estas y otras preguntas ante la audiencia que se sumó al conversatorio que busca conectar a jóvenes que han migrado con aquellos que están contemplando salir del país, ante la difícil situación sociopolítica y económica en Nicaragua, y que requieren de herramientas e información para tomar una decisión informada y responsable sobre la migración como alternativa.
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¿Es migrar una opción para todos?
Para Gryssmel, todos tenemos la capacidad de migrar si se nos da la oportunidad, pero enseguida aclara que no todas las personas tienen las mismas condiciones y dificultades.
“No es lo mismo migrar con un pasaporte y visado que una persona que no tiene nada de eso y no puede migrar, o puede decidir hacer una migración irregular que es muy riesgosa, o se convierte en un “migrante estacionado” que quiere salir del país, pero no puede porque no tiene los recursos ni documentos”, expone Gryssmel. Las oportunidades existen, sí, pero no las mismas posibilidades.
La joven refugiada en Costa Rica estudiaba en León y nunca antes había salido de Nicaragua. Le tomó año y medio de trámites, papeles y exámenes poder retomar sus estudios. Ahora cursa la carrera de Antropología en la Universidad de Costa Rica (UCR). Fue frustrante, extenuante y largo el proceso, dice.
“Sigo aquí gracias a mi red de apoyo. Con el tiempo fui construyendo, solidificando y teniendo apertura para ampliar esas redes. Es fundamental, me ha permitido tener oportunidades que si me hubiese cerrado nunca habría tenido”, reconoce.
¿Cómo decidir?
“Migrar es un derecho, quedarte en tu país también debería serlo, pero sabemos que en Nicaragua la realidad es otra”, apunta Santos Méndez, desde Guatemala.
“Hay una raíz común entre los que tuvimos que salir en 2018 y habrá cosas en común entre quienes están pensando salir ahora por el contexto de Nicaragua”, afirma Méndez, “pero hay que preguntarse antes qué es lo que yo quiero y, a partir de ahí, valorar tus opciones para decidir”.
A los tres invitados les tocó salir del país de forma abrupta, empujados por la crisis sociopolítica y la violencia del régimen de Daniel Ortega, pero, a pesar de ello, marcaron sus prioridades antes de salir. Tu situación actual podría sugerir urgencia para salir del país, pero ¿hacia dónde, cómo y por qué?, son preguntas que consideran fundamentales para que la migración sea un proceso menos brutal, más seguro e informado.
¿Qué necesito justo ahora?, ¿Qué busco a futuro?, ¿Trabajo?, ¿Continuación de estudios o empezar una carrera?, ¿Tengo conexiones familiares o amistades, o empezaría de cero?, son algunas de las preguntas que apuntan en la lista de proceso personal antes de tomar una decisión.
“Los fines pueden ser distintos para cada persona, pero deben estar claros; mi fin era académico, por eso irme a Costa Rica, que es el primer atractivo por cercanía, no era mi opción. Yo quería seguir estudiando, y Guatemala me ofrecía esta oportunidad desde la Landívar”, explica Santos, exalumno de la Universidad Centroamericana (UCA) y graduado como ingeniero industrial de la Universidad Rafael Landívar, en Guatemala, también de la Compañía de Jesús.
Después de valorar lo que se quiere, hay que hacer lista de los recursos económicos, materiales y humanos con los que cuenta la persona.
“Tenía tres mil córdobas de ahorro en Nicaragua cuando me tocó salir, que es nada aquí (en Guatemala). Pero también hay que ver esas redes de apoyo que podríamos tener, yo tenía una familia adoptiva que me esperaba, pero no todos tenemos eso”, apunta Santos Méndez.
Saber inglés, una herramienta clave
Brenda Merlo Baca había visitado Estados Unidos una vez, a los quince años cuando llegó de paseo, pero no pensó volver. Fue esa visa de turista la que le permitió entrar en 2018 y, ya dentro, inició su proceso de asilo.
“Nadie nunca me preparó para entender la cantidad de puertas que me abrió saber el idioma del país al que pude venir”, reconoce Brenda. Nunca estudió formalmente el idioma, pero un disco de la película estadounidense High School Musical, su habilidad y empeño la iniciaron en el aprendizaje que le abrió nuevos horizontes.
“A medida que fue avanzado el tiempo me permitió desarrollarme, cambiar de trabajos… Pero, además, me dio la oportunidad de sumar mi conocimiento como comunicadora con mi manejo del idioma inglés, para defender yo solita mi caso de asilo político, y no tener un traductor ahí tratando de interpretarlo de la mejor manera. Fue increíble, no pensé que iba a ser tan útil. Me ha cambiado la vida realmente”, comparte Merlo Baca, desde Chicago, Illinois, donde reside, trabaja en un Centro de Atención en Línea y produce contenido desde su proyecto personal Womanly Random.
Estudiar fuera, ¿cómo?
¿Es posible crecer académicamente o profesionalmente como migrante en Estados Unidos? ¿Es Costa Rica accesible para que un migrante estudie y trabaje a la vez? ¿Son Guatemala o El Salvador destinos más amigables con los jóvenes universitarios?
En el conversatorio de este martes, Brenda, Gryssmel y Santos responden de forma personal, honesta y útil a esta y otras interrogantes que pudiesen tener quienes están contemplando emigrar, o quieren acercarse a la realidad, dilemas y soluciones que han encontrado los jóvenes migrantes en Guatemala, Costa Rica y Estados Unidos.
Los jóvenes también invitan a quienes valoran emigrar de Nicaragua preguntarse antes qué derechos tengo cuando soy migrante en el país destino, cómo se mantiene económicamente un joven estudiante en el exterior, dónde y cómo encontrar redes de apoyo.
Los panelistas también reflexionan sobre la importancia de mantener el lazo con Nicaragua y el cuidado de la salud mental cuando se es migrante.
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Migración informada, responsable y sensible
Aunque cada una de las historias de los invitados es particular, están unidas entre sí y a las de miles de jóvenes nicaragüenses que en los últimos cinco años han encabezado un nuevo éxodo empujados por la persecución y violencia del régimen de Daniel Ortega desatadas a partir de abril de 2018 contra la todos los sectores de la ciudadanía que defendieron los derechos humanos y reclamaron justicia.
En 2023, el panorama es aún más crítico para la juventud nicaragüense: al menos 20 000 universitarios fueron empujados a un limbo por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo que, desde diciembre de 2021 a la fecha, ha confiscado ilegalmente 27 universidades privadas.
La alta tasa de desempleo, falta de oportunidades, junto la criminalización del régimen contra la sociedad civil, son razones que se suman a la realidad que enfrenta la juventud nicaragüense.
En este contexto adverso y complejo para la juventud nicaragüense, CONFIDENCIAL, desde Nicas Migrantes, te invita a ver la plática cercana, realista, con una perspectiva joven y responsable sobre el fenómeno de la migración para esta población.
