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Arroz cada vez más caro en mercados y pulperías

Mientras el precio del arroz que importa Nicaragua bajó 17.8% en 15 meses, el precio local subió 14.8% en el mismo período, según datos del Inide

arroz precio Nicaragua

Vista de unos quintales de arroz y el precio del grano por libra, en un local del Mercado Israel Lewites en Managua, en enero de 2025. // Foto: Tomada de Canal 2

Iván Olivares

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El precio del arroz en las pulperías y mercados de Nicaragua no deja de subir. Y eso que el precio internacional del grano no deja de bajar. “Yo no he visto que baje nada. Hace como tres meses yo compraba en 19 córdobas la libra de arroz, y ahora me cuesta 20 córdobas”, asegura María una ama de casa que vive con su pareja y un hijo, en un barrio de Managua.

En marzo de 2024, la tonelada de arroz estadounidense de grano largo (el que se importa de forma mayoritaria en Nicaragua), costaba 815 dólares por tonelada. En ese mismo mes y año, el  precio promedio de una libra de arroz era de 19.18 córdobas, según datos publicados por el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide).

Al cierre de mayo de 2025, el precio internacional había disminuido 17.8%, hasta cerrar en 670 dólares. Por el contrario, a esa misma fecha, el precio promedio de la libra de arroz en Nicaragua había subido 2.83 córdobas, o sea 14.75%, para pasar a costar 22.01 córdobas, según los datos del Inide.

La razón tiene que ver más con las dinámicas del mercado nacional que con el comportamiento de las plazas mundiales, explicaron tres fuentes a CONFIDENCIAL: un empresario del sector arrocero, un productor de arroz, y el administrador de una comidería pequeña que opera en un municipio del Pacífico del país.

El empresario admite que ha habido una baja significativa en los precios externos de la gramínea, pero que eso no ha beneficiado a los consumidores locales por una serie de factores, entre los cuales pone a la cabeza “la voracidad recaudatoria del Gobierno”. Al entrar en detalles, recuerda el alza impositiva que se le aplicó al sector en el marco de la reforma tributaria de 2019. Suma a eso la incesante imposición de dudas de valor en las aduanas, lo que eleva el costo de los insumos importados.

El productor tiene su propia lista de peros. La primera es el clima, que perjudicó la actividad en los campos arroceros. La segunda es una plaga de chinches, un insecto que afecta al grano, y disminuye las cosechas.

Para el administrador del pequeño negocio, la respuesta debe incluir el comportamiento de los comerciantes locales. Tanto al que él le compra el arroz por quintal, como el dueño de la pulpería que trata de protegerse de la posibilidad de que la siguiente vez que tenga que surtirse, encuentre precios más altos. La defensa, en ambos casos, es vender más caro, anticipándose a un encarecimiento que quizás no llegue.

Cada vez es más caro sembrar en Nicaragua

En Nicaragua hay dos precios que importan más que el de los demás alimentos: el del arroz, y el de los frijoles. Y si el costo de una libra de frijoles ha caído 8.2% entre marzo 2024 y mayo de 2025, el del arroz no para de subir. Aunque los precios de afuera estén bajando.

La voracidad recaudatoria a que hace referencia el empresario, se agravó a partir de marzo de 2019, cuando el régimen aprobó una reforma tributaria que perjudicó a muchos sectores. El agrícola en particular, acusó recibo de un golpe inesperado, cuando la urea -que entraba al país libre de impuestos- pasó a tributar el 15%. La maquinaria agrícola también se vio afectada.

El resultado fue que “encareció los costos terriblemente”, señala el empresario. Al hacer las cuentas, los productores se percataron que cultivar una manzana de arroz de riego pasó de 1400 a 2000 dólares.

Hay otro elemento que hay que entender para completar el panorama: las dudas de valor.

Como ocurre a los empresarios de casi cualquier rubro de la economía nacional, los arroceros también se quejan de las dudas de valor que impone la aduana. El panorama expresado con números muestra que la tonelada de urea, que llegó a costar 1000 dólares por causa de la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania ya bajó, y ahora cuesta 400 dólares.

Al gravarla con el impuesto del 15%, los importadores deberían entregar 60 dólares al régimen para poder recibir un producto por el que antes pagaban cero. El problema se agrava cuando los agentes aduaneros deciden que el costo real es el de 1000 dólares, y aplican el 15% sobre esa suma, de modo que ahora hay que pagar 150 dólares. Eso hace que se termine pagando una tasa efectiva del 37.5% sobre el precio real de 400 dólares.

“El costo de producción en Nicaragua es altísimo, si se compara con el de Estados Unidos”, señala el empresario. Añade que la reforma tributaria genera un incremento al productor nicaragüense, que tiene que vender más caro para poder seguir operando.

El riesgo de importar arroz barato

Además de tener que pagar más por los insumos, los productores también han tenido que asumir pérdidas por causa del clima, y de las plagas. Ambas dificultades se confabularon para hacer que si en 2022 el país llegó a cultivar el 75% del arroz que se consume a escala nacional, ese porcentaje haya decaído al 60% en 2025.

En los últimos tres años, ese porcentaje bajó por causa del clima y del chinche. Las lluvias excesivas y la epidemia de ese insecto afectaron los rendimientos por manzana. Se cayó la productividad, principalmente en Malacatoya, donde están 22 000 de las 48 000 manzanas de riego que hay en el país”, detalló el productor.

El resultado, específicamente en lo que a arroz de riego se refiere, fue que la productividad cayera de 100 a 80 quintales por manzana, mientras los costos se elevaban de 1400 a 2000 dólares por manzana. Es decir, el costo por quintal, que era de 14 dólares, se incrementó hasta los 25.

El productor recuerda los tiempos en que el sector privado organizado podía interpelar a los gobernantes para buscar soluciones, pero ese ya no es el caso. Aunque siempre es posible aprovechar la baja en los precios internacionales para importar arroz barato, advierte que eso afectaría a los arroceros nacionales porque “la gente va a buscar arroz barato, y eso causará una crisis de rentabilidad en el rubro”.

Si eso ocurre, “hay un riesgo de que los bancos se pongan nerviosos cuando se caiga la rentabilidad del rubro”. El resultado es que “eso afectaría al gallo pinto, así que el gabinete económico debería de ponerle mente”. En vez de eso “el Estado no presta ayuda ni establece políticas sectoriales. Su política es cobrar impuestos. ¿Y qué hace el importador de grano con ese reparo fiscal en que se convierte la duda de valor? Se lo traslada a su precio de venta”, explica.

Arroz del barato

El propietario de la comidería compra todo por cantidades: cajas, sacos, mallas, quintales. Dada su necesidad de llevar el control de sus gastos, puede decir con certeza que el precio del quintal de arroz promedio ha subido 100 córdobas en los últimos nueve meses, y no ha bajado de ahí.

Aunque desconoce los pormenores que explican los vaivenes de los mercados mundiales, él aplica una lógica simple para explicar por qué el precio del arroz no para de subir en Nicaragua. Su tesis indica que los comerciantes del grano no saben cómo va a evolucionar el precio local al que compran el producto, así que lo mantienen alto. De esa manera, al implementar esa estrategia, “ellos pueden sostener sin pérdida una posible variación del precio”, explica.

“El comerciante local no se arriesga a la variación del precio internacional. No asume el riesgo de que vuelva a subir”, complementa.

Él por su parte, protege las cuentas de su negocio, comprando arroz 80-20, que es más barato que el 96-4. Al igual que María.

Ella lo hace así, porque ya se acostumbró a alimentar a su familia con esa calidad, y sabe cómo hacer para que le quede voladito y apetecible, mientras ahorra el dinero que no tiene.

Él también compra esa calidad del grano, sin temor a que sus clientes vayan a resentirse por no servirles del mejor. Su razón es que “confío 100% en la cocinera que tengo”. 

El administrador de la comidería sabe lo que dice. La mejor prueba, es que sus clientes no dejan de llegar.

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Iván Olivares

Iván Olivares

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Durante más de veinte años se ha desempeñado en CONFIDENCIAL como periodista de Economía. Antes trabajó en el semanario La Crónica, el diario La Prensa y El Nuevo Diario. Además, ha publicado en el Diario de Hoy, de El Salvador. Ha ganado en dos ocasiones el Premio a la Excelencia en Periodismo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en Nicaragua.

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