20 de abril 2022
El Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR por sus siglas en inglés), excluyó a Nicaragua de la reasignación de la cuota azucarera adicional para el año fiscal 2022, enviando el primer ‘mensaje’ para el Gobierno en torno a la aplicación de medidas contempladas en la Ley Renacer, que incluyen la revisión del CAFTA.
En los años 80, Estados Unidos firmó un compromiso en el marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC), para adquirir una cantidad anual de toneladas de azúcar, que se distribuye entre las naciones productoras. Durante el Gobierno de la presidenta Violeta Barrios de Chamorro, a Nicaragua se le asignó solo el 1.98% de esa cuota, en parte, porque al no tener comercio previo con EE. UU., no había un historial que permitiera calcular el porcentaje a asignar.
Ese 1.98% representa en este momento unas 22 083 toneladas, pero esa cuota, así como las 29 000 toneladas negociadas en el marco del Tratado de Libre Comercio entre Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos “está segura”, dijo a CONFIDENCIAL una fuente del sector que prefirió el anonimato.
Cuando las naciones azucareras no pueden cubrir la cuota asignada, el USTR la reasigna al resto de países según su propio criterio, lo que suele traducirse como un mensaje político, en la medida en que se asigne más, o menos, a un país.
A modo de ejemplo, la fuente recordó que “hace dos años, el 100% de la cuota (unas 250 000 toneladas en ese momento), se le asignó a Brasil, porque Estados Unidos quería apoyar al presidente Bolsonaro, que estaba en problemas”.
Este año, socios como República Dominicana, Brasil y Australia, recibieron 40 000, 37 182 y 21 284 toneladas respectivamente, de un contingente total calculado en 201 551 toneladas.
Guatemala fue el más beneficiado con esta reasignación, al recibir 12 309 toneladas adicionales, mientras El Salvador (cuyo presidente, Nayib Bukele, contiende de forma asidua con EE. UU.), recibió 6667 toneladas. Panamá (7437), Costa Rica (3846), Belice (2821), y Honduras (2564), cierran la reasignación a Centroamérica.
Durante las tres reasignaciones efectuadas en 2021, Nicaragua obtuvo contingentes adicionales por alrededor de 5000 toneladas que no solo entran a Estados Unidos con aranceles bajos, sino que a un precio preferencial, que puede ser 80% a 100% mayor que el que se adquiere fuera de la cuota.
Aunque cabe dentro de lo que se denomina ‘acción técnica’, la medida forma parte de la política de la Administración estadounidense, para presionar al régimen de Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, para que rindan cuentas por el deterioro de la democracia y los derechos humanos en Nicaragua.
Afecta a productores
El problema es que “esto perjudica a los productores privados, no al Gobierno”, dijo una fuente de la industria, consultada antes.
“Básicamente, el mensaje es que Estados Unidos va a ir cerrando toda negociación con Nicaragua, y que no habrá ninguna salvaguarda que pueda amparar la relación comercial con Estados Unidos, la que solamente se va a ir deteriorando”, dijo en una entrevista previa, el exdiputado liberal, Eliseo Núñez.
“Si acaso esto es un mensaje, no sería para el Gobierno, que hace muy poca plata con las exportaciones de azúcar, por ser exportaciones dentro del marco del Cafta, sino para los dueños de los ingenios azucareros”, dijo una fuente que conoce cómo funciona la maquinaria de toma de decisiones de Washington.
“Pero si es un mensaje, sería un mensaje light, porque el azúcar representó apenas el 2% de los commodities exportados a EE. UU. en 2021. Sería algo así como ‘no le hagan el juego el Gobierno’, pero hay mejores métodos, porque esto no le hará ni cosquillas”, al sector privado nicaragüense, detalló.
En efecto, las exportaciones totales de azúcar representaron ingresos por casi 300 millones de dólares, entre 2020 y 2021, además de generar alrededor de 35 000 empleos directos y el 4% del PIB. 800 productores privados venden su cosecha a los ingenios establecidos en el país.
Aunque se considera que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no puede excluir a Nicaragua del Cafta sin cancelar el tratado completo, la firma de la Ley Renacer, le permite evaluar todas las herramientas diplomáticas y económicas para presionar a Ortega y Murillo, incluyendo el Cafta.
“El sector empresarial tiene que entender que hacer negocios dentro de Nicaragua, cada vez va a tener más costo, y que las decisiones van a estar signadas por esto”, añadió Núñez.