
Trump y Milei, los "presidentes trolls": ¿De qué depende su éxito o su fracaso?

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"Quieren una iglesia sumisa, o aniquilada, pero eso es imposible", valora obispo hondureño, y sacerdote jesuita
La primera entrevista del obispo de la Diócesis de Matagalpa, Rolando Álvarez, tras su excarcelación y destierro al Vaticano en enero de 2024; provocó una virulenta respuesta del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo el domingo 9 de febrero de 2025.
La dictadura nicaragüense reaccionó con un ataque virulento contra el Vaticano, sin mencionar el nombre del obispo Álvarez, pero acusando a la Santa Sede de disponer sobre cargos y poderes que otorgan en Nicaragua, a personas que dejaron de ser nicaragüenses por presuntas “conductas impropias e intolerables de promoción de crímenes, políticamente instigados".
La dictadura llamó al Vaticano “Estado depravado y pedófilo, aliado con fuerzas de la oscuridad y la barbarie”, y los acusó además, de difundir a través de plataformas oficiales de la Santa Sede, el mensaje que tanto les molestó del obispo nicaragüense; a pesar, que EWTN y Aci Prensa, los medios católicos que divulgaron la entrevista el 7 de febrero de 2025, no pertenecen al Vaticano.
Ambos medios así lo aclararon, y también confirmaron que monseñor Rolando Álvarez habló a título personal, y no como representante del Vaticano.
Conversamos en esta entrevista con el obispo hondureño, José Antonio Canales, secretario titular del Secretariado Episcopal de América Central; y al padre José María Tojeira, exrector de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, de El Salvador, y vocero de la Compañía de Jesús, para Nicaragua.
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