17 de junio 2021
El director para las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, valora que existe un “consenso global de que en Nicaragua estamos ante un régimen cruel, que está aferrado al poder y se ha convertido abiertamente en una dictadura”. A su juicio, además, esta terminará convirtiéndose en “un paria internacional”.
Tras la resolución de la Organización de Estados Americanos (OEA) en contra del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, Vivanco estimó que los esfuerzos del régimen por justificar los arrestos de 16 líderes opositores y de la empresa privada, en las últimas semanas,“ no son tomados con seriedad” por ningún gobierno democrático.
Asimismo, sostiene que con el alto grado de información que existe sobre Nicaragua, “todo el mundo sabe que aquí hay un ejercicio descarado del poder por parte de esta pareja de dictadores y que lo que están haciendo es limpiando el camino para garantizar el robo de las próximas elecciones presidenciales”.
Durante una entrevista en el programa Esta Noche, Vivanco advirtió que aun cuando Ortega y Murillo “ejercen el poder de una manera brutal”, están planificando “robarse las elecciones” con “la fantasía” de que de esa manera “van a reparar, en algún grado, la legitimidad que ha perdido”. Sin embargo, afirma que el régimen “carece de legitimidad” y la resolución de la OEA, con el voto favorable de 26 países, permitirá trasladar la discusión sobre la crisis política de Nicaragua a la Organización de Naciones Unidas.
Vivanco valora que las sanciones impuestas por Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea a funcionarios del régimen “no son suficientes”, por lo que considera que es necesario “seguir gradualmente incrementando la presión”.
De los 16 detenidos en las últimas dos semanas en Nicaragua, por lo menos 12 de ellos no han tenido ninguna comunicación ni con sus familiares, ni con sus abogados defensores, están completamente secuestrados y aislados ¿Cómo valoras esta situación desde la perspectiva del derecho a la defensa y de los derechos de los humanos?
No nos puede sorprender lo que está ocurriendo en Nicaragua porque no estamos frente a un sistema democrático donde se han cometido algunos excesos y errores, estamos frente a una dictadura familiar que son quienes deciden —y tienen el poder para hacerlo— quién va preso y quién no, a quién se le puede dar un poquito de agua y oxígeno y a quién no, en qué circunstancias se les detiene, a quienes envían al Chipote y si se les permite que les entreguen alimentos y medicinas o no. Es decir, es el reino de la tiranía total, de la administración del poder de un modo caprichoso. Todo depende de si están de buen humor o de mal humor el señor (Daniel) Ortega o la señora (Rosario) Murillo, y de otros cálculos tácticos. Como se trata de una pareja que ejerce el poder de una manera brutal y son esencialmente tácticos, utilizan una especie de visión militar de lo que es el ejercicio del poder, han decidido secuestrar y mantener como rehenes a estas personas, a pesar de tratarse de personas inocentes que no tienen por donde probarles absolutamente nada. Como ellos controlan el congreso, controlan el Poder Judicial, el Ministerio Público, la Policía y el Ejército, se pueden dar ese lujo y no rendirle cuentas a nadie.
¿Cómo valoras la condena que ocurrió ayer (martes) en la OEA, en la que 26 países condenaron al régimen, demandaron la liberación de los detenidos? ¿Este es un tema fundamentalmente de derechos humanos o de democracia?
Las dos cosas. Aquí estamos ante una violación flagrante la Carta Democrática Interamericana, uno de los principios elementales de la carta democrática es el de garantizar un proceso electoral libre, competitivo, transparente, lo que no está ocurriendo y no va a ocurrir en Nicaragua es precisamente eso. Lo que está planificando Ortega y Murillo es simplemente robarse las elecciones de cualquier manera el 7 de noviembre y así comprar un nuevo período, con la fantasía que hacerlo de esta manera le va a reparar, en algún grado, la legitimidad que ha perdido. Yo creo que no se dan cuenta que ya no tenían legitimidad alguna, producto de las masacres y los hechos atroces que se le imputan a partir de 2018. Las detenciones que ha ordenado el régimen, de importantes líderes de la oposición y de importantes miembros de la sociedad civil y del sector privado, lo que hace es simplemente incrementar ese desprestigio a nivel internacional y eso lo demuestra una votación muy importante, muy sólida de la OEA, en la que 26 Estados —con algunas excepciones lamentables— optaron por condenar y exigir la inmediata liberación, tanto de los dirigentes políticos como de los otros que han sido arrestados arbitrariamente.
Sin embargo tres países se abstuvieron, Honduras, México y Argentina ¿Cómo valoras esta posición de México y Argentina, puede tener resonancia en el resto del continente?
No lo creo. La decisión de Honduras es fácil de interpretar por tratarse de un país, que todo mundo sabe, está hoy día prácticamente en manos de los cárteles y lo que está haciendo es tratar de evitar que en el futuro exista un escrutinio similar de tipo regional en torno a las prácticas internas del gobierno de Honduras. Ahora, la decisión tomada por Argentina y México que además sacaron un texto aparte, un texto que está plagado de contradicciones, que parece sacado de un libreto de este gran personaje mexicano, Cantinflas, por la manera poco rigurosa desde el punto de vista intelectual, donde es tan poco seria la posición de Argentina. Pero en los hechos, lo que intentan hacer es invocar un principio de no injerencia en los asuntos internos y parten de la premisa que hay que respetar el libre ejercicio de las instituciones democráticas internas, lo cual es de manifiesto a la luz de toda la información disponible proveniente de la propia OEA, de Naciones Unidas, de las organizaciones no gubernamentales locales, de la prensa nacional e internacional y de organizaciones como las nuestras; que no existen tales instituciones democráticas en Nicaragua. En la práctica lo que hacen Argentina y México es defender el derecho de Ortega a hacer lo que se le antoje y eso lo llaman respeto a la no injerencia y de las instituciones locales que obedecen a quienes están hoy en día ejerciendo el poder en Nicaragua de una manera brutal y caprichosa.
Hacia dónde apunta el balance de la OEA ¿Cuáles son sus próximos pasos? Esta resolución habla de darle seguimiento, de convocar —incluso— a una asamblea de cancilleres, pero en Nicaragua las redadas siguen y sigue la presión sobre diferentes sectores del país ¿Puede la OEA reunir un consenso para tomar otro tipo de acciones de presión a Nicaragua?
Yo creo que sí. Lo que hasta ahora la realidad demuestra es que las sanciones individuales, esas que se han adoptado tanto por Estados Unidos como por la Unión Europea, dirigidas a cancelar visas y congelar bienes mal habidos producto de la corrupción. Esas sanciones que han afectado —incluso— a la familia Ortega, no alcanzan, no son suficientes. Las declaraciones de condena y rechazo provenientes de Josep Borrell, como canciller de Europa; o Anthony Blinken, el secretario de Estado de los Estados Unidos; o la resolución adoptada ayer (martes) por la OEA; tampoco son suficientes porque Ortega sigue avanzando en su estrategia de capturar gente, quién sabe quién será el próximo que se lo van a llevar al Chipote arbitrariamente. Acá hay que seguir gradualmente incrementando la presión, no hay otra vía, hay que visibilizar estos hechos, denunciarlos y redoblar la presión internacional.
Creo que es muy importante esta resolución adoptada el día de ayer (martes) porque nos permite ir a un nuevo foro y ese es Naciones Unidas, llevar esta materia al propio secretario general de las Naciones Unidas... Queremos que el secretario general Antonio Guterres tenga un liderazgo más visible en esta materia y para que Naciones Unidas tome cartas en el asunto se requiere que los países vecinos, los países de la región, ya tengan una posición, un pronunciamiento. En ese sentido, creo que la resolución de la OEA del día de ayer (martes), exigiendo la inmediata liberación (de los presos políticos) y el cese de la represión, ayuda muchísimo para poder trasladar esta discusión al foro internacional por excelencia, que es el de las Naciones Unidas.
El gobierno de Nicaragua ha intentado justificar esta represión bajo el alegato de que están siendo objeto de una conspiración internacional y, por otro lado, los propagandistas del régimen dicen claramente estamos apresando a estos rehenes porque queremos obligar a EE. UU. a negociar con el presidente Ortega; sin embargo, se conoce que diplomáticos de EE. UU. han ofrecido dialogar con el régimen y no ha existido ningún interés. Es decir, lo que está aquí en juego es acaso un posible diálogo político antes de que Ortega se reelija o después que se reelija
Yo creo que las explicaciones o los intentos de justificación que da el régimen a este tipo de abusos de poder son risibles y no son tomadas con seriedad por ningún actor, por ningún país o gobierno democrático en el mundo. Esto de intentar revestir estos hechos como consecuencia de una gran conspiración contra Nicaragua es la típica (justificación) de los dictadores, envolverse en la bandera nacional y confundir los intereses propios, familiares, con los intereses nacionales. Creo que este discurso que presenta el señor (Denis) Moncada, el canciller de Ortega, es realmente muy pobre, está lleno de lugares comunes, son simplemente eslóganes que eran típicos de la Guerra Fría pero que a estas alturas, con el grado de información que existe sobre Nicaragua gracias en buena parte a la globalización, todo el mundo entiende y sabe que aquí hay un ejercicio descarado del poder por parte de esta pareja de dictadores y que lo que están haciendo es limpiando el camino para garantizar un robo a vista de todo el mundo de las próximas elecciones presidenciales.
Mencionaste que la falta de legitimidad del régimen ya está a la vista y que esta ilegitimidad podría agravarse más en una reelección sin competencia política, bajo estado policial, con en rehenes. Sin embargo, Ortega podría estar intentando verse en el espejo de países que han sobrevivido, al menos a corto plazo, a esa falta de legitimidad ¿Cómo aprecias este cálculo del régimen de sobrepasar la ilegitimidad a corto plazo?
Alguien tiene que explicarle a Ortega que Nicaragua no es Venezuela. Venezuela tuvo durante muchos años el músculo que le hizo posible resistir, sostenerse y propagar el modelo bolivariano en el resto de América Latina y eso tiene una gran explicación, y es el hecho que Venezuela cuenta con las reservas más importantes del mundo de petróleo y no solo esas, también en minerales preciosos. Estamos hablando de una potencia mundial en términos de recursos naturales escasos y muy valiosas. Hoy en día Venezuela está arruinada, pero todavía cuenta con esos recursos y tiene la capacidad de sostenerse. Nicaragua no está en esas circunstancias.
Habrá otros, a lo mejor el propio Ortega, que piensan que como Cuba ha logrado sobrevivir durante 60 años al embargo de los Estados Unidos y a las sanciones unilaterales, él también podría estar en el poder. Es probable que tenga esa ficción en la cabeza; sin embargo, habría que también explicarle que Cuba es un caso único en el mundo, que sí efectivamente ha sido objeto de sanciones unilaterales por parte de Washington, pero que esas sanciones no han tenido ningún impacto en gran medida porque la opinión pública y la comunidad internacional está dividida en el tema de Cuba. Cuba no está aislada de Canadá, ni de Europa, ni del resto de América Latina. Pero en el caso de Nicaragua, creo que hay consenso global, no de sanciones, pero sí que estamos ante un régimen cruel, un régimen que está aferrado al poder y se ha convertido abiertamente en una dictadura que está usando la fuerza y el poder que tiene concentrado en sus manos para perseguir y reprimir.
Sin embargo, este régimen dictatorial, cruel, que mantiene en la impunidad los asesinatos que cometió, administra razonablemente bien la macroeconomía y mantiene una economía privada que no ha sido estatizada, como lo hizo Venezuela y como se ha hecho en el sistema cubano ¿Puede este régimen sin legitimidad mantener alguna viabilidad sin elecciones libres, sin competencia y esta crisis de derechos humanos, administrando esa economía privada?
Es posible que los economistas que asesoran al régimen le puedan garantizar a Ortega y Murillo que hay suficientes reservas como para sostenerse un buen tiempo. Pero eso no es un plan de país, eso no tiene futuro, eso no es una manera de gobernar y de poder promover la causa que ellos dicen defender o intentar expandir en Nicaragua y al mismo tiempo ganar reconocimiento internacional. Yo creo que por el camino que va, al igual que otras dictaduras donde; por ejemplo, en África los dueños del país se han apropiado del poder y también tienen condiciones financieras como para sostenerse un buen tiempo, lo que va a ocurrir inevitablemente en el caso de Nicaragua es que van a pasar a ser simplemente un paria a nivel internacional y regional. No creo que Ortega con este modelo, con esta estrategia, pueda recuperar nada. Creo que va a seguir perdiendo apoyo y ganando cuestionamientos a nivel internacional, incluso por parte de organismos multilaterales de desarrollo como son los grandes bancos, tanto en Europa como acá en Washington.