19 de diciembre 2023
AA
El nuevo presidente argentino, Javier Milei, no designará embajadores ante las dictaduras de Nicaragua, Cuba, y Venezuela, tal como anunció que haría cuando era candidato presidencial. Este hecho implica un gran giro en la política exterior de Argentina frente a los regímenes autoritarios de la región.
La decisión fue conocida un día después que la canciller argentina, Diana Mondino, inició los trámites para el retorno de la delegación argentina en el Consejo de Derechos Humanos al grupo de países "proponentes" de resoluciones de condena a la política de derechos humanos en Nicaragua, luego de cuatro años de ausencia de ese ámbito durante la gestión de Alberto Fernández.
"En 2019 promovimos una resolución que terminó instalando una comisión investigadora sobre los derechos humanos en Venezuela, y con Nicaragua hicimos algo parecido. Este es un golpe de timón en la dirección correcta", dijo al diario La Nación el exvicecanciller Carlos Foradori, en referencia al cambio de política argentina luego de años de cercanía con los regímenes de Nicaragua, Cuba y Venezuela.
La publicación enfatiza que no habrá, por el momento, embajadores designados en esos países, luego del fin de los mandatos de Daniel Capitanich en Nicaragua, Oscar Laborde en Venezuela, y Luis Ilarregui en Cuba.
Cambio en el Consejo de Derechos Humanos
El representante argentino ante el Consejo de Derechos Humanos, Federico Villegas, respaldó este lunes 18 de diciembre las declaraciones de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Nada Nashif, para quien “cada día Nicaragua se desvía aún más de los derechos humanos”.
Villegas afirmó que el nuevo gobierno de Milei “no aceptará que se invoquen la soberanía ni las sanciones económicas como justificación para no garantizar la plena vigencia de los derechos humanos”, en referencia no sólo a Nicaragua, sino a argumentos que suelen utilizar Cuba, Venezuela y otros países ante las denuncias que reciben de organismos internacionales.
El representante argentino también instó a las autoridades nicaragüenses “a liberar de inmediato a todas las personas detenidas arbitrariamente y a restablecer los derechos de las personas privadas de su nacionalidad”, en abierta crítica a las políticas de Ortega y su esposa, Rosario Murillo, contra la oposición política.
La fractura entre Managua y Buenos Aires
La distancia entre Argentina y Nicaragua se había venido ampliando luego de la visita a Managua del funcionario iraní, Mohsen Rezai, uno de los imputados por la Justicia argentina por el atentado terrorista del 18 de julio de 1994, contra la mutual judía Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) de Buenos Aires, que dejó 85 muertos y sigue impune.
El escándalo, ocurrido en enero de 2022, terminó con el traslado a Buenos Aires del embajador Capitanich, aunque éste regresó meses después a su destino diplomático, y mantuvo el bajo perfil hasta el fin de su mandato, el pasado sábado 9 de diciembre.
Previo a la investidura de Milei, el régimen sandinista retiró a su embajador en Argentina, Carlos Midence, por unas “declaraciones” del entonces presidente electo de Argentina en contra del dictador nicaragüense, Daniel Ortega.
“Frente a reiteradas declaraciones y expresiones de los nuevos gobernantes, el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional de Nicaragua ha procedido a retirar a su embajador, compañero escritor y comunicólogo, Carlos Midence”, indicó la Cancillería de Nicaragua en una nota de prensa publicada el lunes 4 de diciembre de 2023.
Milei tampoco invitó a su investidura a los presidentes Ortega; Miguel Díaz-Canel, de Cuba; Nicolás Maduro, de Venezuela; y Ebrahim Raisi, de Irán, para evitar tener que saludar y compartir foto con gobernantes que violan sistemáticamente los derechos humanos en sus países y apoyan a organizaciones terroristas como Hamás y Hizbulá.
