6 de noviembre 2022
La farsa electoral municipal organizada por el régimen, no resolverá ningún problema de Nicaragua, no tiene credibilidad alguna, ni servirá en realidad para elegir a nadie, porque la decisión ya fue tomada en El Carmen desde hace varias semanas, según la opinión de tres expertos en temas electorales, que fueron convocados por el Observatorio Ciudadano ‘Urnas Abiertas’.
“Estas son las peores elecciones en la historia de Nicaragua, porque el pueblo va a las urnas con un fusil en la sien, y por otro lado, con la clara intención, por parte de la dictadura, de mantenerse en el poder a sangre y fuego”, declaró la defensora de derechos humanos y observadora de Panorama Electoral, Haydee Castillo.
Este domingo 6 de noviembre concluye la ‘campaña electoral’ más deslucida de la historia del país, con apenas 20 días para que los más de 27 000 candidatos que esperan ocupar alguno de los 6000 cargos disponibles, salieran a las calles y se hicieran conocer entre los votantes que todavía quedan en el padrón electoral, del que se eliminaron 1.3 millones de ciudadanos, detalló la directora de ‘Urnas Abiertas’, Olga Valle.
Castillo y Valle expresaron sus puntos de vista en un evento virtual organizado por Urnas Abiertas, en el que también participaron el abogado, exdiputado, y político liberal, Eliseo Núñez, así como el director ejecutivo de Transparencia Electoral, Leandro Querido.
Núñez coincidió con los otros ponentes, al declarar su certeza de que “en Nicaragua, el sistema está absolutamente colapsado”, así como su duda de si el Frente Sandinista mantendrá el actual esquema de partido hegemónico rodeado de comparsas, o si involucionará al de partido único, lo que confirmará cuando sepa cuántas alcaldías se autoasigne este domingo.
“No dudo que el Frente copará más del 90% de las alcaldías, lo que mostraría que se mantiene en el juego de ser un partido hegemónico, pero si se asigna el 100%, es que ya decidió pasar al de partido único”, especificó.
“El Frente Sandinista no reúne las condiciones para ser un partido único, porque ni siquiera es un partido político”, complementó Castillo.
¿Para qué gastar dinero en una farsa electoral?
Coincidiendo en que “las elecciones de Nicaragua no tienen ningún tipo de garantías”, el también docente y politólogo Leandro Querido, dijo que son más bien “un contraejemplo de lo que conocemos como elecciones con integridad, y eso no es de ahora. Es un proceso de deterioro, de asalto a la democracia, que comenzó a partir de 2007”, cuando Daniel Ortega asumió el poder.
A lo largo de los quinquenios, eso ha incluido la expulsión de diputados electos, la indecencia de tener un régimen de presos políticos; la censura de los medios de comunicación y el desmantelamiento de los partidos políticos; la cooptación del árbitro electoral, que es común en los regímenes populistas, pero Ortega logró con éxito desde hace varios años; las leyes espurias para perseguir a quien tenga una mirada diferente a la oficial, entre otras decisiones.
El resultado es que “la oposición ya no puede competir”, en esas ‘elecciones’, porque hay barreras tácitas, notorias, para impedirlo, al punto que Nicaragua ha caído 20 escaños en el Índice de Democracia que elabora The Economist, y ahora ocupa el puesto 140. “Ya no hay Estado de derecho ni división de poderes. Hay una élite que se ha ‘cargado’ el Estado, y el Poder Electoral es un apéndice del Ejecutivo”, describió.
En medio de ese panorama de total desesperanza para quienes aún ven en las elecciones una oportunidad para comenzar a resolver la crisis política que ahoga a Nicaragua, Querido se pregunta por qué un régimen totalitario como el de Ortega, convoca a ‘elecciones’, siendo que nadie más que él puede ‘ganarlas’.
Su criterio es que hay tres razones para ello. La primera, para mostrar a la comunidad internacional, democrática o no, que él controla el poder político de modo discrecional. La segunda, para poner en funcionamiento a la maquinaria del partido, y la tercera, para premiar lealtades y hacer algún tipo de purga interna, en un escenario que ya es casi de partido único.
“En democracia, las elecciones íntegras producen resultados legítimos, pero en Nicaragua, sin garantías, lo que sea que emane de esa ‘elección’, no es legítimo. Tiene que ver más con abuso, prepotencia, avasallamiento, y solo servirá para mantener la profundización del conflicto político, porque estas ‘elecciones’ no resolverán nada”, reiteró.
Lo que salga del ejercicio de este domingo “es un producto ilegítimo rechazado por el conjunto de la sociedad nicaragüense. La alta abstención de los últimos procesos, muestra lo aislado que está Ortega, que solo se mantiene en el poder, por causa de la violencia estatal y paraestatal. La comunidad internacional debe entender que Ortega está fuera de la Ley”, sentenció.
La violencia también alcanzó a los danielistas
Mientras Urnas Abiertas contaba 709 hechos de violencia política y siete detenciones en cuatro departamentos en el transcurso de la presente semana, en un reporte generado el viernes cuatro de noviembre, Haydee Castillo, también presidenta del ilegalizado Instituto de Liderazgo de Las Segovias, recordó que las elecciones solo son legítimas si la voluntad del pueblo es la base del poder político, y se realizan por sufragio universal, secreto e igual para todos.
En vez de eso, los cómplices del régimen están amenazando a los ciudadanos, diciéndoles que si no van a votar, no les permitirán hacer gestiones en las entidades del Estado. “Este proceso aniquila la libertad por completo. Si en 2021, la OEA dijo que las elecciones no eran legítimas, aquí se está montando una nueva farsa con la coerción de todos los poderes del Estado, que también son ilegítimos”, declaró.
La experta refirió que todos los procesos electorales de los últimos años han estado llenos de violencia y asesinatos. Pero si hasta hace algunos años, las víctimas de esa política agresiva eran aquellos que se oponían al régimen, ahora ni siquiera sus acólitos están a salvo.
Valle recordó que hasta hace unos meses, había militantes que esperaban ser parte del relevo generacional dentro del Frente Sandinista, pero se confirma que en 118 municipios no habrá cambios en el rol de alcalde o alcaldesa, lo que provocó descontentos dentro de ese partido, que encarceló a sus mismos simpatizantes que protestaron porque no habrá cambios.
“Esta es la culminación de un proceso que comenzó en 2018, para imponer una dictadura dinástica de un poder absolutista donde prima la ingobernabilidad, la polarización política y la anarquía, porque la población ya no confía en las fuerzas de seguridad, ya no hay equilibrio de poderes. Se rompió totalmente el orden social y el tejido social, lo que impacta en la vida cotidiana. Se han roto los proyectos de vida de los jóvenes que estaban en las universidades, y ahora trabajan haciendo cualquier cosa en el exilio”, graficó Castillo.
La experta observa que “en Nicaragua no hay un Gobierno legítimamente constituido. Los municipios ya no son gobernados por alcaldes o concejales, sino por el secretario político del Frente Sandinista, que cumple las órdenes que dicta la pareja dictatorial”, mientras se obliga a los trabajadores del Estado a delinquir a cambio de un salario, y se fortalece un sistema de delación a hermanos y vecinos.
El impacto de todo esto en la vida cotidiana de los nicaragüenses es “gravísimo. Si hoy cinco de noviembre, Nicaragua está sumida en el caos y presenta niveles de pobreza que son insostenibles, con esta nueva farsa electoral, los nicas quedarán en peores condiciones”, pronosticó Castillo.