11 de noviembre 2021
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“El circo electoral” de Daniel Ortega y Rosario Murillo tendrá consecuencias en el seno del Parlamento Europeo donde todas las opciones “están sobre la mesa”, incluso, suspender a Nicaragua del Acuerdo de Asociación de la Unión Europea con Centroamérica, advierte el eurodiputado español, Javier Nart.
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El parlamentario europeo, —quien tiene un viejo vínculo con la historia de Nicaragua desde la insurrección popular sandinista—, reaccionó a los ataques de Ortega contra los presos políticos, a quienes llamó “hijos de perra de los imperialistas yanquis”, y tildó de “facistas, nazis y descendientes del franquismo” a España y a todos los países de la Unión Europea que rechazan la farsa electoral.
El lenguaje de Daniel Ortega, “es propio de un borracho de bar”, y él junto a su esposa, Rosario Murillo, representan al “somocismo encarnado”, se refirió Nart, al autoritarismo de la pareja en el poder durante una entrevista con Esta Noche, transmitido a través de las redes sociales a causa de la censura televisiva en Nicaragua.
Y aunque Ortega se perfila como un dictador similar al que fue Francisco Franco, en España, el eurodiputado hace una distinción con sarcasmo: “Son iguales; la diferencia es que, Franco era un tipo más educado y no llamaba “hijo de perra”.
El eurodiputado español, que también es vicepresidente de la delegación para Centroamérica, afirma que la radicalización de la represión, la detención de los reos de conciencia y las votaciones sin legitimidad de Daniel Ortega, tendrán eventualmente consecuencias.
Este 7 de noviembre se realizaron elecciones en las que Daniel Ortega se reeligió para su cuarto mandato consecutivo, después de anular la competencia política y encarcelar a sus principales oponentes. ¿Cuál es la evaluación que tiene el Parlamento Europeo de estos comicios nicaragüenses?
Que es un circo electoral y que no tiene nada que ver con lo que son unas elecciones (…) Hablar de elecciones de Nicaragua, es algo así como hablar de lo imposible; lo que ha creado el señor Daniel Ortega es un circo, que no llega ni siquiera trama teatral; es una pantomima de la que nadie cree, que ha sido rechazada universalmente, y que no tiene nada que ver con unas elecciones.
Tengo 74 años, y crecí en el franquismo, y durante la dictadura de Franco también había elecciones, y en Corea del Norte también hay elecciones; pero claro, el pensar que en un país donde no puede haber oposición, hay elecciones, es una burla. Y, por lo tanto, ninguna credibilidad, ninguna eficacia, y ningún reconocimiento, absolutamente ninguno.
Un día después de estas votaciones, Daniel Ortega impuso una cadena de radio y televisión para atacar a la comunidad internacional que rechazó este proceso electoral. Atacó a España, al Parlamento Europeo y a la Unión Europea, a quienes llamó fascistas y nazis. ¿Cómo reacciona usted ante estos señalamientos de Daniel Ortega?
Exactamente el nazismo o el fascismo, es parte de una estructura totalitaria. Daniel Ortega es un perfecto totalitario, porque no tiene otro escenario que el suyo propio. Así que, la definición de fascismo o nazismo, que en último término son reduccionismos; el nazismo tiene un componente racista, pero el fascismo o el comunismo estalinista-leninista tiene un componente que es la de exclusión, eso se le puede aplicar perfectamente a Daniel, ¡enhorabuena!, Porque ha comprendido perfectamente lo que es el fascismo, lo hace.
En el mismo discurso, Ortega tildó de “hijos de perra de los imperialistas yanquis” a los presos políticos, incluso, amenazó con expatriarlos. ¿Se interpreta esto como una intención de negociar con los presos políticos?
Cuando uno emplea semejante lenguaje, propio de borracho de bar, “hijo de perra”, evidentemente no es muy fácil encontrar ese lenguaje en alguien que debería de tener moderación y educación. Pero en último término, mira, yo no soy muy cristiano, por no decirte que en absoluto pero, Cristo tenía una frase que es magnífica: “por sus obras los conoceréis”.
Esto siempre lo han hecho las dictaduras, esto es una constante, y es, -hoy meto a la cárcel a siete, y cuando hay presión saco a seis, para volver a meter en la cárcel a cuatro, y a través de algunas gestiones, saco tres -, pero siempre tienes un remanente positivo en caja, en este caso es en el cajón, en el Chipote.
Todos los dictadores en el mundo han insistido, han jugado con los presos como una moneda de cambio; y es, -a cambio de ciertas libertades que yo he quitado, exijo ciertos beneficios, que no me merezco-. Si pretende jugar ese juego, va a encontrarse con muy mala respuesta.
El Parlamento Europeo, y el jefe de la diplomacia europea, Joseph Borrell, ya habían advertido que no reconocerían estas votaciones sin condiciones democráticas. ¿Tienen herramientas diplomáticas de presión que produzca algún efecto en la dictadura para liberar a los presos políticos?
Cuando tienes la llave de la prisión, la posibilidad de hacerle entender lo que son mínimos estándares de comportamiento digno, democrático, existen; y la Unión Europea es una potencia política y económica, y es un “partenaire” (socio) muy importante de Nicaragua.
Otra cosa es que al señor Ortega y a su esposa Murillo, Nicaragua no les importe absolutamente nada, y estén dispuestos a pervivir sus privilegios hasta el último nicaragüense. Eso es lo que hacía Somoza.
Este jueves se reunirá la delegación de eurodiputados para América Central, para analizar los resultados de las votaciones en Nicaragua. ¿Qué se puede esperar de este encuentro?
Yo soy el primer vicepresidente de la delegación centroamericana; Nicaragua pertenece a un acuerdo entre la Unión Europea y Centroamérica, y ese acuerdo no es un acuerdo para –yo cumplo lo que quiero, y no cumplo lo que me da la gana-; los acuerdos son plenos y tienen consecuencias. ¡Claro que va a haber consecuencias, naturalmente!
El Parlamento Europeo propuso revisar la participación de Nicaragua en el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea. ¿Es una acción que se descarta en este momento, o está sobre la mesa?
Todo está sobre la mesa, y lo que te puedo asegurar es que el Parlamento Europeo, que se compone de 26 países democráticos, donde discrepar del poder no te lleva a la cárcel ni a la muerte, es la definición de libertad. Libertad: es la capacidad de discrepar del poder sin terminar en la cárcel.
Yo pregunto al ilustre señor Ortega, exsandinista, traidor a la revolución sandinista, ¿dígame, se puede discrepar de ustedes sin terminar en la cárcel? ¿Todos los candidatos que no estaban amaestrados podrían discrepar de ustedes sin estar en el exilio o en la cárcel? ¿Ese es el concepto que tiene usted de la dignidad nacional? Llenarse la palabra de antiimperialismo, de agentes del imperialismo yanqui; esto es exactamente lo que yo escuchaba de Franco.
Franco, a todos los que como yo, estábamos contra la dictadura, nos llamaba antiespañoles y agentes del comunismo. Franco y Ortega son iguales; la diferencia es que, por lo menos Franco era un tipo más educado y no llamaba “hijo de perra”. Pero en fin, esto es una, dijéramos, una diferencia mínima, porque mataba, torturaba, y metía en la prisión con la misma eficacia que Daniel.
Lo que ocurre en Nicaragua parece una reedición de lo que ya ha ocurrido en Venezuela. ¿Qué lecciones puede aprender la comunidad internacional y la Unión Europea de los intentos fallidos por resolver la crisis venezolana?
Hay que comprender la esencia del poder con la que uno está hablando y que, en consecuencia, cuando en México se saca el pretexto, por parte de la dictadura madurista, que hace falta un interlocutor, que es el señor Saab, es un puro pretexto.
Lo que ha conseguido el chavomadurismo es algo espectacular, y es, hambre en un país riquísimo, en un país exportador de petróleo. ¿Te imaginas a Arabia Saudita con hambre, a Qatar con hambre, a los Emiratos Árabes Unidos con hambre? Esto lo ha conseguido el chavomadurismo.
Marx tenía una definición perfecta de lo que era el exilio. El exilio es un referéndum donde se vota con los pies. Los cubanos, los nicaragüenses que se han ido, más que en la época somocista; los venezolanos que han huido de Venezuela; es un referéndum, con los pies.
Conocí Nicaragua en el 78, y la conocí en la guerra, y conocí también a Humberto, su hermano, en el Estado Mayor, en San José de Costa Rica. Si a mí me dicen entonces que terminaría encontrándome con somocismo encarnado en los copresidentes, Daniel y Rosario, hubiera dicho que quien me lo decía estaría loco; resulta que la locura es hoy la realidad de Nicaragua, el nuevo somocismo, y todo eso escupiendo sobre la bandera roja y negra, por la que murió mucha gente abriendo caminos de libertad, que terminaron convirtiéndose en pesadilla para el pueblo nicaragüense.
