12 de agosto 2016
La Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA) avanza en la elaboración de un informe sobre la situación política de Nicaragua, que el uruguayo Luis Almagro presentaría "pronto" a los países miembros, según representantes de la oposición nicaragüense que tienen altas expectativas en el organismo, tras un encuentro reciente en Washington, durante el cual expusieron los "atropellos y arbitrariedades" del gobierno de Daniel Ortega.
La candidata a vicepresidenta de la Coalición Nacional por Democracia, Violeta Granera --inhabilitada junto con Luis Callejas por un fallo judicial-- expresó a Confidencial su confianza en que Almagro y su equipo trabajan apegados a los hechos y mantienen su interés sobre la situación política y el actual proceso electoral en Nicaragua.
El próximo seis de noviembre, más de 3.4 millones de nicaragüenses están convocados a elegir presidente y vicepresidente de la República, noventa diputados ante la Asamblea Nacional y veinte diputados ante el Parlamento Centroamericano, en unos comicios en los que Ortega busca un cuarto período presidencial, inscrito junto a su esposa Rosario Murillo. El mandatario acude con el control absoluto de los demás Poderes del Estado (Electoral, Judicial y Legistlativo) que le ha permitido eliminar a la oposición de la competencia, aunque cinco partidos señalados como "colaboracionistas" se registraron para el proceso.
Granera estima que el mismo Ortega se ha encargado de colocar a Nicaragua en el radar internacional, "porque su autoritarismo y abusos no pasan desapercibidos, menos en una región en la que solamente Venezuela y Nicaragua actúan indiscutiblemente en contra de los principios democráticos".
El académico Carlos Tünnermann, representante de Nicaragua ante la OEA a finales de los noventa, considera que la delegación nicaragüense que se reunió con Almagro a mediados de julio facilitó suficiente información sobre el estado de la democracia en Nicaragua, que la Organización corroborará por su cuenta.
"Me parece que el secretario general Luis Almagro se cuida de hacer un buen trabajo y si ha decidido preparar su informe lo hace con ese mismo cuidado y compromiso", valora Tünnermann.
México fue la avanzada en Consejo Permanente
Este jueves, el representante del gobierno de México ante la OEA, Luis Alfonso De Alba, expresó la preocupación de su gobierno sobre el "impacto" de las medidas que Ortega ha tomado para "debilitar y prácticamente neutralizar a la oposición en un momento en el que el país está inmerso en un proceso electoral muy importante". De Alba provocó el enfado del representante de Nicaragua, Luis Ezequiel Alvarado, quien lo señaló de "servil" e "injerencista".
Sin embargo, analistas y opositores consideran que el tema de Nicaragua ya ha quedado en la agenda del organismo.
A pesar del choque de opiniones entre De Alba y Alvarado, ninguno de los otros representantes, ni tampoco Almagro, intervino en el debate, pero Tünnerman afirma que "el silencio de Almagro no debe interpretarse negativamente", porque este "debe ser parte de su proceso de reflexión".
"Ortega realmente se equivoca si cree que sus acciones no van a trascender del país", sentencia Tünnermann.
Granera agrega que como signataria de la Carta Democrática Interamericana, "es natural que Nicaragua despierte preocupación entre los demás países miembros de la región".
Las relaciones entre Nicaragua y México se vieron afectadas recientemente por la deportación y hostigamiento del gobierno de Ortega a varios ciudadanos mexicanos, entre ellos el estudiante Jobany Torres, la persecución a la académica Viridiana Ríos, y tres jóvenes ambientalistas de la Caravana Mesoamericana por el Buen Vivir. Luego, México emitió una alerta de viaje sin precedentes para que sus ciudadanos extremarán precauciones si pretendían viajar al país centroamericano.
Tünnermann y Granera coinciden en que el gobierno mexicano puede tener malestar sobre el tratamiento a sus ciudadanos. Sin embargo, ninguno cree que esta sea la razón específica por la que México expresó su preocupación, sino el hecho de que la situación del país no es inadvertida.
"Acusar a México de injerencista por la expresión de esa preocupación es falta de argumentos, porque Nicaragua no puede demostrar que las arbitrariedades y supresión de opositores son falsas", sostuvo Tünnermann.
El diputado opositor ante el Parlamento Centroamericano y experto en relaciones internacionales, Mauricio Díaz, duda si el secretario general contaría con el respaldo suficiente del Consejo Permanente y afirma que desconoce que tan informado podría estar de la situación en Nicaragua. Sin embargo, Granera y Tünnermann son optimistas.
"A la región le importa mantener la estabilidad democrática y es notable que en Venezuela y Nicaragua la situación no está bien. Confiamos en que verán las razones y habrá solidaridad con nuestro país", declaró Granera.