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Regalemos cultura a los niños y no polímero

Gastemos, compremos y consumamos hasta donde queramos y podamos, pero regalemos un libro infantil esta Navidad

Niño leyendo junto a una ventana. Confidencial | Agencias

Nadine Lacayo

12 de diciembre 2017

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Cuando comencé a escribir sobre esta campaña, tuve la tentación de historiar y profundizar sobre el gran trabajo que, desde hace más de dos décadas, viene realizando el Fondo Editorial de Libros para Niños (FELPN), y mencionar sus impactos en torno a la oferta cultural a la niñez.  Me digo que habrá tiempo para eso, porque sigo convencida de que vale la pena difundir a los cuatro vientos esta experiencia, más cuando se presenta en un contexto en que, de verdad, confirmo que es severo el debilitamiento del hábito de la lectura en la gente, y más aún entre la niñez nicaragüense. Mientras, al mismo tiempo, crece como un tornado imparable, el consumo “chatarra”, que no necesariamente es más barato que la cultura, y en particular el de la literatura infantil.

Esta vez quiero centrarme en la pertinente campaña “Regala un Libro Esta Navidad”, desarrollada por el FELPN en estas celebraciones navideñas, en que todo se olvida por el aturdido y alegre mes. El “mundo”, en nuestra arraigada cultura occidental – desde el más chiquito hasta el más grande, pobres y ricos– por estos días embullados parecen guiarse por las vociferaciones del mercado que llama, alegremente a gastar, gastar y gastar hasta endeudar, así amanezcamos en enero con las bolsas vacías. No me critiquen de “aguafiestas” o porque crean que esto que digo solo aplica a los que “pueden” comprar. Me consta que, hasta la madre y el padre más pobre, venden la gallina o el chanchito que tienen, o lo que sea, para comprar en la Navidad no siempre lo que necesitan sus hijos, sino sobre todo y por encima de todo, uno o varios juguetes de plástico.


Agradezco a Libros Para Niños la oportunidad que me da su campaña, porque me sirve de marco para denunciar lo que, quizás muchos ya sabemos, pero que no siempre asumimos: el consumismo desmedido, del que necesitamos tomar distancia, apartándonos del pregón insaciable del mercado que nos atonta con sus ofertas de polímero, y nos daña como sociedad, particularmente a la niñez al promover el consumismo vaciado de valor social y cultural. Me refiero al consumo superfluo que reproduce pobreza y basura, esto es, incultura y también pobreza material. Nos gusta “consumir a la loca”, porque nos sentimos “integrados a la tradición” de comprar, comprar y comprar, aunque no tengamos dinero, aunque no compremos siempre lo vital, aunque podamos ahorrar e invertir en lo que realmente necesitamos para desarrollarnos y mejorar nuestra calidad de vida. Pero está bien, no me meteré a este tema, que, aunque tiene relación con esta campaña que yo apoyo, es más complejo de lo que aparenta.

Solo diré de pasada, (porque esto da para mucho más), otro aspecto nefasto del consumismo navideño: la sobresaturación de juguetes para la niñez. Está demostrado, que los y las niñas aplastadas por montañas de juguetes, no solamente se estresan, sino que pierden la ilusión y se les debilita la imaginación. La abundancia no estimula el pensamiento y la creatividad, sino a la inversa, puesto que crea agotamiento y aburrimiento, y en consecuencia acarrea vacíos. Y, lamentablemente esto es lo que el mercado nos ofrece: atiborrar a los niños y niñas de todos los juguetes que aparecen en las series de televisión infantil y luego en el mercado, y si son de marcas mucho mejor, y si son de batería cuanto mejor, y si se enchufan a la pared ¡Wow!, aunque a los dos meses, tengamos que buscar un gran cajón o un barril especial donde guardarlos o, tirarlos a la basura.

Yo sé que –a estas alturas–no voy a cambiarle a nadie sus costumbres, pero me conformo con decir: está bien, gastemos, compremos y consumamos hasta donde queramos y podamos, pero regalemos un libro infantil esta Navidad.  Se los pido sobre todo a las madres, padres, abuelas, abuelos, tíos adultos y amigos, y por eso, igual que el mercado, pero sin costo alguno, quiero venderles este producto de la campaña navideña del Fondo Editorial Libros para Niños. La oferta se resume en este eslogan comercial que he inventado a la que podría llamar Campaña 4 x 1: Regale un libro a un niño, y de paso obtenga cuatro beneficios:

  • Uno, si compras un libro de literatura infantil del Fondo Editorial Libros para Niños, estarás llevándole placer a ese niño o niña mediante un cuento que siempre les gustan: ¿Decime a qué niño no les agradan los cuentos?
  • Dos, ustedes, al comentarles el cuento o leérselo, tendrán la oportunidad de estar cerca de ese niño o niña deliberadamente y podrán mostrarle su afecto de forma novedosa, como hacían nuestros abuelos. ¿A qué niño no le gusta que les muestren afecto con algo nuevo?
  • Tres, al comprar el libro en dicha editorial, de forma inmediata estarás contribuyendo al desarrollo creativo y cultural de ese niño o niña. Recordemos que, quien no lee a esas edades, muy difícilmente lo hará cuando sea adulto.
  • Cuatro, con ese libro que ustedes compren en el FELPN, estarán ayudando a que otros niños y niñas de escasos recursos, tengan acceso gratuito a la literatura infantil.

Pero más allá de la campaña navideña, también es bueno que conozcan que el Fondo Editorial de Libros para Niños, tiene una oferta de literatura infantil que se diferencia de la tradicional y comercial, por su alta calidad. Tanto el tipo de cuentos que son de autores reconocidos, la ilustración que es realizada por artistas nacionales y extranjeros, y la calidad de su fabricación, diagramación e impresión, son obras de arte, y a prueba de colmillos de hiena.

Este Fondo Editorial de Libros para Niños, ha publicado a la fecha 74 títulos de autores nacionales y centroamericanos entre los que destacan los escritores: Sergio Ramírez, Gioconda Belli, María Milagros Terán, María López Vigil, Ernesto Cardenal, Mario Montenegro y Alberto Sánchez Argüello. Entre los autores de otros países de la región, se registra Alberto Pocasangre de El Salvador y Carlos Rubio de Costa Rica. En el caso de los libros-álbumes, en los que la ilustración cuenta también una historia, se registra Vicky Ramos pionera de la ilustración en Costa Rica y en la región de Centroamérica. Y finalmente, es bueno que sepan que la Fundación Libros para Niños y su Fondo Editorial, tiene registrado a más de 3, 000 niños y niñas principalmente rurales que llegan a leer a los Rincones de Cuentos, Puestos de Lectura y Rutas de Lectura que hace funcionar en las regiones Norte-Centro, Occidente y Sur Oriente de Nicaragua. Así es que invita a todos los lectores de este medio a apoyar la campaña 4 x 1, que, en otras palabras, significa regalar cultura y no polímero.

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Nadine Lacayo

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