
8 de abril 2025
PUBLICIDAD 4D
PUBLICIDAD 5D
Abril marca un punto de partida como movilización social autoconvocada sin precedentes
Una manifestación durante abril de 2018 en Managua, Nicaragua. Foto: Archivo | Confidencial
Sin duda alguna para miles de nicaragüenses Abril dejó de ser una fecha intrascendente, una que pudiera pasar desapercibida, porque abril no se sitúa solo en el calendario, sino en cada historia personal de quienes vivieron el conflicto y decidieron reaccionar como sociedad ante los atropellos de la dictadura sandinista.
Hablar de Abril es evocar a la memoria los eventos que nos impulsaron a reaccionar de manera conjunta e imprevista ante una injusticia vivida a plena luz del día y durante tantos años que nos llevó a retomar el espacio público para manifestar nuestro punto de hartazgo con la dictadura.
No significa que antes no existieran voluntades o esfuerzos por manifestar el descontento y los abusos de poder de la dictadura, pero Abril marca un punto de partida como movilización social autoconvocada sin precedentes.
Y también es hablar de todo el dolor desencadenado desde entonces por una dictadura que, al ver tambalear su poder, descargó toda su furia con un pueblo indefenso, que sufrió las embestidas más feroces registrada en la historia reciente de Nicaragua. Que se tradujo a todo el dolor que ya conocemos.
Para muchos Abril marcó la pauta de una vida completamente diferente, significó la pérdida de un ser querido en el contexto de represión, la ruptura con un familiar por disidencias políticas, el encarcelamiento propio o de un ser querido, la causa de exilio, la pérdida de trabajo, y otros duelos, todos igual de válidos.
Por supuesto que cada uno experimentó el conflicto desde contextos, situaciones y perspectivas distintas. Por eso nos provoca emociones diferentes. Cada historia individual es importante, porque todas forman parte de nuestra historia como sociedad.
Cabe preguntarse entonces ¿Qué significa Abril? ¿Cómo nos abrimos como sociedad para entender cómo el otro percibe y experimenta el conflicto? ¿Por qué es importante nombrarlo y entenderlo?
Considerando lo anterior es pertinente cuestionar cómo estamos construyendo una narrativa que considere a todas las partes involucradas por igual al momento de contar la historia, y como estamos creando (o no) espacios de memoria que definan lo que representa Abril para todas y todos.
A veces olvidamos que la memoria colectiva es muy precoz, además los intereses dispersos de actores o agrupaciones políticas en el exilio que podrían usar espacios públicos para incidir políticamente parecen desaprovechar ese recurso al darle prioridad a otros asuntos.
Ante una dictadura que ha cercenado todos los espacios de comunicación independientes al Estado, y que, con agentes colaborativos influyentes en la sociedad, pretende erradicar exhaustivamente cualquier indicio de la rebelión cívico-pacífica de Abril y lo que representa para el país.
Lo hace a través de campañas de desprestigio hacia la causa de Abril, calificando la expresión popular de rechazo como un “golpe de Estado”, promoviendo actividades banales con influencers locales para desviar la atención social, y manteniendo a las personas dentro del país incapacitadas para hacer cualquier referencia a Abril.
Aunado a esto, el régimen integró a más de 76 887 “policías voluntarios”, según un artículo publicado por Confidencial, en funciones de represión, aumentando significativamente la capacidad de intimidación de la Policía Nacional al aproximarse a la fecha que implicó la mayor movilización reciente en Nicaragua.
Por esto, es urgente que la sociedad exiliada nicaragüense cree espacios de memoria, concientización, arte y justicia sobre lo que Abril representa para miles de personas de distintas posiciones, razas, sexos, religiones, ideales, o preferencias sexuales, todas igual de protagonistas en la historia del país.
La responsabilidad de resignificar Abril y de crear espacios de memoria colectiva recae tanto en quienes permanecen en Nicaragua, como en la sociedad nicaragüense exiliada, la cual, desde una posición de libertad, puede incidir en lo que esta fecha representa para todas y todos los nicaragüenses.
Quienes además pudieran aprovechar el foco de atención de los países que residen, y las libertades de expresión que estos les ofrecen, para hablar de lo que representa una herida vigente en Nicaragua.
Porque la construcción de la memoria es el camino hacia la obtención de justicia, no podemos dejar caer en la impunidad a los responsables de tanto dolor y miseria. Es necesario apelar a un proceso de transición hacia la justicia social, donde los actores paguen por sus delitos y las miles de víctimas en el país encuentren reparación.
PUBLICIDAD 3M
Joven exiliado nicaragüense en Costa Rica. Originario de Bluefields, en la Región Autónoma del Caribe Sur. Formó parte del proyecto Exilia D.O.S, una miniserie que a través de la comedia reflejaba las vivencias de los exiliados nicaragüenses en Costa Rica.
PUBLICIDAD 3D