Otras romerías (Celebrando a Eros)

Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas
mientras la noche azul caía sobre el mundo

Pablo Neruda

Quiero que se fije en mí
cómo yo me fijé en ella.

No todos hablaran de ti,
como lo hago siempre yo.

¿Dime quién soy yo para vos? Eres mi norte,
mi luna en celo, el sol que me ilumina,
la alegría de mis tardes, el goce de mis noches,
el fuego que me quema. ¡La mujer que amo!

No te andes con promesas conmigo.
Estoy cansada de tanta politiquería.
¡No habrá mañana! ¡Debe ser hoy!

Alegre de  saber que mis sueños,
hace rato los convertiste en realidad.

Te aclaro, es una inversión
con dividendos compartidos.

Acabo de recordar
que me olvidé de ella,
nada más que eso fue
hace más de diez años.

¡Tiene una cara angelical
y una perversión diabólica!

¿Quiénes son esas mujeres
que por las noches te llaman?
Son fantasmas de viejos amores.

No habló, me lo dijo todo con su sonrisa.

Amo sus largos silencios.

Si el café sabe frío,
no me responsabilices.

Me pidió que explorara entre sus montes
y conociera la transparencia de sus aguas.

Al ser vistos por el vecino,
en vez de contener su ímpetu,
me dijo, ¡déjalo que se divierta!

Tiene dos cosas sorprendentes,
la exuberancia de sus nalgas
y una inventiva prodigiosa en la cama.

¡Ay, sus besos!
¡Siguen estacionados
entre mis labios!

Tal vez sin quererlo
lo fuimos queriendo,
lo estuvimos haciendo.

Su audacia en la cama
no conoce fronteras.

¡Se me mostró como vino al mundo!
¡Ahora no puedo apartar esa imagen!
¡Su cuerpo quedó grabado en mis pupilas!

Me arrebató el aliento,
y me paralizó el corazón.
¡Ya no soy el mismo!

Eres más bella de cómo te soñé.

Nunca fui más feliz,
que la noche que viajé
hacia sus confines.

Fue tan fugaz,
que ahora no sé,
si todo fue cierto
o una gran mentira.

No me reproches por haberte deseado,
mucho antes que esto ocurriera,
en mis sueños vos ya me habías poseído.

Nunca aprendió a decir que no.
Ahora anda en boca de todos.
Su sabiduría en la cama es prodigiosa.

¿Sus alborotos en la cama?,
¡Son la delicia del vecindario!

Si quieres engañarte,
¡seguiré fingiendo!

Sigámonos queriendo,
como siempre nos quisimos.

Todo lo que ayer fue, hoy ya no es.

Tengo ganas de bajar
hacia tus montes.

Me fui dejando arrastrar,
a sabiendas que no la quería.

Deseo conducir tu barca
hacia puerto seguro.

Me bastó ver cómo me miraba
para saber que sería mía.

Deja de esperar el milagro.
¡El milagro soy yo!

El descaro de sus nalgas
me pone en pie de guerra.

La terquedad de sus caderas
armoniza con la voracidad de su sexo.

No hubo rincón de la casa
por donde no paseara su sexo.

Las guayabas me recuerdan
el olor que despiden tus aguas.

Todo lo hace de prisa, hasta el amor.

¡No te angusties!
Si hoy no fue
¡mañana será!

Sorbe gota a gota
el néctar de mis aguas.

Nos acostamos ebrios de amor
y amanecimos con una reseca
que invitaba a continuar haciéndolo.

Viste como quiere, ama como pocas,
no se atiene a reglas, ni pide nada a cambio.

Ven, te invito a conocer
las tres caras de la luna.

Mi amor
es más divertida
que la luna
y más arrogante
que el sol.

Hubo un tiempo
que sus besos
me enloquecían.

¡Tiene un su modito
de decir las cosas,
que terminas creyéndole!

¡Témele a su lengua,
abstente de escucharle!
Podría embrujarte
como lo hizo conmigo.

No presumas
de mis besos,
ni te fíes en mí.
Tarde le hice caso.

Sabe a madrugada fresca,
huele como los heliotropos.

¡Puedo precisar el lugar exacto
donde quedan todos tus lunares,
el color incandescente de tus pezones
y la temperatura tibia de tus aguas!

¡Deja que mi luz
penetre en tu oscuridad!

¡Se necesita haber perdido la razón
para amar como yo te amo!

Mientras ella imploraba
el milagro a los santos,
yo decidí invocar a Eros.

Empecé a deshojar una Margarita,
tierna y dulce como una princesita.

¡Tu manera de verme delatan
tus ansias de revolcarte conmigo!

Nuestros desencuentros
forman parte del encanto.

Su humedad persiste en luna llena
como en lo más crudo del verano.

Su belleza perturba el aroma de las flores.
Tenía una mirada persuasiva.

Se hicieron amantes
cuando leyó sus poemas.

Al atardecer sale a caminar
para embellecer el paisaje.

La fidelidad no es para siempre
termina cuando el amor acaba.

Migrar ha sido mi destino.
Como judío errante,
¡Voy de flor en flor!

Mi amor alzó vuelo, deseo saber
hacia dónde dirigirá sus pasos.