4 de noviembre 2022
El pasado 12 de octubre, se aprobó una declaración en las Naciones Unidas, en la cual se rechaza la agresión que el Gobierno de Rusia ejerce contra Ucrania y la anexión de territorios de Ucrania en las zonas militarmente ocupadas por Rusia, ya que atenta contra la soberanía, integridad territorial e independencia política de este país, lo que a su vez es contrario a los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas y lo contemplado en materia del derecho internacional. La declaración se aprobó con un total de 143 votos durante el 77 periodo de sesiones de la ONU.
Ante este hecho, la dictadura de Nicaragua, la cual, para desgracia de la mayoría de nicaragüenses representa arbitrariamente a nuestro país, se hizo notar. En el tablero de las votaciones el nombre de Nicaragua figuró como el único país del continente americano que se opuso a la aprobación de la resolución, es decir, se posicionó abiertamente del lado del Gobierno ruso, lo cual no es tan raro después de todo, dado que ante el aislamiento internacional que se ha ganado el Gobierno sandinista, los aliados que le quedan son muy pocos y dentro de estos Putin es uno de ellos, al cual Ortega se aferra para sentirse acompañado internacionalmente y fortalecer su dictadura.
Desafortunadamente y en términos políticos, en los asientos de la ONU figuran los Gobiernos que están al frente de los países en el momento, sin importar si estos son democráticos o dictaduras como la de Ortega, es por eso que, aunque en Nicaragua Daniel y Rosario no sean gobernantes legítimos, ante las Naciones Unidas son la representación del país a través de sus embajadores. Esto da la errónea idea de que “Nicaragua apoya a Rusia” o, mejor dicho, al Gobierno ruso. Personas de todo el mundo pensarán que nuestro país está a favor de la invasión a Ucrania, pero no es así, la realidad es que la amplia mayoría de la población nicaragüense no apoya a Putin, salvo la minoría sandinista que responde a las actuaciones del Gobierno de Ortega.
Nicaragua no apoya a Putin, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo que se mantiene en el poder por la fuerza y con un saldo de centenas de asesinados, presos políticos y demás víctimas de su autoritarismo, es la que, por beneficio propio, se apunta en respaldo de la dictadura rusa; tristemente es el nombre de nuestro país el que figura en tan errónea decisión de nuestro ilegítimo gobierno.
La oposición nicaragüense, amplia mayoría de la población nacional, ha mantenido una lucha constante en contra de las violaciones a los derechos humanos y la violencia, por lo cual las actuaciones de Putin sobre Ucrania no son respaldadas. Es importante que se tome en cuenta esto, pues, aunque el protocolo siga poniendo el nombre de Nicaragua ante las participaciones de la dictadura, se debe estar consiente que no están representando la voluntad popular. Nicaragua será representada como tal, únicamente cuando se restablezca la democracia y sea un gobierno legítimo el que ocupe los respectivos espacios que se debe ante la comunidad internacional, por el momento los dictadores se representan a sí mismos no al país.
Lamentablemente, aunque solo “Nicaragua” se opuso a la declaración, hubo otros países hermanos que decidieron optar por la abstención, una postura con la cual demuestran que los problemas del otro lado del mundo no son lo suficientemente importantes como para posicionar una postura firme a favor o en contra, las representaciones de Honduras y Bolivia, por ejemplo, y como era de suponer, también la representación cubana. Ningún país que se asuma democrático debe respaldar o abstenerse de opinar sobre ninguna invasión militar en cualquier parte del mundo.