20 de febrero 2022
Ha sido una verdad histórica que los tiranos y opresores pasan a la basurera de la historia y los dos decrépitos usurpadores del poder en Nicaragua no serán la excepción.
No tuve la oportunidad ni el honor de conocer al general de brigada en retiro y preso político Hugo Torres Jiménez (q. e. p. d.) pero si respeto profundamente su sueño y total entrega de tener una Nicaragua nueva.
No me toca a mí juzgar su hazaña pues esta estaba vinculada a la realidad del momento que le tocó vivir, pero si admiro su valor, coraje y entrega para derrocar a una dictadura que oprimía y reprimía al pueblo en su época.
Lo que si me toca a mí es levantar mi voz para denunciar su asesinato. Sí, estamos ante un asesinato de lesa humanidad porque él era inocente y su único delito fue oponerse a los vejámenes de los dos longevos de El Carmen.
En su comunicado, la Fiscalía expone que al conocer la gravedad de la enfermedad del general en retiro solicitaron la suspensión definitiva del juicio criminal, alevoso y lleno de odio que los asesinos de El Carmen ordenaron en su contra y que los desnaturalizados del Poder Judicial con gusto impulsaron y diligenciaron sin que hubiese ninguna prueba cierta, contundente y valedera. ¿Si eso fuera una realidad por qué estaba secuestrado?
Los jueces, fiscales y policías no son solo ejecutores de órdenes ellos también son corresponsables de los delitos cometidos en contra de gente inocente. Ellos, los que han vilipendiado las leyes y mancillado el juramento que le hicieron a la patria también tienen una cuota de responsabilidad. Han olvidado que su principal misión es la de ejercer la profesión de manera digna, vigilante de las leyes y respeto a los procesos y por eso ellos también tendrán que responder porque son tan culpables con los tiranos Ortega y Murillo.
La democracia y la libertad serán una realidad en Nicaragua y en ese tiempo tanto los usurpadores del poder y sus lacayos tendrán que dar cuenta no solo por la vida del general Hugo Torres, pero también por la vida y los daños causados a cada nicaragüense que han asesinado, secuestrado, enviado al exilio, desaparecido, confiscado, robado y la lista de daños es interminable.
Vendrá el día en que veremos a los provectos de El Carmen pagar por sus crímenes y por haber hundido a nuestro país en la más oscura de las épocas de nepotismo y la usurpación.
Al general Hugo Torres lo asesinaron, pero hay una realidad histórica: Los justos pasan a la historia, los injustos pasan al olvido.