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“Si no hay un cambio en Gaza, la protesta estudiantil continuará después de septiembre”

Nara Milanich, profesora en la Universidad de Columbia: “El antisemitismo es un caballo de troya, hay una intención de intervenir las universidades”

Vista del campamento de estudiantes de la Universidad de Columbia, en apoyo a la causa palestina, el 22 de abril de 2024. Foto: EFE/Sarah Yenesel

Carlos F. Chamorro

6 de mayo 2024

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El 17 de abril de 2024, unas horas después que la presidenta de la Universidad de Columbia, Minouche Shafik, compareció en una audiencia del Congreso de Estados Unidos por supuestas actividades “antisemitas” en el campus universitario, estalló la primera “acampada” estudiantil contra la guerra de Israel en Gaza, que ha provocado más de 30 000 muertos, la mayoría civiles, incluyendo miles de mujeres y niños, después del ataque terrorista de Hamas contra Israel que produjo 1400 muertos, y la captura de 230 civiles como rehenes.

Un día después, los estudiantes fueron desalojados por la Policía de Nueva York, a solicitud de las autoridades de Columbia, y la protesta estudiantil propalestina se extendió en más de 40 universidades, entre ellas Texas, Michigan, UCLA en California, Yale, Brown, Northwestern, Emory, Vermont, en 25 estados de Estados Unidos, donde más de 2000 estudiantes han sido detenidos por la Policía.


Nara Milanich, profesora de Historia de la Universidad de Columbia, respalda el derecho a la protesta estudiantil, y atribuye el reclamo de algunos congresistas por la supuesta amenaza “antisemita” en las universidades, a un pretexto político. “Es un caballo de Troya de sectores de derecha, que más bien les interesa poder intervenir en las universidades y tratar de controlar lo que se enseña, lo que se dice, lo que se investiga”, afirma, en una entrevista en el programa Esta Semana.

La académica, miembro de la comunidad judía, considera que la protesta estudiantil contra la política del presidente Joe Biden de respaldo a Israel, podría tener un impacto en las elecciones de noviembre entre el presidente demócrata y Donald Trump, y advierte que “si la guerra sigue en Gaza, si no cambia nada, la protesta estudiantil continuará después de septiembre”, cuando se reanude el año académico en las universidades.

¿Cuál fue la causa principal del estallido de la protesta estudiantil en la Universidad de Columbia hace ya más de dos semanas? ¿Quién la convocó, y cómo se explica que esta protesta se ha reproducido ahora en más de 40 universidades en Estados Unidos?

Este famoso campamento que empezó toda esta historia de las últimas dos semanas, empezó el mismo día que la presidenta de Columbia apareció ante una audiencia de congresistas en Washington para hablar de la supuesta crisis del antisemitismo en la universidad.

En realidad, esa audiencia fue un desastre de relaciones públicas, en la que cedió de todos los valores de la universidad. La misma mañana de esa audiencia apareció un campamento, una serie de carpas en medio de la universidad. Parecían como hongos estas carpas verdes. Este campamento fue organizado por un grupo de estudiantes, no se sabe cuántos. Duró tan solo unas 30 horas. Y al día siguiente, a la una de la tarde, apareció la fuerza policial, y se llevaron presos a unos 100 estudiantes.

Poco tiempo después, otro grupo de estudiantes tomó otro espacio, justo al lado del primer campamento. Se volvió a establecer un segundo campamento y ese duró hasta el martes (30 de abril), cuando vimos este despliegue increíble de poder de fuerza policial. Llegaron centenares de policías del NYPD para destruir el campamento y también para desalojar a decenas de estudiantes que se habían tomado un edificio de la universidad.

¿Por qué interviene el Congreso de Estados Unidos en el entorno de las universidades? Algunas de estas, como Columbia, son universidades privadas, e interrogan a los rectores y les acusan que ellos están permitiendo expresiones antisemitas en sus universidades que atentan contra la libertad de expresión. Algunos han renunciado, como las presidentas de las universidades de Harvard y Pensilvania. ¿Cómo impacta en las universidades la intervención del Congreso?

Hay toda una narrativa desde otoño pasado, desde el ataque del 7 de octubre (de Hamas en Israel) sobre el antisemitismo en el campus. Y quiero describir un poco lo que vi como profesora judía en la universidad, y en el campamento. El campamento era pacífico. Un grupo de estudiantes que organizaban talleres sobre el antisemitismo; organizaban cenas, por ejemplo, para la Pascua judía Passover. O sea, estaban ahí charlando, cantando, algunos estudiantes llegaban a la clase por Zoom desde el campamento.

Esta idea de que eran estudiantes violentos, antisemitas, me parece del todo inventada. ¿Existe el antisemitismo en el campus de Columbia? Por supuesto que sí. Y se sabe de los prejuicios en contra de los judíos, pero también de muchos otros grupos, la islamofobia, están en aumento. Pero llamar a la Policía de la ciudad de Nueva York, no sirve para suprimir el antisemitismo. No somos más seguros como profesores o estudiantes judíos y de otros grupos, cuando está la Policía ocupando nuestro campus.

Lo que me parece que está pasando es que ciertos elementos de la derecha en los Estados Unidos —y esto explica un poco por qué una audiencia en el Congreso—, en realidad tienen otra agenda política. No creo que les interese mucho el bienestar de los judíos, ni tampoco la política en el Medio Oriente. Creo que lo que más bien les interesa es poder intervenir en la universidad y tratar de controlar lo que se enseña, lo que se dice, lo que se investiga.

Por ejemplo, en el estado de la Florida. Yo soy autóctona del estado de la Florida y en las universidades allí, ha habido un ataque abierto por parte del gobernador De Santis en contra, por ejemplo, de cómo se enseña la historia de la esclavitud, cómo se investiga el cambio climático, cómo se investigan los derechos de los votantes. O sea, esto no tiene nada que ver con el Medio Oriente, ni tampoco con el antisemitismo.

Nara Milanich, profesora de Historia Latinoamericana en la Universidad de Columbia. Foto: Captura de pantalla

Pero la protesta estudiantil tiene banderas concretas. Es decir, cuestiona la política del presidente Biden de respaldo a Israel

Por supuesto, rechaza la guerra de Israel en Gaza y Palestina. Los estudiantes sí tienen su agenda política muy clara en contra del genocidio, en contra del bombardeo de Gaza. Ellos sí tienen su postura política muy clara, pero estamos hablando de la respuesta, por parte de congresistas. ¿Por qué les importa tanto lo que dicen y lo que pasa en los campus de Estados Unidos? Me parece que se ha convertido el antisemitismo en una especie caballo de Troya para entrar en la universidad, e incidir en las políticas y en lo que se habla, lo que se enseña.

¿Cómo reacciona la comunidad judía en la Universidad de Columbia y en otras universidades? Los estudiantes, los profesores, otros sectores que son donantes de la universidad ¿se sienten amenazados por este movimiento?

Depende de cómo definimos el antisemitismo. Hay una gran población judía, tanto de estudiantes como de profesores en la Universidad de Columbia. Pero no por eso estamos todos unidos, compartiendo la misma opinión política, las mismas identidades, las mismas experiencias. Es un grupo súper heterogéneo y con muchas opiniones políticas distintas, relaciones con Israel, distintas.

Se ha confundido el antisionismo, con el antisemitismo. Si uno percibe el discurso propalestino como antisemita, entonces los campamentos son antisemitas. Pero en realidad eso es una postura política, y estamos confundiendo un discurso político, con un prejuicio en contra de un grupo étnico o religioso. Y son dos cosas distintas. Es importante distinguir entre crítica a Israel, con hacer mal o discriminar en contra de los judíos.

Muchos de los estudiantes, en el mismo campamento, eran judíos, más de una cuarta parte de los estudiantes que fueron llevados presos por la Policía, por lo menos en el primer grupo hace dos semanas, eran estudiantes judíos. Son estudiantes de grupos que abogan por la paz y la justicia en Palestina.

La Universidad de Columbia ha sido intervenida dos veces por la Policía. ¿Qué impacto tiene esta intervención policial y otras que se han dado en la Universidad de California, en UCLA, y la posible expulsión de los estudiantes?

Yo soy profesora desde hace 20 años, y nunca jamás he visto una cosa como en estos días, el despliegue de poder policial que hemos visto, la demostración de fuerza, abrumadora.

Seguramente que los oyentes de usted conocen los contextos autoritarios. Para nosotros aquí ha sido un enorme choque ver centenares de policías con cascos y armas de fuego llegando a la universidad.

Este movimiento se ha extendido en más de 40 universidades en Estados Unidos, incluso en algunas en Francia, en Gran Bretaña. ¿Qué impacto puede tener sobre la injerencia gubernamental en las universidades y en la libertad del debate público?

Hay mucha preocupación por el impacto en la realidad política, más allá de la universidad. Estamos en un año de elecciones. Entonces hay mucha preocupación por si va a ser otro 1968; ¿esto va a dividir a los demócratas?; ¿va a ayudar a Trump a ganar la Casa Blanca de nuevo?, y se echa la culpa a los estudiantes.

En realidad, creo que a quien se debe echar la culpa es a los administradores por haber manejado tan mal esta situación. Si hubiera la presidenta de Columbia hace dos semanas, dejado ese campamento del todo pacífico, sin tocarlo y entrar en negociaciones con los estudiantes, creo que estaríamos viviendo en otro mundo. El momento en que llamó a la Policía, ya cambió todo.

La Policía de Nueva York entra a la Universidad de Columbia para arrestar a personas que participan en las protestas propalestinas, el 30 de abril de 2024. Foto: EFE/Stephani Spindel

¿Cómo se ve la resonancia internacional de este movimiento y las distintas lecturas que se hacen? Por ejemplo, en Nicaragua el dictador Daniel Ortega, que masacró a los estudiantes universitarios que protestaron en 2018, se solidarizó con la protesta de los estudiantes universitarios en Estados Unidos.

Yo creo que los estudiantes no estarían de acuerdo con el apoyo por parte del señor Ortega. Ellos se están organizando en contra del autoritarismo del Gobierno de los Estados Unidos que está tratando, por parte de estos congresistas de extrema derecha, de incidir en la universidad. Están en contra de la violencia, a favor de la paz,. Entonces, no creo que los estudiantes estarían muy contentos al escuchar el parecer del señor Ortega.

¿Qué proyecciones tiene este movimiento, cuando termine el semestre universitario? Usted decía que va a incidir en la campaña electoral en Estados Unidos ¿Tendrá una permanencia como otros movimientos, como Black Lives Matter en Estados Unidos?

Es una muy buena pregunta. Yo soy historiadora, puedo hablar del pasado, pero quizás no tan bien del futuro. Por lo que he visto de mis estudiantes que participan, no creo que estas protestas desaparezcan. Es cierto que estamos en mayo, está terminando el año escolar, ya estamos entrando en el verano y los estudiantes todos se van a sus casas. Entonces seguramente las cosas se van a tranquilizar en los próximos meses, pero va a llegar septiembre y el nuevo año académico. Yo creo que si sigue la guerra en Gaza, si no cambia nada, si todavía estamos en la misma situación, los estudiantes volverán a organizarse.

Si la administración no ha logrado inspirar confianza en los estudiantes, y tampoco en los profesores, es muy posible que la presidenta de Columbia no durará hasta septiembre. Hay muchísimo enojo con ella y sus políticas, vamos a ver si habrá otro liderazgo de la universidad y si podrán manejarlo mejor.

Hay universidades que han logrado negociar con los estudiantes, que han logrado convencer a los estudiantes a que deshagan sus campamentos. Por ejemplo la Universidad de Brown y otras, que han podido dar fin a estas protestas de manera pacífica.

Llamar a la Policía, simplemente causa más problemas. Vamos a ver si los rectores son capaces de aprender de sus propios errores y si seguirán políticas distintas a partir de septiembre. Desde el punto de vista de los estudiantes, creo que estarán ahí, con sus carpas, sus banderas, sus creencias y sus valores en septiembre, de nuevo.

Usted es una profesora judía que apoya este movimiento estudiantil. ¿Es una excepción? ¿Cuál es la reacción en general de los académicos, de los profesores de las distintas universidades?

Los profesores están bastante divididos. Hay quienes apoyan las demandas de los estudiantes y hay quienes están en contra. Hay algunos que están teóricamente a favor, pero no les gustan las estrategias. Hay quienes estaban a favor de los campamentos, pero no la toma del edificio. Tenemos mil opiniones sobre el tema. Yo soy profesora de Historia Latinoamericana. Lo que yo apoyo es la libertad de expresión, la libertad académica y el derecho a la protesta en las universidades. Eso es lo que apoyo.

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Carlos F. Chamorro

Carlos F. Chamorro

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Fundador y director de Confidencial y Esta Semana. Miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo. Ha sido Knight Fellow en la Universidad de Stanford (1997-1998) y profesor visitante en la Maestría de Periodismo de la Universidad de Berkeley, California (1998-1999). En mayo 2009, obtuvo el Premio a la Libertad de Expresión en Iberoamérica, de Casa América Cataluña (España). En octubre de 2010 recibió el Premio Maria Moors Cabot de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia en Nueva York. En 2021 obtuvo el Premio Ortega y Gasset por su trayectoria periodística.

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