18 de marzo 2024
En Nicaragua el estado de la economía está totalmente capturado por un régimen que se enriquece a costa del pueblo y el endeudamiento externo. En 2024, la economía crecerá igual que en 2023 gracias a las remesas y los préstamos, pero en vez de distribución equitativa de la riqueza, lo que hay es concentración del dinero para los nuevos ricos del régimen.
La bonanza de las remesas y su crecimiento
Las remesas tendrán un crecimiento máximo del 10% en gran parte debido al continuo auge migratorio.
En 2024 la migración seguirá fluyendo hacia Estados Unidos a través de las políticas de alivio humanitario. Si éste es suspendido a mediados de año por razones políticas electorales, el número de migrantes bajo ese alivio caerá por la mitad. Esto indica que la salida de personas continuará, pero con un menor ritmo que años anteriores.
El caso de Costa Rica habrá una disminución en las solicitudes de refugio y menos personas quedándose en el país sin papeles. El clima político en Costa Rica no es ameno como sitio de refugio para los nicaragüenses, mientras en Estados Unidos los intentos de entrada irregular disminuirán frente a la fuerte presión de contención en la frontera con México.
El 80% del crecimiento de las remesas en 2024 se originará en Estados Unidos debido a los envíos que están haciendo más de 800 000 nicaragüenses en este país, de los cuales 65% llegó desde 2018. Estos nicaragüenses que salieron después de 2018 llegaron a Estados Unidos con el trauma de haber salido de un tumulto atemorizante, de hacer vida en el país lo más rápido posible sin esperar tener papeles en regla —de hecho, menos del 20% de los que salieron desde la crisis de derechos humanos han podido solicitar asilo, incluyendo los del alivio humanitario. Su única prioridad aparte de hacer vida es cuidar de sus familias en Nicaragua porque saben lo mal que están las cosas ahí.
La verdadera economía de Nicaragua sin remesas
Las remesas han tenido un gran impacto en la economía y han aliviado a sus familiares a enfrentar los altos gastos. En términos prácticos, de esas 1.3 millones de transferencias mensuales un millón de hogares están recibiendo el dinero, o sea 60% de los hogares del país. El alivio es real, sin el envío de remesas el consumo privado en Nicaragua no ha crecido desde 2018. Aunque la propaganda del régimen predica la solidaridad y la inclusión, la realidad es otra: la gente no encuentra empleo, un buen trabajo, y termina yéndose o viviendo de poco.
El consumo privado per cápita anual entre los hogares que no reciben remesas entre 2019 y 2023 subió de USD1200 a USD1400. (a precios corrientes), sin embargo, cuando se incluyen todos los hogares el consumo per cápita aumenta aún más, de USD1220 a USD 2100. La realidad se torna más dura para quienes no tienen familia en el exterior o buenos trabajos y siguen en el país.
El crecimiento económico del país que registró 3.5% en 2023 y avizora un crecimiento similar en 2024, por el impacto de la entrada de remesas en el consumo que ha crecido de 14% a 35%. El problema es que quienes no reciben remesas no les va bien, y los que la reciben no les da para ahorrar y no tienen confianza en invertir en el país.
Las remesas, la deuda, el gasto del Estado y la inversión publica
La perversidad del oportunismo del régimen es más visible en la manera en cómo este dinero alimenta las arcas del Estado que están en manos de la dinastía y su clan. La entrada de remesas ha aportado al ingreso tributario del país.
Aunque estas transferencias crecerán más de 10%, ya son parte integral del ingreso tributario regular de un porcentaje significativo. No tendrán el incremento que tuvieron en 2022 y 2023, pero le dan un alivio al enriquecimiento del Gobierno. Dentro del esquema de captura de Estado, el Gobierno Ortega-Murillo se sostiene bajo cinco ejes (a) el uso de agencias del Estado de parte de la familia para el enriquecimiento propio; (b) el uso de la ley para confiscar bienes en beneficio del círculo clientelista; (c) el uso de la fuerza y el miedo para desalentar la competencia en el mercado aprovechando la inseguridad jurídica; (d) el uso de los ingresos fiscales para apoyar el sistema cleptocrático, y (e) el uso del endeudamiento externo para beneficiar a la élite económica y política.
El ítem (d) incluye la extorsión tributaria y los ingresos por concepto de impuesto al valor agregado por consumo entre receptores de remesas.
Eso ha permitido que Nicaragua pueda tener más espacio presupuestario sin aumentar su endeudamiento en mayores cantidades mientras ocupa su inversión pública para facilitar contratos con empresas allegadas al régimen. Como se demuestras en el siguiente cuadro, los impuestos de consumo por remesas se triplicaron en seis años y el peso de las remesas en la renta del Estado se duplicó. Pero al mismo tiempo el Estado ha endeudado al país para que el Ministerio de Transporte e Infraestructura (que recibe más de la mitad de la inversión pública) asigne la mayoría de los contratos a los aliados del clan familiar para construir carreteras en vez de más escuelas. Las empresas que no son amigos, o dejan de ser “amigos del régimen”, pasan a formar parte del grupo de los confiscados.
El reordenamiento económico a favor del clan
La captura de Estado por parte de la dinastía y el círculo de poder que se manifiesta en varias aristas (extorsión, confiscación, abuso de propiedad pública y endeudamiento, y tributación regresiva) responde a una motivación política. La lógica de la captura de Estado es cambiar el balance económico a favor de la dinastía como la nueva élite en el poder, una vez que han consolidado su monopolio político. Estos van desplazando industrias enteras, tales como las de bienes y raíces, construcción, salud, educación, y gradualmente entrarán en los siguientes sectores de exportación, y producción alimentaria.
El desastre que los Ortega y Murillo han provocado contra los nicaragüenses ha tenido siempre como único propósito, convertirse en el nuevo gran capital. El problema es que su duración es limitada y los costos de este desastre se lo están heredando a los nicaragüenses. ¿Cómo se ubica el actual gran capital ante esta transición del modelo dinástico? ¿Tienen algún margen de acción, o están cooptados? ¿Hay espacio para un nuevo sector empresarial emergente, o los empresarios no tienen cabida en el cambio político?