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España: las derechas contra los derechos

En España hay democracia a pesar de tener un reino anacrónico y una monarquía parasitaria, el Estado permite el libre ejercicio político

Alberto Núñez Feijóo

El líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, en una rueda de prensa en diciembre de 2022. Foto: EFE

Onofre Guevara López

13 de junio 2023

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España es vista por los latinoamericanos de maneras distintas como diversos son nuestros países y como variadas fueron las formas de la explotación colonial, pero nunca dejará de ser el país multinacional que nos impuso el mejor de sus idiomas, con el cual nos entendemos y ya no podemos dejar de ser hispanohablantes ni ajenos a su cultura.  La otra herencia, la religiosa —su medio ideológico para la colonización—, es menos esencial en lo que somos; y entre quienes dicen practicar la religión son enemigos de su Iglesia y persiguen a sus pastores cuando estos cuestionan su poder. Cuan Tartufos, se parecen a los predicadores originales de la conquista, solo que, en vez de la cruz, utilizan las armas y el dinero.

Pero no es del idioma ni de la religión que vamos hablar, sino de la actualidad política española que —como en todas partes— vive las contradicciones de las luchas por el control del poder entre las clases. En España hay democracia a pesar de tener un reino anacrónico y una monarquía parasitaria, el Estado permite el libre ejercicio político; y, lo normal: unos partidos luchan por las libertades democráticas y los derechos sociales; y otros, luchan por mantener el statu quo y, por ende, los privilegios de clase que reproducen la desigualdad social.

Se sobreentiende, que cada partido actúa orientado por intereses de clase y conceptos ideológicos contradictorios; hay tendencias políticas ideológicas de derechas y de izquierdas —lo convencional— y el Estado español, como todo Estado, no es imparcial, pero es tolerante con todas las corrientes políticas.

II


En España hay decenas de movimientos y partidos políticos nacionales y de las comunidades autónomas; los partidos nacionales más importantes de las derechas, son:

El Partido Popular que tuvo la presidencia del Gobierno por última vez con Mariano Rajoy (2012-2018); ganó las elecciones autonómicas y municipales del pasado 28 de mayo, y es el mayor aspirante a ganar las elecciones generales del próximo 23 de julio; su líder actual es Alberto Núñez Feijóo.

El Partido Vox, ultra derecha, quedó como tercera fuerza en las elecciones del 18-M; entre sus miembros hay exmilitares franquistas; su líder es Santiago Abascal, defensor a ultranza de “toda la herencia española en América” con expresiones racistas. Ha sido aliado del PP, y si lograran unirse en el próximo 23-J se constituirían en la mayor amenaza para la democracia española.

Ambos partidos han proclamado su decisión de derogar las leyes de beneficio social aprobadas contra sus votos en el Congreso y, entre otras cosas, prometen eliminar el Ministerio de la Igualdad. Pero no son estos partidos los únicos que amenazan la democracia, sino la influencia del gran capital en los poderes Judicial, policial, militar y mediático; de hecho, la maquinaria de la derecha mediática tiene mayor influencia que sus partidos.

El Partido Ciudadanos, que fue una creación del gran capital para aglutinar a quienes, siendo de derechas no les gusta el PP ni Vox; pero este artificio político se le estropeó en las elecciones del 18-M; fue prácticamente eliminado.

III

El gobernante Partido Obrero Socialista Español —socialdemócrata— sufrió una derrota en las elecciones del pasado 18-M; el día siguiente el presidente Pedro Sánchez adelantó las elecciones generales de diciembre para el 23 de julio; esto fue cuestionado por el PP y el Partido Vox con el pueril argumento de que julio es temporada de vacaciones, pues las luchas políticas no vacacionaran ni la mayoría de la población puede vacacionar.

Los partidos de izquierdas aceptaron la convocatoria, porque suponen que la victoria electoral de las derechas se debió, en parte, a una oportunista manipulación mediática que confundió al electorado. De otro modo, no se explican la paradoja de que obtuvieran más votos los partidos que se opusieron, votaron en contra y prometen derogar todas las leyes sociales que protegen a las mujeres, a los trabajadores y clase media.

Un ejemplo de ello es que esa mayoría social es de inquilinos que han sido víctimas de la voracidad de las inmobiliarias, las cuales, finalizado cada contrato de arriendo, elevaban el alquiler hasta el 35% en el nuevo contrato, y quien no podía ni quería ser abusado... a la calle. ¿Cómo se explica que esa mayoría de la población protegida por las leyes sociales aprobadas por el Gobierno socialista y sus aliados de izquierdas, votaran a las derechas? Solo pudo ser porque la gente fue víctima de la campaña sucia de la derecha mediática y las mentiras de sus partidos políticos.

Esta no sería la única razón, pero es la más importante. Ahora, la campaña de las izquierdas trata de revertir eso absurdo “suicidio social”, solo posible por el adormecimiento ideológico de amplios sectores adictos a los programas de entretenimiento (diversionistas) y a noticieros que operan sobre la base de bulos calumniosos contra políticos de izquierdas y son originados en las cadenas de medios de comunicación controladas por el gran capital.

La derecha mediática también crea campañas de odio hacia los principales dirigentes de izquierda, al extremo de animar a grupos fascistas a montar piquetes violentos frente a sus casas; en estos grupos hay franquistas que gozan de impunidad, gracias a que no se aplicó la justicia transicional. (Al respecto, los españoles ponen el ejemplo a la Argentina, en donde, al salir de la dictadura a la democracia, los principales militares asesinos fueron condenados por la justicia).

IV

Con la derrota del progresismo el 18-M, los liderazgos de izquierdas recordaron algo elemental: que la derrota se debió a su participación por separado en las elecciones. Para las elecciones generales anteriores, el PSOE buscó en vano una alianza con el Partido Ciudadanos; pero como sin alianzas no podría ganar, el PSOE aceptó aliarse con las izquierdas y con esta coalición gobierna todavía, y se verá obligado a repetir esas alianzas, porque el futuro Gobierno español no será del PSOE sin los partidos que están a su izquierda.

Entre ellos, el Partido Sumar que lo integran Izquierda Unida (ahí está el histórico Partido Comunista español), Alianza Verde, Más País, Verde Equo, y 12 organismos más; el triunfo del PSOE estaría garantizado por sus alianzas y, a su vez, garantizaría el avance social en España. Pero las afinidades políticas con las izquierdas con el PSOE son solo en el campo social, pues en política interna tienen muchas diferencias, aunque son mayores las divergencias en política exterior; y aunque las izquierdas son críticas de Putin, a Sánchez le critican por su seguidismo de la geopolítica euro-estadounidense y de la OTAN en Ucrania.

Esta divergencia es lógica, pues el PSOE no es totalmente de izquierda; eso se refleja en dos de sus más conocidos líderes: el expresidente Felipe González, quien adopta posiciones de derechas, y el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, quien mantiene posiciones de izquierda.

V

Por su parte, las izquierdas lograron la unidad en el último día del plazo de inscripción —9 de junio— con la decisión del Partido Podemos de votar con el Partido Sumar, pese a que su líder Yolanda Díaz (vicepresidenta segunda, ministra del Trabajo y Economía Social) excluyó a Irene Montero, ministra de Igualdad Social, de la lista de candidatos al Congreso; la inscripción de candidatos vence el próximo 19 de junio, y hasta hoy Podemos presionaba por la inclusión de Montero.

Ese reclamo no es un capricho: es que excluir a Montero significa una concesión a las derechas que la atacan por ser autora de leyes sociales protectoras de la mujer, como la del subsidio de maternidad para el hombre (en beneficio de la madre y del niño); por ser el principal capital político de Podemos y ser esposa de Pablo Iglesias, el más combativo y combatido cuadro de la izquierda que, con la fundación de Podemos, cambió el panorama político español.

En España hay un sistema electoral que cuenta todos los votos y no los desvía hacia el partido gobernante —como es tan familiar verlo aquí— y la opinión general es que el 23-J la victoria será del PSOE si de nuevo va en coalición con las izquierdas; de lo contrario, ampliaría las posibilidades de las derechas de retornar a la presidencia y de que barran con las leyes sociales, como lo han prometido.

Al margen de estas cuartillas

*Josep Borrell (del PSOE y canciller de la Unión Europea) está por la continuidad de la guerra en Ucrania, pues opina que “La paz solo se consigue con la guerra”…

*En cuanto a la migración —la mayoría africana— expresó la idea racista de que “Europa es el jardín del mundo”, y por eso llegan los migrantes que viven en la selva…

*El líder del PP, Núñez Feijóo, es apoyado por Joseph Oughourlian, con intereses en el diario El País, una cadena de Radio y el Grupo Prisa (prensa)…

*Podemos, utilizaba el Canal Diario Público, pero hace poco tiempo instalaron el Canal R(e)d, desde donde transmiten las plataformas de izquierdas…

*Pablo Iglesias, renunció a la presidencia del Gobierno y de Podemos, para hacer periodismo en el programa La Base del Canal R(e)d, del cual es su director…

*Iglesias renunció después que haber perdido las elecciones por el Gobierno de Madrid; víctima de la derecha mediática, decidió batallar en el frente cultural e ideológico…

*Entre los periodistas de izquierdas españoles, Iglesias es uno de quienes mejor sabe hacerlo…

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Onofre Guevara López

Onofre Guevara López

Fue líder sindical y periodista de oficio. Exmiembro del Partido Socialista Nicaragüense, y exdiputado ante la Asamblea Nacional. Escribió en los diarios Barricada y El Nuevo Diario. Autor de la columna de crítica satírica “Don Procopio y Doña Procopia”.

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