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El último invento de Bukele: La Liga de Naciones

El modelo de prosperidad costarricense está basado en democracia, desmilitarización y prioridad para la educación

Liga de Naciones

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele (i), escucha al presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, durante una conferencia de prensa conjunta en la casa presidencial de San José el 11 de noviembre de 2024. (Foto de Ezequiel BECERRA / AFP)

Paolo Luers

16 de noviembre 2024

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Es nada más un proyecto de fantasía, con el cual un presidente saliente, Rodrigo Chaves, trata de distraer de su incapacidad y con el que otro gobernante, que se está tratando de hacerse con el poder permanente, trata de realizar su sueño de grandeza y líder regional.
Todo comenzó con una “chispa de inspiración”, que se encendió al sólo encontrarse el presidente tico, Rodrigo Chaves, y su invitado Nayib Bukele en San José. De esta chispa nació la idea, que inmediatamente hicieron saber al mundo: “Vamos a formar una Liga de Naciones”. Así lo describió el presidente de Costa Rica, parado a la par de su invitado en su Casa Presidencial. Bukele con cara feliz...

O son dos genios, o son dos farsantes.Los ticos, con los cuales he hablado, asumen lo segundo. Se ríen de su presidente y ven con gran sospecha al nuestro. Sospecha de antidemocrático - y de pajero. Los consejos que Bukele les dio les cayeron mal: Luego de su visita al penal La Reforma, le dijo a Chaves que “así de permisivo” no se puede manejar una cárcel; que les están dando demasiado comida a los reos –y “demasiados privilegios”. Pero, los supuestos privilegios son derechos que garantiza la Ley Penitenciaria. De paso sea dicho, también en El Salvador, sólo que aquí no cumplen con esta ley, está suspendida por el régimen de excepción permanente. Básicamente, Bukele les recomendó a los ticos un estado de emergencia, que suspenda los derechos a personas detenidas en fase de investigación –y que también permita al gobierno “negociar de manera directa”, sin mayores controles, con los proveedores la construcción de nuevas cárceles. Lo que más puso a los ticos en alerta es otra recomendación: El régimen penitenciario hay que liberarlo de controles del sistema de justicia y darle mano libre al gobierno. “La manera en que viven los delincuentes, homicidas, narcotraficantes y pandilleros le corresponde al gobierno”.

Todo esto va contra el concepto histórico que tienen los ticos de la democracia. Les parece peligroso que llegue un presidente salvadoreño, además uno de facto, para reforzar las tendencias autoritarias de su presidente Chaves, que por cierto no se han materializado, porque en Costa Rica, a diferencia de El Salvador, funciona la división de poderes.

Siendo las cosas así en Costa Rica, se entiende que Bukele y Chaves querían sorprender con un proyecto espectacular: crear una Liga de Naciones. No es de fútbol, sería una liga para seguridad y prosperidad. Las ideas de la seguridad las aportará El Salvador, las de prosperidad Costa Rica. Pero esto no cuadra: el modelo de prosperidad costarricense está basado en democracia, desmilitarización y prioridad para la educación. Sin estos componentes centrales no funcionaría. El modelo de seguridad de Bukele está basado en militarización, régimen de excepción y prioridad al gasto militar. Sin estos elementos no funcionaría. Estos dos modelos no se pueden combinar, se anulan mutuamente...


Según Chaves, la Liga de Naciones nacerá entre Costa Rica y El Salvador y gradualmente incluiría “naciones pequeñas con intereses comunes, quetrabajen juntas hacia un crecimiento económico y seguridad sostenible en la región”. Hace una comparación histórica, pero sin entender la historia. Evoca el ejemplo de la Liga Hanseática, que, según Chaves, “unió en la Edad Media a las naciones pequeñas de Europa”. Sólo que esta comparación es absurda. Estas dos ligas son incomparables. La Hansa de la Edad Media no fue una liga de naciones, sino una alianza de ciudades, más bien de las élites comerciales emergentes, concentradas en ciudades portuarias en el norte europeo. Nació, porque todavía no existían estados territoriales consolidados, que podían ofrecer al comercio la regulación, la seguridad y el fomento que necesitaba para crecer. Traducir esto al tiempo actual y a la situación latinoamericana es una muestra de ignorancia. El mundo ya tiene sus organizaciones internacionales, sólo hay que hacerlas funcionar mejor. Pero a esto, Bukele sólo ha mostrado desinterés. Una Liga de Naciones se organizó luego de la Primera Guerra Mundial y luego de la Segunda Guerra Mundial se convirtió en Naciones Unidas. Existe la Organización de Estados Americanos – y nadie necesita una Liga de Naciones dirigida por Bukele...

Es nada más un proyecto de fantasía, con el cual un presidente saliente, Rodrigo Chaves, trata de distraer de su incapacidad y con el que otro gobernante, que se está tratando de hacerse con el poder permanente, trata de realizar su sueño de grandeza y líder regional.

Los ticos no lo toman en serio y nosotros, por más que nos quieren vender esta idea como muestra de la grandeza de nuestro líder, tampoco deberíamos hacerlo. Sólo es una paja más.

*Este artículo se publicó originalmente en el Diario de Hoy, de El Salvador.

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Paolo Luers

Paolo Luers

Periodista salvadoreño de origen alemán. Columnista de El Diario de Hoy y Más! Dirigió el Sistema Radio Venceremos, que producía documentales y películas destinadas a público estadounidense y europeo sobre el FMLN.

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