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El delirio de poder de los codictadores

Más temprano que tarde, la Constitución “Chamuca” será derogada con la caída de la dictadura, cuando Nicaragua vuelva a ser república

Vista de la sesión especial de los diputados orteguistas en el municipio de Niquinohomo, el 16 de mayo de 2025. // Foto: Asamblea Nacional

Carlos F. Chamorro

18 de mayo 2025

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Los codictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo ordenaron este 16 de mayo una reforma a la recién estrenada Constitución “Chamuca”, con la que pretenden despojar de su nacionalidad a los nicaragüenses que adquieren otra nacionalidad, un derecho que estaba contemplado en la norma constitucional desde hace 25 años.

Esta reforma constitucional, que ya fue aprobada de forma exprés en primera legislatura, amenaza a centenares de miles de nicaragüenses que se han visto obligados a dejar su patria para escapar de la violencia, la persecución política, y la falta de oportunidades, y han encontrado refugio y solidaridad en otros países.

Los hermanos nicaragüenses de la Asociación de Nicaragüenses en Sevilla-España resumen el ataque de esta manera: “nuestros compatriotas encontraron un hogar seguro donde reconstruir sus vidas. Han aportado con su trabajo, con su cultura, con su compromiso con la sociedad de acogida, y muchos incluso han iniciado el proceso para ser ciudadanos españoles, sin jamás renunciar al amor por Nicaragua que llevan en el alma. Cada uno de ellos mantiene dos banderas en su corazón. Por eso, recibir la noticia de que el Gobierno nicaragüense quiere arrebatarles su nacionalidad de origen ha sido un golpe devastador. Nos duele y nos indigna profundamente que se les obligue a elegir entre la patria que los vio nacer y el país que les brindó refugio”.

“¿Cómo puede un Estado negar a sus hijos el derecho a ser nicaragüenses? Ningún gobierno debería tener el poder de desterrar a alguien de su propia nacionalidad de forma arbitraria, pues el derecho a tener una nacionalidad es un derecho humano fundamental reconocido mundialmente”. Y agregan que “el principio de la doble nacionalidad existe para protegernos, para permitir que quienes hemos vivido entre dos tierras podamos pertenecer a ambas sin conflicto”.

Pero, en realidad, esta es una amenaza inútil que evidencia el delirio de poder de los dictadores que se creen eternos, cuando en la cúpula del poder los propios ministros y magistrados, y los generales del Ejército y la Policía, saben que con cada nuevo acto represivo, la dictadura familiar está cavando su propia tumba.

Primero despojaron por las vías de hecho a más de 450 ciudadanos de su nacionalidad nicaragüense, y en un acto de venganza política, les confiscaron sus bienes.

Después promulgaron la Constitución “Chamuca” para oficializar la dictadura familiar, e inventaron el presunto delito de “traición a la patria”, para justificar a posteriori el despojo de la nacionalidad, y ahora van contra las familias de miles de migrantes.

Pero nunca han podido anular el derecho a la libertad de conciencia, con la que centenares de miles de nicaragüenses rechazan y resisten la tiranía, desde Nicaragua y en todos los países en que se encuentran refugiados.

Los únicos traidores a la patria son los dictadores que ordenaron masacrar al pueblo en abril 2018 y demoler la democracia. Ortega y Murillo, además, han provocado un fracaso nacional, y la única solución que ofrecen es hipotecar la soberanía nacional ante la Rusia de Putin y la China de Xi Jinping, y por ello también están inhabilitados para seguir gobernando. Eso lo saben perfectamente bien los servidores públicos, civiles y militares, y los mismos partidarios del Frente Sandinista, que también son objeto de la vigilancia, la paranoia y la persecución oficial.

Con esta reforma constitucional, Ortega y Murillo y sus serviles diputados, siguen exponiendo ante la comunidad internacional las pruebas de que son culpables de promover crímenes de lesa humanidad como la apatridia, por los que deberán ser juzgados ante un tribunal internacional de justicia.

Y como dijo de forma profética el recién fallecido “Pepe” Mujica, el expresidente uruguayo, exguerrillero y líder democrático, símbolo de la ética y la decencia a nivel global, y principal referencia de la izquierda democrática en América Latina y el mundo, “Daniel Ortega y Rosario Murillo padecen la enfermedad (incurable) del poder”, y más temprano que tarde, su Constitución “Chamuca” será derogada con la caída de la dictadura, cuando Nicaragua vuelva a ser República.

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Carlos F. Chamorro

Carlos F. Chamorro

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Fundador y director de Confidencial y Esta Semana. Miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo. Ha sido Knight Fellow en la Universidad de Stanford (1997-1998) y profesor visitante en la Maestría de Periodismo de la Universidad de Berkeley, California (1998-1999). En mayo 2009, obtuvo el Premio a la Libertad de Expresión en Iberoamérica, de Casa América Cataluña (España). En octubre de 2010 recibió el Premio Maria Moors Cabot de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia en Nueva York. En 2021 obtuvo el Premio Ortega y Gasset por su trayectoria periodística.

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