27 de junio 2017
Con el diluvio universal, no precisamente bíblico, sino mediático tendencioso reproduciendo una imagen caótica de Venezuela por el mundo, más de lo que realmente fuerzas internas y externas han creado, se pretende revertir los cambios sociales y restaurar el reinado de las transnacionales petroleras y los gobiernos de cipayos a su servicio. Tras ese objetivo, deslegitiman las opiniones opuestas de quienes, desde sus mínimos recursos informativos, contrarrestan al monstruo sacro del aparato mediático transnacional, y son vistos como pecadores de lesa democracia. O, en el más triste de los casos, como ejemplos de anacronismo ante el mundo “moderno”, en tránsito glorioso a la democracia “made in USA”, el reino de los cielos sobre la tierra.
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Volver a la historia real, les incomoda y miran anacrónico a quienes la tienen presente, porque necesitan hacerla olvidar para moldear la conciencia de la gente y que, con fe casi religiosa, crea en las verdades reveladas por el ejército mediático. Mientras tanto, como avanzadilla del tránsito hacia el cielo, sus ejércitos armados secundados por este ejército mediático (como en lo de las armas de destrucción masiva), hicieron que algunos países tengan el privilegio de ser bendecidos por sus intervenciones bélicas. Como Irak, Afganistán, Irak, Libia y otros, a cuyos pueblos, como prueba para ir al cielo, los están haciendo pasar un mal rato en el infierno que les construyeron en la tierra que los vio nacer.
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Pero, ¿ha leído usted alguna información sobre el reciente grito de la ONU por los cinco millones de niños abandonados en Irak, por la desgracia de haber nacido después de que el ejército yanqui llegó a “salvar” a su país de “las armas de destrucción masiva”? Nada. En América Latina, Cuba lleva 55 años de resistencia frente a la prueba de obediencia a que la quiere someter su forajido vecino, porque quiere premiarla con el cielo de la “democrática”. En cambio, Cuba obligó al vecino agresor a cambiar de táctica, pero continúa bajo el manto de falsedades mediáticas, a esperas de su conversión al capitalismo, porque tiene comercio no estatal complementario necesario de su economía nacional.
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¿Recuerda la guerra de mentiras contra el gobierno de Allende para imponerle a Pinochet y salvara a Chile “del comunismo”, cuándo, en realidad, fue para que les salvara el cobre a las compañías gringas? ¿Y creen que nadie puede ver la similitud, pero con mayores dimensiones, que hay entre aquella guerra de mentiras que no pudo resistir Chile, y la guerra que está resistiendo Venezuela? Y la seguirá resistiendo, pues los gringos no tuvieron tiempo de sembrar en el nuevo ejército venezolano la mala semilla de donde nacen los Pinochet. Pese a ello, Estados Unidos no desistirá en su empeño de derrocar al gobierno venezolano.
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Por eso también hay un afán muy presente en el ejército mediático –a la vez el que más tratan de ocultar—, y es el de evitar la relación –nexo o complicidad— de la cruzada contra Venezuela con los intereses de las transnacionales por rescatar su dominio sobre el petróleo. Y este afán es a fin con el esfuerzo por ocultar el vínculo que une a la mayoría de los líderes de la oposición actual, con los gobiernos “democráticos” que las transnacionales gringas tuvieron a su servicio para saquear sus recursos naturales. ¿Les parece extraño entonces, que sean esas transnacionales gringas las que estén financiando, a través de su gobierno, las actividades violentas y las noticias incendiarias contra Venezuela?
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Y todo eso, a pesar de que los gobiernos de Estados Unidos no pueden ni quieren ocultarlo, pues… ¿cómo podría movilizar a su viejo ministerio de colonias, sin dejar de usar su mano y su dinero? Se conoce que, por lo menos, el 80% de los gastos de la OEA corren por su cuenta, y nadie va a mantener un instrumento tan caro solo para verles sus lindas caras a los cancilleres. Es un gusto que nunca se va a dar el Tiburón con sus Sardinas, pues en un imperativo para Estados Unidos tenerlas cohesionadas en la OEA, aunque no puede evitar algunas rebeliones, como la que encuentra en su interés en que todo el cardumen avance contra Venezuela.
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Pensamos solo en los gastos de operaciones y mantenimiento de la OEA en su propio territorio, con miras a orientar su trabajo hacia el Sur, porque es imposible sacar cuentas reales de los gastos que les ocasionan al erario gringo –o a los contribuyentes—, los organismos especializados que a su vez erogan dinero para mantener la actividad y los viajes de líderes de grupos políticos por todo el mundo, predicando la vieja “nueva” de que sin la injerencia estadounidense no habrá futuro sin su permiso ni democracia que se pueda disfrutar sin llevar su marca. Al respecto, cabe preguntar:
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¿Con qué dinero pudieron viajar a Cancún, el balneario más caro de México, individuos, parejas y grupos de políticos y activistas venezolanos (¡y hasta nicaragüenses!) para apoyar a los cancilleres que en la OEA tramaban contra Venezuela, si “se están muriendo de hambre”? ¿No es que esos políticos confunden su hambre de poder para servir a Estados Unidos, con el hambre que la violencia que provocan en el pueblo para volverlo contra su gobierno? ¿Estos “pobres” venezolanos que fueron a, o viven en Cancún, serán acaso los mismos violentos de las calles venezolanas? No. Ellos son parte de los que ordenan, pagan o agitan la violencia. Entre todos los muertos, producto de la violencia, ¿cuántos son líderes de la MUD? Ninguno, porque solo ordenan, viajan o desde sus oficinas dan “informaciones”.
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¿Los muertos y heridos por las acciones callejeras los están generando solo quienes buscan mantener el orden y la paz social, mientras los actores de la violencia no matan ni una mosca? Si los militares de verdad represivos de los países “democráticos”, que hacen desaparecer estudiantes por decenas en una sola acción, sin que medie la violencia de parte de las víctimas, ¿a cuántos habrían asesinado en casi tres meses de estarse cometiendo acciones de violencia continuada, y de hostigamiento a los centros militares de su país? ¿Acaso se lee o se miran soldados policías gringos y europeos asesinados por los manifestantes, como ha ocurrido en Venezuela?
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A propósito, un detalle curioso: en los videos y fotos del ejército mediático de los últimos años, no se miran soldados venezolanos apaleando en grupo a un solo manifestante, como se miran los policías de cualquier país europeo y Estados Unidos, donde con frecuencia se les ven masacrando en grupos a un manifestante, solo “armado” de su mochila. ¿Recuerdan cuando se hizo circular por los medios la foto de estudiantes apaleados por soldados chilenos, una acción cotidiana en Santiago, pero que se le atribuyeron a soldados chavistas de Caracas?
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Y hablando de Chile, la semana anterior, un tribunal de apelaciones, liberó decenas de millones de dólares robados por Pinochet, para devolverlo a su familia. ¿Usted leyó o vio esa noticia en algún medio nica? Le aseguro que no. En “democracia” esas cosas no tienen importancia. Como no importa que en Chile, después de 17 años de crímenes pinochetistas, se gobierna todavía con la Constitución y las leyes de la dictadura de Pinochet. ¿A leído usted, alguna crítica en los medios comerciales la privatización de la salud, la educación y las pensiones, que hizo Pinochet? Ni la verá, pero cuando publican sobre las manifestaciones en contra de ese sistema, no ven sus causas en el sistema capitalista. Porque la Historia, para los medios no cuenta. Es su enemiga.
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Ruperta y Ruperto:
--Lo que estoy viendo sábado a sábado, Rupertó, es al mismo brillante político, especulando sobre la “transición” en Venezuela…
--No hace falta gastar neuronas en lo que podría ocurrir en una “transición” venezolana, Rupertá…
--Solo imaginá, Rupertó, cómo se les hará agua la boca a los banqueros venezolanos cuando sueñan con la “transición”… ¡tragándose las más de un millón y medio de viviendas, que no son como “las casitas del pueblo” de aquí!
-Lo más dramático de los que sueñan con la “transición” la vive Luis Almagro, Rupertá; dice que renunciaría si a Venezuela vuelve la libertad…
--Muy grande ha de ser su amor a la libertad y la independencia de las naciones, Rupertá, porque no es fácil renunciar… ¡a la gubernatura de los Estados Americanos Libres Asociados al imperio más grande de la historia!
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