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Entender la pintura moderna

Para comprender exposiciones de arte pop, debemos hacer un largo recorrido por la historia del Arte moderno y contemporáneo

ElizabethHudy | Flickr.com | Creative Commons

Eduardo Estrada

28 de enero 2016

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Hace unos meses, en una galería capitalina hubo una exposición sobre Andy Warhol y otros pintores modernos. Si no hubiera sido por una o dos notas de prensa, en la que se transcribieron de forma literal los boletines de la fundación que la promovía, hubiera pasado desapercibida. ¿Andy Warhol en Nicaragua? Pues en realidad no pareció que así fuera, si tomamos en cuenta el furor que las exposiciones de este desaparecido y controversial artista ha generado en otros países. De seguro que al pobre Andy le hubiera dado un infarto.

¿Pero por qué escasean el público en los actos pictóricos, especialmente cuando se trata de arte moderno?


El problema al que se enfrenta este público tiene que ver con la comprensión, nos dice Will Gompertz, ex director de Tate Gallery, nombre por el que se conoce el Museo Nacional Británico de Arte Moderno y autor de ¿Qué estás mirando?, obra en la que trata de contar, usando técnicas de Stand Up Comedy, la historia del arte moderno y contemporáneo, desde 1860 hasta 1970.

Para Gompertz, la comprensión del arte moderno no reside en juzgar si una obra nueva de arte es buena o mala, y afirma que el mejor modo de empezar a apreciar y disfrutar el arte moderno es entender cómo ha evolucionado desde el clásico. ¡Tremenda tarea la que nos propone!, pues esto representa demasiado tiempo y dinero incluso para los lectores sedientos de conocer la perspectivas críticas de autores como Gompertz.

Me sorprende el enfoque matemático que tiene este autor sobre la comprensión del arte, pues enfatiza que este es como un juego y todo lo que se necesita saber son las reglas básicas para comenzar a comprenderlo, no sin antes advertir, que las obras de arte contemporáneo desconciertan incluso a los expertos o críticos de arte.
Desde luego, existen juegos triviales como la chalupa y juegos más complejos, como el ajedrez. También podemos recurrir a los hallazgos de la neurociencia, que nos puede dar algunas luces sobre la comprensión del arte. En el primero podría entrar las pinturas de Warhol.

Como antecedente a este intento por la comprensión del arte moderno, tenemos a ese gran ensayista y críticos de arte, Robert Hughes, que consolidó su imagen con la serie de documentales, El Impacto de lo nuevo, que luego tradujo a sesudos ensayos, dignos de estudiarse por su profundidad, sentido crítico e ironía y que tuve la suerte de encontrar y estudiar (tanto los videos, 9 en total, como la obra escrita).

Y aquí aparece, otro elemento que desconcierta al público, al igual que sucede en algunas disciplinas científicas, y es el desacuerdo o puntos de vista encontrados sobre las obras de artes. Así, para Gompertz, Andy Warhol, es un artista consumado, para Hughes, el arte pop y sus similares es un arte carroñero. Pero no será en esta parte que abordaremos las controversias que han generado el arte pop, y otras tendencias pictóricas, pues para su comprensión, necesitamos comprender la evolución del arte moderno/contemporáneo.

La torre Eiffel, punto de partida de la modernidad

En el documental El Paraíso Mecánico, Robert Hughes, afirma que en el siglo XIX, la torre Eiffel representó el símbolo del progreso tecnológico y la modernidad y que marcarían una nueva etapa en el arte moderno. Entre 1890 y 1914 se experimentó un acelerado ritmo de cambio tecnológico ante el cual se generaría en una primera etapa tres reacciones: el cubismo, el futurismo y la de un grupo de pintores que satirizaban la máquina.
La más remota inspiración de la torre Eiffel era la figura humana: la torre imaginada como un benevolente coloso, plantado con sus piernas extendidas en medio de París, enfatiza Hughes, una torre que se convirtió no sólo en el símbolo de París, sino de una nueva era de la modernidad.

El cubismo aparece como la primera gran manifestación de la modernidad, cuyos creadores principales, Pablo Picasso y George Braque, lograron una ruptura con el arte tradicional, con lo que establecieron una nueva vanguardia. Desaparece así el dominio de la perspectiva y se adopta una perspectiva múltiple, a través de la cual se pretende representar todas las partes de un objeto.

Según Hughes, las grandes interrogantes de la pintura de finales del siglo XIX eran cómo hacer un arte que relejara los inmensos cambios de conciencia que implica este paisaje modificado por la tecnología y cómo producir un arte dinámico que evitara caer en la trampa de ser una simple reproducción de la máquina. (¿Tenemos una reacción equivalente ante la inteligencia artificial y las TICs?)

Los cubistas fueron los primeros en tener una respuesta o propuesta ante la modernidad, y propusieron crear una realidad que incluye el esfuerzo del pintor y el espectador, una técnica en la que se había dado los primeros pasos con la pintura de Paul Cézanne y, que Picasso, llevó a su máxima expresión, con las famosos cuadros como La damas de Aviñón, Guernica, Las mujeres corriendo sobre la arena, Maga, entre muchas otras pinturas.

Picasso y Braque querían representar el hecho de que nuestro conocimiento de un objeto está formado por todos sus ángulos posibles: desde arriba, por los lados, por el frente, por detrás, como se puede observar en las representaciones de Maga y múltiples naturalezas muertas cubistas.

“Yo pinto las formas como las pienso, no como las veo”, declaró Picasso una vez.

Hughes se hace una interrogante que sería una de las guías temáticas de su obra:

¿Qué era lo que tenía la vanguardia en 1890 y qué ha perdido nuestra cultura en 1980?

Ebullición, idealismo, confianza, la creencia de que había territorio de sobra para explorar y, por encima de todo, la sensación de que el arte, de la manera más noble y desinteresada, podía encontrar las metáforas necesarias para explicarles a sus habitantes un cambio radical en la civilización, contesta.

La visión optimista de la edad moderna al final se enfrentarían a una realidad deshumanizante, cuando la Primera Guerra Mundial hizo añicos muchos de los sueños depositados en la tecnología, exaltada por el movimiento futurista, como la panacea ante los graves problemas de la civilización moderna, un tema que abordaremos en los próximos blogs.

Las etapas analizadas tanto por Gompertz, por Hughes, y Gombrich, está caracterizada por una diversidad de corrientes de pensamientos pictóricos contrapuestos y que revelan, la diversidad y la naturaleza siempre cambiante de la cultura humana.

Así que para llegar a tener una visión más integrador y crítica de exposiciones como el arte pop, tenemos que hacer un largo recorrido por la historia del Arte moderno y contemporáneo. Lo importante es que tenemos buenos guías, unos guías que si bien no nos llevarán al mundo dantesco, si nos hará conciencia de los momentos dramáticos vividos en la historia del arte y sus autores/actores.

Recordemos, por ahora que Arts longa, vita brevis…

[Para saber más

Aquí pueden ver el primer documental de Robert Hughes, El paraíso mecánico.

Nota: Las entregas sobre Arte moderno serán en la última semana de cada mes.

Primera semana: Lectura y las nuevas tecnologías

Segunda: Temas literarios y biografías

Tercera: Temas matemáticos

Cuarta semana: Sobre arte moderno]


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Eduardo Estrada

Eduardo Estrada

Escritor y desarrollador de aplicaciones educativas. Director del Centro de Entrenamiento y Educación Digital (CEED).

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