13 de marzo 2024
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El reciente informe del Grupo de Expertos en Derechos sobre Nicaragua (GHREN) identificó la estructura y las cadenas de mando dentro de las distintas instituciones, órganos y organismos del Estado para determinar a los autores directos de violaciones, abusos y crímenes de lesa humanidad.
“El Grupo identificó que el presidente (Daniel Ortega) y la vicepresidenta (Rosario Murillo) dan órdenes e instrucciones –directamente o a través de asesores de confianza– a las diferentes instituciones que tienen que llevar a cabo actos represivos contra opositores reales o percibidos y sus familiares”, afirman.
Trabajadores del Estado consultados por CONFIDENCIAL denunciaron que reciben “órdenes desde arriba” y aseguran que la mayoría de ellos también son “víctimas y rehenes” de la represión.
Dicen que “las órdenes vienen desde Managua, en referencia a que son órdenes de Daniel Ortega y Rosario Murillo y ante las cuales solo toca agachar la cabeza y acatarlas”, dice Estela, una docente de educación secundaria del sur del país.
Admite que las órdenes pueden ser desde “adoctrinar a los estudiantes con propaganda política” hasta “supervisar cualquier acto que se pueda considerar subversivo de los estudiantes o de sus familiares”.
“Nos tienen secuestrados”
Estela comenta que muchos maestros han renunciado por las presiones y “el manoseo” de la educación pública por parte del régimen Ortega-Murillo.
“Por ejemplo, se nos ha orientado recibir cursos de manejo de armas porque quieren que sepamos manejarlas por si llegasen a necesitar soldados para defender a la dictadura”, denuncia esta docente.
En su caso reconoce que las órdenes llegan a través de la directora del instituto donde trabaja, pero a la vez son transmitidas por los delegados del Ministerio de Educación (Mined). “También recibimos órdenes de la Federación de Estudiantes Sandinistas (FES) que forman parte de la represión contra los maestros y los estudiantes”, explica.
“Hasta aprobar a un estudiante es una orden que podemos recibir (…) sin duda alguna nos tienen secuestrados a los empleados públicos y hacen lo que quieren con nosotros”, señala.
Para Estela, la persecución generalizada que se vive en Nicaragua “también nos afecta a la mayoría de los trabajadores del Estado”.
“Los juicios falsos vienen fabricados”
“La venganza política contra opositores es algo que se ordena desde El Carmen (residencia de Ortega y Murillo) y el encargado de comunicarlo ha sido el magistrado como Marvin Aguilar”, dice Miguel, trabajador del Poder Judicial.
Aunque él no ha estado involucrado directamente en los juicios contra presos políticos porque su trabajo está más ligado al manejo de expedientes judiciales, afirma que “hay efectivamente jueces que son más serviles o leales, a la dictadura”. La mayoría de juicios “son estructurados por una maquinaria represiva dentro del Poder Judicial, por eso todos siguen el mismo guion”, asevera Miguel.
“A nosotros nos reprimen”
Nazarena, trabaja en un centro de salud de Granada y afirma que nunca ha estado involucrada en ningún acto de represión contra el pueblo y que, por el contrario, el personal de la Salud ha sido “presionado” por el régimen Ortega-Murillo para que actúen como les ordenan “como cuando negábamos la existencia de tantas muertes por la pandemia de la covid-19”.
“La mayoría de trabajadores públicos no hemos estado involucrados en actos de represión, a nosotros nos reprimen por protestar y lo que nos imponen es una vigilancia política tremenda”, cuenta.
Detalla que no pueden protestar contra ningún atropello y así lo vivieron cuando les anunciaron la reducción de indemnizaciones para los empleados públicos.
“Aunque es una tremenda violación a nuestros derechos laborales estamos de manos atadas”, explica.
Nazarena indica que cuando reclaman ante sus superiores siempre les dicen que ellos “también reciben órdenes superiores”.
“Todos los empleados públicos también somos víctimas de la cadena de mando de la persecución y represión de Ortega y Murillo contra toda Nicaragua, incluyendo a los que llaman sus propios trabajadores”, insiste.
