3 de abril 2019
El incendio que afectó la Reserva Biológica Indio Maíz, en abril de 2018, abrió más caminos a los colonos que invaden su territorio para consumir su bosque y extender la ganadería, según expertos ambientalistas, a un año del incendio en el que la negligencia del Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo desató las protestas, que un par de semanas más tarde fueron semilla para rebelión ciudadana contra la dictadura.
En la Reserva Biológica, las llamas se apagaron el 13 de abril, pero el S.O.S. Indio Maíz sigue vigente. Según estimaciones de la Fundación del Río, después del incendio se han construido 17 templos en la reserva biológica, siete de las cuales están dentro del territorio Rama-Kriol.
Además, la alcaldía del municipio de El Castillo, Río San Juan, ha ejecutado un proyecto de paneles solares para beneficiar a los colonos que han invadido la reserva.
La “catástrofe ambiental”, como la llamó el científico Jaime Incer Barquero, dejó en evidencia la repuesta tardía del régimen de Daniel Ortega, que esperó 72 horas para actuar y mostró que las instituciones estatales no cuentan con la suficiente preparación para atender un incendio forestal de esa magnitud.
La Fundación del Río y Centro Humboldt han corroborado que el área afectada por el incendio fue de 5551.33 hectáreas, unas 750 hectáreas menos que las 6300 hectáreas que estimaron en un primer momento. De esta zona afectada, un 44% corresponde a la Reserva Biológica y un 56% al refugio de vida silvestre de Río San Juan.
De #SOSIndioMaíz a #SOSNicaragua
La alerta por el incendio en la reserva biológica fue lanzada hace un año por la Fundación del Río y resonó con fuerza en la Universidad Centroamericana (UCA), donde los estudiantes, a través de las redes sociales, organizaron un plantón para exigir una repuesta de la dictadura.
El plantón #SOSIndioMaíz tomó por sorpresa al régimen, que hasta aquel día tenía el control de las calles, ante una ciudadanía adormecida bajo el mandato autoritario de Ortega.
Un día después del plantón en la UCA, mientras llamas devoraban la reserva, los universitarios organizaron una marcha que estaba prevista desde la Avenida Universitaria hasta la Asamblea Nacional. La Juventud Sandinista convocó a una de sus acostumbradas contramarchas, que obligó a los estudiantes a modificar su trayectoria hacia la Plaza de las Victorias, donde la Policía Nacional desplegó a sus antimotines y reprimió los manifestantes. Pero el movimiento estudiantil ya había prendido la chispa de la rebelión contra la dictadura.