18 de junio 2017
En diciembre de 2014, previo a la Nochebuena, José María Calderón no recibió regalos para celebrar. En cambio, la Policía Nacional lo dejó sin uno de sus ojos tras disparar una bala de goma en su contra.
Calderón vivió para contarlo. Pero en su cara exhibe la cicatriz que le recuerda la justicia de su lucha. Marchaba en El Tule junto a centenares de campesinos, demandando la derogación de la Ley 840, mientras Wang Jing “inauguraba” las obras del Canal, en un acto de propaganda oficial en Brito, en el Pacífico.
—¿Cómo cambió su vida en estos años?
—Así tuertito como me dejaron, pero siempre caprichoso en la lucha— responde con una sonrisa un poco incómoda.
La bala de goma reforzó sus ganas de seguir protestando. “Soy caprichoso en la lucha porque no le andamos haciendo daño a nadie”, dice con orgullo.
El hombre que hoy usa unas gafas oscuras para cubrir su lesión, se sumó a la marcha 89 por la derogación de la Ley 840 que una decena de comunidades de San Miguelito, departamento de Río San Juan, organizaron el martes.
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"Son nuestras tierras y de nuestros hijos"
El Tule, El Dorado 1, 2 y 3, El Fajardo, Nueva Guinea, La Tigre, El Jardín y más comunidades marcharon en las calles de piedra y lodo que forman los caminos en sus pueblos.
La lideresa campesina Francisca “Chica” Ramírez también estuvo presente. Desde que su nombre empezó a sonar en los medios de comunicación como la cabeza de las marchas, Ramírez denunció que el Gobierno empezó a perseguirla.
“(La lucha) ha sido muy dura pero ha valido la pena, porque es la soberanía de Nicaragua, son nuestras tierras y de nuestros hijos y no queremos perderlos”, comentó Ramírez.
Ella puso una de sus camionetas para que algunos de los campesinos se movilizaran hasta la caminata. Ese vehículo rojo fue uno de los que la Policía Nacional le decomisó en diciembre pasado y luego le devolvió en mal estado.
La amenaza china vs. la voluntad campesina
Los campesinos dicen que la amenaza de “los chinos” es real. “Cuando comenzamos a marchar (los chinos) se metieron a estas casas a querernos sacar de una vez”, recordó con indignación José María Torres, habitante de El Delirio 1.
En estas tierras se cultivan hortalizas, legumbres y granos. Se ordeñan vacas y se hace queso para llevar a Managua. Pero no son solo los cultivos, que son el método de subsistencia, los únicos que importan.
María del Carmen Aráuz, habitante de La Rampla, se pregunta a dónde irá si la sacan de su propiedad. “Tenemos los niños que estamos criando. No podemos salir de estas tierras”, reprochó.
Mónica López, abogada del Movimiento Campesino, señaló que los campesinos “borraron de la historia aquel viejo cuento de que solo el orteguismo podía movilizarse, y el pueblo también puede movilizarse y que no van a dejarse engañar por los mensajes confusos que manda el Gobierno”.
A través de ríos crecidos, sobre puentes por colapsar
Los campesinos dicen que no tienen muchos recursos para estas movilizaciones. Sin embargo, con lo poco que tienen se organizan. Los camiones, mulas y motos les permiten viajar entre comunidades.
Los caminos no están en buen estado. Son vías de piedra y lodo separadas de vez en cuando por ríos (quebradas), que se llenan de agua en esta temporada de invierno.
Eso no hace más fácil el camino, pero no les impide llegar. En algunos trechos los protestantes retaron a la naturaleza y decidieron atravesar las fuertes corrientes.
Otros tuvieron que cruzar puentes colgantes que tenían tablas quebradas y hoyos o que estaban sujetados solo de un lado.
“Es duro caminar, pero así nos toca siempre. Hasta Managua hemos llegado a pie”, mencionó Lucía Mairena, de El Dorado 2.
La lucha no termina con la marcha 89. Los campesinos ya empezaron a organizarse para programar la marcha número 90. Todavía no tiene fecha ni lugar, pero para ellos es importante continuar hasta que no logren la derogación de la Ley 840.
“El gobierno dice que se terminó la oposición del Canal. No podemos salir a la ciudad por la represión. Estamos demostrando que estamos en oposición y nunca estamos de acuerdo”, dijo José Trinidad Morales de El Jardín.
La abogada Mónica López advierte que las marchas no cesarán mientras la Ley no sea derogada. Pues aunque hoy no se mencione ni una palabra sobre el Canal Interoceánico y no exista la certeza de su construcción, los derechos de propiedad que les cercena la Ley 840, tienen que ser restituidos a los campesinos.