19 de junio 2021
El Gobierno de Nicaragua no ha logrado inmunizar contra la covid-19 ni a la mitad de la población con más riesgo de enfermar gravemente y fallecer por el nuevo coronavirus. Tampoco ha completado la protección de todo el personal sanitario, pese a que es uno de los grupos más expuestos al contagio. Médicos independientes llaman a que el Ministerio de Salud (Minsa) use las recién llegadas dosis de Sputnik V para inmunizar este sector.
El Minsa cuenta, desde el martes 15 de junio, con 120 000 dosis de Sputnik V. Se trata de un segundo lote que llegó al país del total de 1.9 millones de vacunas compradas a través del Fondo Ruso de Inversión Directa. Esta es la única adquisición de biológicos que se conoce públicamente.
Con base en dicha información, el epidemiólogo Leonel Argüello explica que lo ideal es completar el esquema de vacunación de las personas que recibieron la primera dosis de Sputnik V. Hasta ahora el Minsa no ha informado cuántos nicaragüenses fueron inmunizados con esa vacuna.
El Minsa también debería emplear ese lote para la aplicación de una primera dosis para los trabajadores de Salud que aún no son vacunados, ya que ese sector está expuesto a una mayor carga viral y fácilmente pueden ser transmisores del virus si no están inmunizados, dijo Argüello.
La vicepresidenta Rosario Murillo anunció que la jornada de vacunación para el sector Salud era de cuatro días, pero después siguieron vacunando a más personas en Managua y otros departamentos del país. Sin embargo, se desconoce cuántos trabajadores de la Salud han sido inoculados contra la covid-19.
Una fuente médica que solicitó omitir su identidad por temor a represalias - ya que el Minsa maneja con hermetismo la información sobre la pandemia-, explicó que en un hospital privado de Managua apenas unos 50 doctores fueron vacunados, de un total estimado de 200 especialistas. Asimismo, conoce que en los hospitales públicos el alcance tampoco fue amplio.
El infectólogo Carlos Quant señala que uno de los factores que ha limitado la vacunación en el sector Salud es la definición de trabajador de primera línea, que corresponde, casi exclusivamente, a quienes atienden salas covid-19, lo que restringe al resto del personal sanitario de hospitales y centros de salud. Todos los trabajadores de un hospital deben ser vacunados, incluyendo áreas de Administración y Seguridad que conviven con pacientes, dijo el especialista.
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Sin proteger a los mayores de 60 años
El Minsa continúa vacunando contra la covid-19 sin presentar un plan que permita conocer en detalle cuáles son los grupos priorizados, fechas y lugares de inmunización.
Después de inocular con el esquema completo de Sputnik V a 3000 pacientes con insuficiencia renal crónica, el Minsa inició a vacunar a mayores de 60 años con padecimientos crónicos y pacientes de oncología. Posteriormente amplió al personal sanitario de primera línea, otras instituciones como Migración, Ejército, Policía, Aduana y a pacientes mayores de 55 años.
La priorización de los adultos mayores ha sido aprovechada como un factor clave para realizar proselitismo político en las jornadas de vacunación contra la covid-19. Sin embargo, estimaciones del Comité Científico Multidisciplinario con base en la meta de inmunización de 167 500 personas, indican que la cobertura de vacunación de los grupos de riesgo —unas 800 000 personas— apenas representa el 20%. Es decir, en Nicaragua la mayoría de personas mayores de 60 años sigue desprotegida frente a la pandemia.
Aunque las cifras pueden variar un poco porque el Minsa sigue sin informar a cuántas personas ha vacunado en su totalidad y con qué tipo de biológico —Sputnik V o Covishield—, tanto Quant como Argüello coinciden en que el grupo priorizado aún no está cubierto por la vacunación. Los médicos agregaron que hasta dos semanas después que una persona ya tiene las dos dosis de la vacuna se alcanza la protección contra la forma grave de la enfermedad.
Riesgo de infección en vacunación
Desde que inició la vacunación contra la covid-19, médicos independientes han señalado el riesgo de infección del virus en las jornadas de inoculación porque no se garantiza el distanciamiento social, y más bien se propicia la aglomeración de pacientes de riesgo.
Pese a la advertencia, el Minsa ha mantenido el mismo esquema de visitas programadas por departamentos y no como sugirieron los médicos desde el principio, a través de la red de centros de salud y hospitales. Esto facilita que cada vez que anuncian la campaña de vacunación a un determinado departamento, la población se acumula desde la madrugada para esperar su turno y recibir la vacuna, que suele agotarse rápidamente.
Acelerar la vacunación es otra de las demandas de médicos y especialistas independientes que el Minsa no parece escuchar. Martha Reyes, ministra de salud, afirmó durante el recibimiento del segundo lote de Sputnik V, que estos biológicos completan el esquema de vacunación de algunas personas, pero a la vez protegerán nuevos grupos, sin brindar mayores detalles.
Tres días después de que las vacunas arribaron al país, el Minsa sigue sin llamar a las personas que están a la espera de una segunda dosis de Sputnik V. Tampoco ha informado si ya está aplicando primeras dosis de esta fórmula a los ciudadanos.
Actualmente, el Minsa aplica las segundas dosis de Covishield, pero según Argüello, el Ministerio está en capacidad de aplicar los dos biológicos de forma paralela y así agilizar la protección de más ciudadanos. Para eso se requiere organización, planificación y que se informe bien a la población con antelación, dice.
Desde el 23 de febrero hasta el 15 de junio, Nicaragua ha recibido 531 000 dosis de vacunas contra la covid-19; de estas, las primeras 6000 fueron donadas por Rusia; 200 000 por el Gobierno de la India, y 135 000 por el Mecanismo COVAX de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Las restantes 190 000 vacunas corresponden a dos lotes que forman parte de 1.9 millones de vacunas Sputnik V compradas por Nicaragua a Rusia, según anunció el Gobierno.