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Las erradas matemáticas del Minsa sobre la covid-19

A cuatro meses de la pandemia, hay tres cifras sobre la cantidad de contagiados y fallecidos en el país, y el Minsa se contradice con sus mismos datos

Personas esperan información de sus familiares afuera del área habilitada para recibir pacientes con síntomas de covid-19, en el Hospital Alemán Nicaragüense, en Managua. // Foto: EFE | Jorge Torres

Confidencial Digital

18 de julio 2020

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En Nicaragua hay tres datos sobre la cantidad de contagios y muertes por SARS-CoV-2. El primero, es el del Ministerio de Salud (Minsa), que a pesar de ser el conteo oficial es el más cuestionado y menos creíble; el segundo es el acumulado que registran los medios de comunicación a partir de los mismos reportes del Minsa, que no cuadran desde un “ajuste” posterior hecho por el Ministerio; y el tercero es el monitoreo extraoficial del Observatorio Ciudadano COVID-19, basado en denuncias de la población y el seguimiento de médicos independientes.

El reporte del Gobierno registra hasta este 14 de julio un total de 2682 casos confirmados, que —sin embargo— se eleva a 3147 casos, si se suman cada uno de los mismos informes del Minsa, según acumulan los medios de comunicación. Mientras, el informe independiente del Observatorio Ciudadano suma hasta este 15 de julio 8508 casos sospechosos de covid-19, sin incluir los datos del reporte del Ministerio de Salud.


La existencia de este triple conteo es consecuencia de la falta de transparencia estatal en el manejo de la pandemia, que ha sido ampliamente reclamada por médicos y especialistas nicaragüenses, organismos internacionales de derechos humanos, gobiernos de la región y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

A cuatro meses exactos desde la confirmación del primer caso de covid-19 en Nicaragua, las autoridades de Salud siguen ocultando información básica sobre los contagios como género, edad, lugar de origen o tipo de transmisión, sin los que impide comprender el comportamiento del coronavirus en Nicaragua, que es además el único país de la región que no estableció ningún tipo de resguardo o cuarentena para prevenir el contagio de coronavirus.

Además, hay desconfianza en el registro oficial debido a la renuencia del Gobierno para realizar pruebas masivas de covid-19, y por la denuncia de muertes de pacientes con síntomas de la enfermedad que fueron tipificadas por otras causas como neumonía atípica o comorbilidades, pero fueron enterradas de forma “exprés”, siguiendo el protocolo del Minsa para la sepultura de los pacientes con covid-19.

Estado “maquilla” los datos

En mayo, el Minsa cambió la frecuencia con la que informaba el avance de la covid-19, al pasar de informes diarios a semanales. Además, dejó de decir la cantidad exacta de contagiados hasta la fecha y se limitó a detallar los casos que habían sido atendidos la semana previa, omitiendo desde finales de abril datos sobre género y edad, que sí dio en los primeros informes diarios.

Esto provocó que los medios de comunicación comenzaran a sumar los datos reportados semanalmente. Por ejemplo, si al 12 de mayo se reportaron 25 casos, en el próximo informe —publicado el 19 de ese mes—, se le sumaron los 254 que fueron atendidos esa semana, según el reporte del Minsa, dando como total 279 contagios hasta esa fecha.

Esta cifra fue retomada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por el Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres en Centroamérica y República Dominicana (CEPREDENAC SICA), que llevan un monitoreo de los casos reportados en la región, basados en los datos de cada Gobierno.

Sin embargo, entre el 26 de mayo y el nuevo de junio, los datos tomados por estos organismos cambiaron, pues comenzaron a registrar como contagios totales, la cifra de nicaragüenses que estaban en “seguimiento responsable y cuidadoso”, según el Minsa.

¿Qué es el “seguimiento responsable y cuidadoso”?

El término es otro de los ingredientes de la confusión creada por las autoridades de Salud de Nicaragua. Hasta mayo, el término de “seguimiento responsable y cuidadoso” se refería a los casos sospechosos de covid-19, que estaban en observación, pese a que no eran un contagio confirmado.

Sin embargo, a partir de finales de mayo y principios de junio, el término comenzó a ser usado para unificar la cantidad total de casos, incluyendo los confirmados, activos y recuperados, según se ha difundido desde los medios afines al Gobierno y las plataformas de propaganda oficial.

Por cada informe del Minsa, la expresión “en seguimiento responsable y cuidadoso” se utiliza en cuatro ocasiones. Está en el primer párrafo, para detallar el número de casos atendidos en la semana y se especifica que son “nicaragüenses con covid-19 confirmados o probables por clínica”.

Luego se usa para explicar la cantidad de personas que se recuperaron en los últimos siete días, y seguido se lee el total de los pacientes que estuvieron en “seguimiento” hasta esa fecha, que ahora es el dato que el Gobierno está entregando a los organismos internacionales.

Un análisis de CONFIDENCIAL, sobre la evolución de estos datos a partir de cada informe diario o semanal del Minsa, confirma el intento por reportar menos casos desde junio, cuando la cifra de personas en “seguimiento responsable y cuidadoso” se convirtió en el acumulado de los casos, a pesar de que el Minsa había evitado dar totales en cada uno de sus reportes, sobre todo cuando, entre marzo y abril, reportaba uno o ningún caso por día.

Con el cambio en el uso del término, ahora el Minsa se contradice incluso entre sus mismos informes, como muestra, por ejemplo, el informe del 12 de mayo, en el que reportó 25 casos confirmados, pero explicaba que hasta esa fecha la cifra de personas en “seguimiento responsable y cuidadoso” ascendía a 216, sin brindar detalle sobre estos, y restándolos de cada informe al pasarlos a “resguardo domiciliar” o “cariñoso” con el paso de los días.

Organismos ajustaron cifras al reporte oficial

Las cifras sobre Nicaragua son las únicas que se actualizan una vez por semana. En esta captura se evidencia que después de la actualización del Minsa del nueve de junio, el CEPREDENAC comenzó a usar los datos totales de personas en "seguimiento responsable y cuidadoso" que hacen referencia a los casos sospechosos.

El primer organismo en cambiar los datos, siguiendo el nuevo conteo oficial, fue la Organización Mundial de la Salud (OMS), según se evidencia en el informe de situación 130, en el que reconocieron 885 casos. El CEPREDENAC se sumó a este cambio el 10 de junio. Ese día, el Centro incluso se retractó de la cifra que había publicado un día antes, en la que sumaba 1464 casos y bajaron la cantidad a 1354, que fue la cifra que el Gobierno reportó como casos “en seguimiento responsable y cuidadoso”.

Por su parte, los medios oficialistas han retomado la sumatoria de casos en seguimiento como si fuera el número de contagios.

“(La ministra de Salud) enfatiza que desde el primer caso reportado de coronavirus ocurrido a inicios de marzo, hasta el día de hoy martes 14 de julio, se han atendido a 2682 pacientes afectados por el virus”, se lee en una nota sobre el último informe del medio oficialista Canal 13, en contraste con los 3147 contagios que registran los medios independientes.

En los medios oficialistas, la “confusión” no es reciente. Antes, a tono con el Minsa, ya habían comenzaron a restar a los pacientes fallecidos y recuperados de la cifra total de contagios, reportando nada más a los casos activos. Sin embargo, en esa ocasión no se logró confundir a los organismos internacionales.

Médicos demandan transparentar datos y lenguaje

Comprender el comportamiento de la pandemia en Nicaragua es imposible, porque no se disponen de datos suficientes y porque el Ministerio de Salud se ha encargado de usar una terminología confusa con la escasa información disponible.

También, se ha cuestionado al Minsa por el uso de frases como pacientes “delicados, pero estables”, “delicados y atendidos”, “contacto con otras nacionalidades”, paciente en “seguimiento responsable y cuidadoso” y “resguardo domiciliar” o “cariñoso”.

En mayo, más de 200 médicos primero y más de 700 después, demandaron que se apliquen los estándares epidemiológicos internacionales y se use un lenguaje técnico y claro.

La OPS también ha reclamado la falta de transparencia con los datos de Nicaragua y ha expresado su preocupación por que no se están tomando medidas extremas para detener la pandemia y porque es el único país que no da información sobre las pruebas para identificar el SARS-CoV-2.

“Necesitamos una auditoría de la OPS sobre el manejo de la pandemia en Nicaragua. Una auditoría que examine los protocolos y guías de actuación técnico-científicas —si las hubiera— y valorar la calidad de los procesos, el cumplimiento y los resultados”, demandó el biólogo molecular Jorge Huete, tras comentar que es difícil entender la jerga “única y original del Minsa”, como “delicados y atendidos” y “delicados, pero estables”.


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