12 de abril 2019
El Gobierno del presidente de Ecuador, Lenín Moreno, dejó este jueves sin asilo y suspendió la nacionalidad al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, tras acusarlo de violar acuerdos internacionales, un protocolo especial de convivencia y participar en una trama de desestabilización institucional.
Requerido por la Justicia británica por violación de medidas cautelares cuando pasaba por un proceso legal de extradición a Suecia hace unos años, Assange ha visto cancelada su condición de asilado "por su reiterada violación de las normas establecidas en las convenciones interamericanas sobre asilo diplomático de La Habana (1928) y Caracas (1954)", informó la Cancillería de Ecuador.
También, "por los incumplimientos del Protocolo Especial de Convivencia de la Embajada" que Ecuador le había entregado en agosto pasado, tras varios pronunciamientos políticos de temas internos de terceros países, entre ellos la crisis en Cataluña en 2017.
"Somos tolerantes, somos mansos, pero no estúpidos"
La decisión del Gobierno de Ecuador -anunciada dos días antes de que Moreno intervenga en un foro en Estados Unidos- se basó en la conducta "irrespetuosa" y "agresiva" del australiano, quien, además, vulneró aspectos de la seguridad en la embajada donde recibió asilo en 2012.
"No puedes tu llegar a una casa que te acoge con afecto, que te da de comer, que te cuida y (luego) empezar a denunciar al dueño de casa", comentó Moreno al afirmar que "la paciencia del Ecuador tiene su límite: Somos tolerantes, somos mansos, pero no estúpidos".
Se ha "quitado el asilo a este malcriado" dijo el mandatario para quien, "ventajosamente nos hemos librado de una piedra en el zapato".
El mandatario añadió que, por seis años y diez meses, Ecuador garantizó sus derechos humanos y cubrió sus necesidades cotidianas en las instalaciones de la embajada en Londres, a la que entró cuando gobernaba el país el presidente Rafael Correa (2007-2017).
Corea fustiga a Moreno
"Lenín Moreno, nefasto presidente del Ecuador, ha demostrado su miseria humana al mundo, entregando a Julián Assange -no solo asilado, sino también ciudadano ecuatoriano- a la policía británica. Esto pone en riesgo la vida de Assange, y humilla al Ecuador. Día de luto mundial", escribió el expresidente Correa en Twitter tras conocer la decisión.
Desde Bélgica, donde reside tras dejar el cargo, Correa tildó la decisión de Moreno como un "crimen que la humanidad jamás olvidará" y "uno de los actos más atroces fruto del servilismo, la vileza y la venganza".
Y es que a la polémica interna sobre la terminación del asilo, se sumó al anuncio de Scotland Yard en Londres sobre que el arresto del activista respondía a una petición de extradición de EE. UU., que lo quiere juzgar por piratería informática y conspiración para infiltrarse en sistemas del Gobierno.
Un requerimiento que el ministro de Exteriores, José Valencia, dijo que Ecuador desconocía antes de tomar la decisión.
Las acusaciones de EE. UU. provienen de los días en que WikiLeaks publicaba a destajo documentos secretos de las guerras de Irak y Afganistán, dejando en entredicho la integridad de los Gobiernos de EE. UU. y de otros países occidentales.
Carlos Póveda, abogado ecuatoriano de Assange, dijo temer por la vida del activista si es extraditado a ese país y se hizo eco de versiones de prensa que especulaban sobre una vinculación entre la cancelación del asilo y el reciente apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI) a Ecuador para obtener miles de millones de dólares en crédito.
En una comparecencia ante la Asamblea ecuatoriana, Valencia negó cualquier "presión de la comunidad internacional" y aseguró que respondía a una decisión "soberana y apegada a derecho".
La terminación del asilo arrastra asimismo una revisión de la nacionalidad que le fue concedida a Assange en diciembre de 2017, cuando la anterior ministra de Exteriores, María Fernanda Espinosa, trataba de sacarlo de Londres bajo estatus diplomático, en su afán por rescatarlo del asilo.
Hoy jueves, Valencia indicó que "los efectos de la nacionalidad quedan suspendidos por irregularidades (..) por constituir un acto administrativo lesivo", en alusión a denuncias de una asambleísta de que se violaron las leyes del país para darle el pasaporte ecuatoriano.
Ecuador también ha justificado su decisión en la intervención de Assange en una supuesta trama para desestabilizar al Gobierno de Moreno, en la que estarían implicados Ricardo Patiño, excanciller de Correa, dos hackers rusos residentes en Ecuador, un alto representante de WikiLeaks, y el Gobierno venezolano.
Así lo describió ante la prensa la ministra del Interior, María Paula Romo, ante la que aseguró que no permitirán "que Ecuador se convierta en un centro de piratería informática".
Patiño calificó sus acusaciones de "un cuento", e ironizó por redes sociales que "solo falta que (Romo) diga dónde dejamos a 'Caperucita Roja' y a la 'Bella durmiente'".