En las universidades cubanas, tradicionalmente sumisas y bajo control del régimen, algo inusual ocurrió. Por primera vez en décadas, los estudiantes alzaron su voz en una protesta organizada que ha sorprendido a propios y extraños. El detonante: un incremento brutal en las tarifas de Internet que la periodista Yoani Sánchez calificó como un “golpe devastador” para una población que “depende vitalmente de la conectividad” para interactuar con sus familiares emigrados.
“El precio del gigabyte prácticamente aumenta en más del 1000% en los paquetes extras”, apunta Sánchez, directora del diario digital 14yMedio. Además, el llamado “tarifazo” implementado por la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa), ha limitado drásticamente el acceso a Internet en moneda nacional, dejando apenas seis gigabytes mensuales por 360 pesos cubanos.
“Las universidades parecen estar despertando a partir de este tarifazo”, afirma la bloguera, quien explica que “son los jóvenes, justamente, los que se sienten más conectados con las nuevas tecnologías, los que demandan más el uso de la navegación web, los que cuando están estudiando reclaman mayor acceso a la bibliografía y todo tipo de conocimientos digitales imprescindibles para poder graduarse”.
“Hemos visto, con bastante sorpresa, brotar en esos espacios universitarios la indignación y ver a estos jóvenes estudiantes liderar el proceso de reclamos. Ha sido una grata sorpresa”, sostuvo Yoani Sánchez en una entrevista con el programa Esta Semana, que se transmitió en el canal de CONFIDENCIAL en YouTube.
¿Cuál es el impacto de lo que llaman el “tarifazo” de Internet en Cuba?, ¿a cuánto asciende este incremento de los precios del servicio de conexión de Internet que ha sido decretado por la empresa Etecsa?
En cuanto a qué significa o qué impacto económico tiene esta subida de los precios de la navegación web, fundamentalmente, que ha implementado el monopolio Estatal de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa), hay que decir, que es un alza muy alta para el bolsillo de los cubanos. El precio del gigabyte prácticamente aumenta en más del 1000% en los paquetes extras. Una de las características de esta subida es que recorta o limita la cantidad de gigabytes que se pueden pagar en moneda nacional, a solamente 360 pesos cubanos al mes, lo cual significa unos seis gigabytes al mes. Eso no es nada para una población que depende, en gran medida, de las redes sociales, de la conectividad para interactuar con su familia emigrada, para poder consumir contenido audiovisual, incluso para gestionar su propia emigración.
Después que se pasa ese monto inicial muy limitado, hay que irse de alguna manera a la jungla de los altísimos precios de los otros paquetes. Los paquetes liberados que se puede comprar cualquier cantidad, pero, eso sí, a un precio altísimo. Esto, sin lugar a dudas, ha creado una gran indignación en toda la sociedad.
¿Cuál ha sido la justificación oficial?, ¿qué dice el Gobierno para justificar este incremento de los precios?, ¿quiénes podrían pagar estos nuevos precios en Cuba?
La justificación oficial para este aumento está dada por la falta de recursos de Etecsa para implementar una serie de inversiones que, cada día, son más que necesarias porque estamos hablando de una empresa que tiene serios problemas de infraestructura. Por ejemplo, en la barriada de La Habana, donde yo vivo, las torres de telecomunicaciones sufren cuando se va la electricidad, porque no tienen o les funcionan muy mal las baterías de respaldo para mantener el servicio cuando estamos en un apagón. Ese tipo de inversiones, las baterías, nuevas torres de telecomunicaciones, cables, instalaciones y demás, necesitan inversiones que se hacen en divisas (dólares o euros) y es la justificación del monopolio para elevar las tarifas. Dice que tiene que recaudar dinero y, sobre todo, privilegiar las recargas que se hacen desde fuera de la isla en moneda fuerte, dígase dólares o euros. De ahí que recorta la posibilidad de recargar en pesos cubanos, mientras fomenta que la emigración, los exiliados, sostengan la comunicación telefónica de los parientes que dejaron en la isla.
Protestas en universidades cubanas
El reclamo y la protesta, hasta este momento, la han liderado los estudiantes universitarios. ¿Ellos son los más perjudicados, son los únicos perjudicados o hay otros sectores también afectados?
La universidad, que ha sido por décadas un espacio sumamente controlado, vigilado y amordazado por el régimen cubano, un lugar donde las entidades como la Federación Estudiantil la Universitaria, la Unión de Jóvenes Comunistas, en lugar de representar los intereses de los estudiantes, han sido poleas de transmisión desde el poder hacia los alumnos. Pues, las universidades parecen estar despertando a partir de este tarifazo. ¿Por qué? Porque son los jóvenes, justamente, los que se sienten más conectados con las nuevas tecnologías, los que demandan más el uso de la navegación web, los que cuando están estudiando reclaman mayor acceso a la bibliografía y todo tipo de conocimientos digitales imprescindibles para poder graduarse. De ahí que hemos visto, con bastante sorpresa, brotar en esos espacios universitarios la indignación y ver a estos jóvenes estudiantes liderar el proceso de reclamos. Ha sido una grata sorpresa.
De todas maneras, también otros sectores de la sociedad se han pronunciado, incluso jubilados, que con estas subidas han visto cómo un paquete mínimo de internet, prácticamente, triplica las pensiones más extendidas en el país, que no superan los 2000 pesos mensuales. He visto protestas muy fuertes del sector privado, de las micros, pequeñas y medianas empresas que basan buena parte de sus negocios en el contacto con la clientela a través de las redes sociales y de estos espacios virtuales.
Pero, hay que decir que han sido los universitarios los que de manera más organizada, firme y valiente han liderado la protesta contra el tarifazo.
Esta protesta está focalizada solamente en La Habana o también en otras universidades del interior del país. ¿Y cuál es el objetivo del reclamo de los estudiantes?
Las facultades han ido reaccionando poco a poco. Primero vimos reacciones en las facultades de Matemáticas de la Universidad de La Habana. También centros como la Universidad Tecnológica de la Capital Cubana, conocida como CUJAE. Algunas provincias como Santiago de Cuba, Holguín, se sumaron a esta protesta que, fundamentalmente, se ha tratado de cartas firmadas por grupos de estudiantes reclamando lo que se ha hecho, pidiendo un paso atrás de Etecsa.
El oficialismo intentó calmar los ánimos ofreciendo a los universitarios algunas migajas, como el hecho de que ellos pudieran comprar otro paquete adicional en moneda nacional. Y eso les ha salido mal, les ha salido el tiro por la culata, porque los estudiantes respondieron que no querían privilegios, que querían poder disfrutar de lo mismo que el resto de la población: poder pagar un servicio de acceso a Internet en la moneda con la que se pagan los salarios, no en otras monedas extranjeras.
Las protestas ocurrieron inicialmente en las aulas, en los claustros, y de ahí se han trasladado a las redes sociales con la publicación de estas declaraciones. También la represión se ha centrado en las escuelas. Se ha sabido de agentes de la Policía Política que están visitando a los alumnos que han liderado la indignación, a sus familiares, amenazando también a los profesores que han apoyado a sus estudiantes.
Esta protesta de estudiantes universitarios ahora, en el siglo XXI en Cuba, es algo inédito.
La universidad fue tradicionalmente siempre un epicentro de la rebeldía y una gran impulsora del cambio político en Cuba. Incluso el propio Fidel Castro se formó como líder político y gánster en las aulas universitarias. Por tanto, realmente lo que ha sido un accidente en la historia universitaria cubana son las últimas seis décadas de sumisión, silencio y amordazamiento. Esto ha sido posible por la penetración de las entidades de control, la Policía Política, las sucesivas purgas, expulsando de las aulas a los estudiantes más conflictivos. Por eso, realmente, muy pocos esperaban que naciera de las universidades, de las alma mater urbanas, un gesto de rebeldía, y, sin embargo, ha sido así.
Régimen reprime a los universitarios cubanos
¿Y cómo ha impactado la protesta de los estudiantes a la Federación de Estudiantes Universitarios de Cuba, que es una organización oficial?
La Federación Estudiantil Universitaria ha dejado claro que a la hora de tomar posicionamiento se alinea con el poder, con el régimen y con el Partido Comunista, que no es más que una caja de resonancia del régimen cubano, una polea de transmisión desde los líderes del PCC hacia los estudiantes. Y eso ha creado más molestia y más enojo en los alumnos, en los miembros de esa FEU, que querían que su organización los representara, reclamara junto a ellos. Creo que ha quedado en evidencia que la FEU es un cascarón vacío o un muñeco de ventrílocuo en manos del régimen cubano.
¿Y esta protesta de estudiantes universitarios es diferente a la que estalló en 2021, con el reclamo por los apagones de energía, la falta de alimentación y también en la demanda de libertad?
La diferencia con la protesta del 11 de julio de 2021 es que estas han sido puertas adentro, mientras que aquellas jornadas históricas de manifestaciones populares, donde miles y miles de personas se lanzaron a las calles, tuvo como escenario fundamentalmente los espacios públicos del país. La represión también fue brutal.
Creo que hubo una evolución de la protesta y de las formas de protesta. Está más en el interior de las instituciones, más en las redes sociales, pero también creo que ha podido estructurar, de una manera más madura, las demandas que quedan claras. Son las demandas que están consensuadas por los estudiantes que protestan, la gente que protesta. Y en este caso, veo que ha sido mucho más extendida. Hasta los propios militantes del Partido Comunista, el núcleo duro de apoyo al régimen, se ha visto sacudido por esta indignación.
¿Cuál ha sido hasta ahora la reacción del Gobierno?, ¿están negociando o están imponiendo acciones de represión?
El régimen ha tratado de acallar la protesta, por un lado, intentar secuestrarla; por el otro, aparentar que nada está pasando. Ahora mismo, anuncian que se ha convocado a un diálogo, a un encuentro, un debate con estos estudiantes y todo el mundo sabe que eso es una maniobra de dilatación. Lo cierto es que no han reconocido el error y no han echado atrás la medida de prácticamente dolarizar el acceso a Internet y dejar solo unas pequeñas migajas en moneda nacional.
¿Cuál es la situación de la protesta en este momento, diez días después que se decretó el incremento de los precios del Internet en Cuba?, ¿Y qué se puede esperar en los próximos meses?
Ahora mismo, la protesta de los jóvenes estudiantes se enfrenta al desafío de que, justamente, en este momento el curso escolar está prácticamente terminándose. Algunas facultades ya han concluido las clases y los exámenes, y otras están a punto de hacerlo. Creo que la Seguridad del Estado y Policía Política aprovechará estas vacaciones escolares para intentar desarticular todo el movimiento, toda la confluencia. Pero, también es cierto que, a la vuelta de la esquina, llegan los dos meses más difíciles que siempre ha tenido el régimen cubano: julio y agosto. Las temperaturas suben, los apagones crecen, la situación energética del país está en un punto de quiebre, la desesperanza también ha llegado a niveles muy altos. Así que todo esto combinado augura un verano muy difícil para la Plaza de la Revolución.