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“La elección en Guatemala fue un referéndum que perdió la vieja (clase) política”

El especialista Edgar Ortiz alerta que “es altamente probable” que la Fiscalía persista en el caso penal contra Semilla, el partido de Bernardo Arévalo

Bernardo Arévalo

El presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo, junto a la vicepresidenta Karin Herrera, en Ciudad de Guatemala. Foto: Confidencial | EFE

Redacción Confidencial

24 de agosto 2023

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El progresista Bernardo Arévalo de León ganó la presidencia de Guatemala con el 58% del total de votos, contra el 37% de su competidora Sandra Torres Casanova, ex primera dama. Sin embargo, para el analista político Edgar Ortiz Romero, la votación del 20 de agosto de 2023 “no fue simplemente una elección presidencial, fue un referéndum contra la vieja (clase) política”.

“Perdió la vieja política, (pese a que) excluyó a tres candidatos presidenciales de la oposición. Ese fue el plan de la coalición gobernante, excluir a los rivales para, según ellos, uno de los suyos ganase la elección. Bernardo es, en cierta forma, un accidente”, analizó el guatemalteco especialista en derecho constitucional y riesgo político.


La investidura de Arévalo de León está programada para el próximo 14 de enero de 2024, aunque el experto no descarta que la Fiscalía guatemalteca intente evitar su llegada a la silla presidencial. “Es altamente probable que el Ministerio Público insista con la persecución penal de Semilla (partido que encabeza Arévalo)”, advirtió Ortiz.

En julio de 2023, el Ministerio Público, cuya cúpula está sancionada por EE. UU., acusó a Semilla de un supuesto caso de firmas falsas en 2018, durante la creación del partido.

“Montar un caso de delincuencia organizada y valerse de la Ley de Crimen Organizado y supuestos cargos de lavado de dinero, para tratar de desaparecer la personalidad jurídica, me recuerda a muchas prácticas que vemos un poquito más al sur de Centroamérica”, dijo el guatemalteco en una entrevista con el programa Esta Noche.

¿Cuál es el ambiente entre la población en Guatemala tras la victoria de Bernardo Arévalo? 

Es un ambiente de esperanza hasta cierto punto, porque venimos de años muy complejos en los que hubo un desmantelamiento, persecución a periodistas, un retroceso democrático y general, una corrupción rampante que a la población le ha molestado mucho.

De alguna forma, también con esperanza, porque si hubiésemos tenido esta conversación hace tres meses sobre cuál era el panorama, te hubiese dicho que era poco alentador. Parecía que la elección estaba en una cancha muy desigual, en la que la coalición oficial parecía tener un control casi calculado de lo que iba a pasar. Pero, les ha salido mal el juego. Ha ganado alguien que no esperaban y eso, en una buena parte, le da una esperanza a la población.

El sector privado ha llamado a un consenso de gobernabilidad. ¿Qué significa eso? 

Semilla tiene apenas cinco años de existir. Es un partido con cuadros muy jóvenes, que muchos de ellos no han estado en la política. Algunos tienen un periodo en el Congreso y tienen 30 años, un poco menos o más, en un contexto en el que van a tener apenas 23 diputados de 160. Es una bancada muy pequeña. Ya sabemos que el Congreso es muy poderoso y es capaz de paralizar un Gobierno, si no se encuentran esos puentes. 

Hay que tender esos puentes con la sociedad civil, la prensa, el sector empresarial y tratar de tener un frente común, que permita al nuevo Gobierno cierto nivel de consenso y gobernabilidad. 

El Ministerio Público, que antes del balotaje intentó cancelar el partido Semilla, ha requerido una información al Tribunal Electoral sobre las pasadas elecciones en Guatemala. ¿Qué pretende? 

Esa es la pregunta que muchos nos hacemos. Una autoridad religiosa muy importante, luego de reunirse con la fiscal general, dijo una frase que me gustó mucho: “Yo le dije que era como esas mulas que llevan tapados los costados, para no mirar hacia otro lado”. Lo decía él porque pensaba que era una visión muy estrecha la que estaba tomando el Ministerio Público, al atacar de una forma incomprensible al partido, cuando se veía que ya es un partido de Gobierno electo. No sabemos muy bien cuál es la lógica. 

Montar un caso de delincuencia organizada y valerse de la Ley de Crimen Organizado y supuestos cargos de lavado de dinero, para tratar de desaparecer la personalidad jurídica, me recuerda a muchas prácticas que vemos un poquito más al sur de Centroamérica.

El silencio de Sandra Torres

La candidata Sandra Torres no ha reconocido su derrota. ¿Qué interpretación le das a ese silencio? 

Sandra Torres, antes de la elección, trató de levantar una narrativa falsa e infundada de fraudes. De irregularidades más que nada, porque es difícil hablar de fraude cuando todas las encuestas le daban una derrota contundente y apabullante, como ocurrió. Primero, criticó las encuestas. Luego criticó el sistema de transmisión de datos, para tratar de justificar su derrota, y lamentablemente se ha sentado en esa posición.

Insisto: es muy difícil reclamar que te han robado la elección cuando te han sacado un millón de votos de ventaja. La única ley universal de la política guatemalteca es que, en cualquier segunda vuelta, Sandra Torres va a perder, porque perdió en 2015, 2019 y 2023, contra candidatos muy distintos cada uno. 

Edgar Ortiz Romero, especialista en derecho constitucional y riesgo político guatemalteco. Foto: Cortesía

Dentro y fuera de Guatemala hay expectativas sobre el futuro del Gobierno de Bernardo Arévalo, particularmente sobre si habrá más intentos de cuestionar su triunfo. ¿Qué se puede esperar en estos cinco meses de transición, previo a la toma de posesión? 

Si algo ha caracterizado las elecciones de Guatemala es la volatilidad, sobre todo en los últimos meses. Hacer predicciones más allá de una semana o dos semanas, parece un poco difícil. Sabemos identificar algunos elementos comunes de riesgo. Es altamente probable que el Ministerio Público insista con la persecución penal de Semilla. Lo hemos visto, de hecho, insistir en amenazar o intimidar a las autoridades electorales con ejecutar una orden judicial, que es ilegal, que ordenaba cancelar la personalidad jurídica del partido. Veremos esos movimientos por el lado penal. 

La otra rama a la que hay que prestar atención es cómo el partido Semilla y el presidente electo empiezan a tender a esos puentes y lazos con otras organizaciones políticas. Ellos han ganado con una carta de oposición, con lo que fueron consistentes, pero ahora toca gobernar.

Cuando tienes una bancada tan chica, te toca hablar con otros sectores, tender puentes, incorporar a gente diferente y eso, quizás, a algunas bases no les guste. Ese va a ser un elemento característico de una transición tan larga.

Lucha contra la corrupción

Arévalo va a encabezar este Gobierno con minoría en el Parlamento, con la Fiscalía en su contra y una parte del Poder Judicial también. ¿Podrá gobernar?

Sabemos que esas adversidades están ahí. Creo que la clave aquí va a ser la negociación bien entendida en política. No me refiero a negociaciones espurias bajo la mesa, como lamentablemente ocurrió en algunos momentos históricos, sino a la capacidad de ellos para negociar y sentar a los cuadros políticos. Hay que entender algo: esta elección del 20 de agosto no fue simplemente una elección presidencial, fue un referéndum contra la vieja política. Perdió la vieja política, (pese a que) excluyó a tres candidatos presidenciales de la oposición. Ese fue el plan de la coalición gobernante, excluir a los rivales para, según ellos, uno de los suyos ganase la elección. Bernardo es, en cierta forma, un accidente.

A él le tocará entender que ganaron por muchas circunstancias no previstas y no porque fueron un fenómeno político histórico en primera vuelta. Hay que ser muy abiertos a la negociación. Entender que esos vientos que están soplando le van a abrir la ventana a otros políticos para cambiarse al bando correcto. Esa es una oportunidad que tienen que saber aprovechar.

El mensaje principal de Arévalo es la lucha contra la corrupción, la gran deuda de la clase política con la población. ¿Qué margen tiene Arévalo para lograr avances en ese frente, en estas circunstancias que describís? 

Guatemala vivió un intenso periodo de lucha contra la corrupción entre 2015 y 2019, pero fue un episodio parecido al que vimos en Brasil o Perú. Fueron episodios de persecución judicial, de encarcelamiento a gran escala de funcionarios de Gobierno. Ese experimento no salió bien en Perú, Brasil o Guatemala. ¿Por qué? Las cruzadas anticorrupción tienen efectos políticos y en ese movimiento de actores te pueden salir mal las cosas. En una entrevista, Bernardo dijo algo interesante: “Tal vez el enfoque no debe ser la persecución criminal, quizás el combate a la corrupción tiene que ser otra cosa. Tiene que ser un cambio de políticas, transparentar la gestión pública, usar el Gobierno electrónico”.

Hay muchas formas de atacar la corrupción desde la buena práctica, y no tanto desde la persecución. Él tiene una propuesta: una comisión anticorrupción que va ayudar en la parte de la denuncia, pero hay que cambiar un poco la narrativa, más hacia la transparencia y las buenas prácticas, y alejarse más de esa idea de ejecutar esa lucha contra la corrupción desde los tribunales o las cortes.

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Confidencial es un diario digital nicaragüense, de formato multimedia, fundado por Carlos F. Chamorro en junio de 1996. Inició como un semanario impreso y hoy es un medio de referencia regional con información, análisis, entrevistas, perfiles, reportajes e investigaciones sobre Nicaragua, informando desde el exilio por la persecución política de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

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