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Costa Rica: un país sin ejército con una educación en guerra

Mientras escuelas y colegios caen a pedazos, recortan el presupuesto educativo, con consecuencias que permean todo el sistema público

Colegio República de México muestra del estado de la educación en Costa Rica.

El Colegio República de México, en San José, es retrato fiel de un sistema educativo en crisis. // Foto: Eyleen Vargas

Adrián Z. Rivero

19 de enero 2025

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Pasear por las instalaciones del Colegio República de México, en San José, la capital de Costa Rica, es como atravesar, vívidamente, las líneas de un terrible relato de terror: paredes que parecen bombardeadas, aulas sin ventanas donde la lluvia no encuentra resistencia, fantasmales pizarras que simulan llorar, zonas clausuradas por su indignante estado, rayones que cuentan el desastre de una educación que sufre, edificios que se levantan del suelo, entre otras desgracias.

Este centro educativo, trinchera de 235 estudiantes, es, quizá, el más fiel retrato de una de las peores crisis educativas que el país centroamericano, otrora referente regional en la materia, ha atravesado en su historia. 

El mismo padecimiento pesa sobre centenares de escuelas y colegios a lo largo y ancho del territorio, aunque cada uno con diferentes síntomas. A la fecha, el Ministerio de Educación Pública (MEP) contabiliza 895 recintos a los que se les ha girado una orden sanitaria, muchas de ellas de cierre parcial o total.

Colegio República de México en Costa Rica
Pese a lo que puede parecer, el hueco en la pared y demás daños no fueron ocasionados por un proyectil de guerra, sino por la falta de mantenimiento y recursos para solventarlo. Este es uno de los lugares que utilizan ladrones para ingresar al Colegio República de México. // Foto: Eyleen Vargas

Recortes sostenidos durante las tres últimas administraciones, aprobación de leyes que restringen el gasto y un notable desprecio por el cumplimiento de una disposición constitucional que protege la inversión en educación se han convertido en la mezcla perfecta de un coctel explosivo.


“Cuando más necesitábamos recursos para salir de la peor crisis educativa que hemos tenido en los últimos 40 años, para salvar a una generación —la generación del apagón educativo— y para avanzar con solidaridad hacia la escuela del siglo XXI y enfrentar todos los desafíos de la inteligencia artificial, estamos optando por reducir la inversión en la educación”, señaló a este medio con preocupación Isabel Román, coordinadora del Informe Estado de la Educación, una investigación independiente del Gobierno que da seguimiento a la educación costarricense.

La “Ruta de la Precarización” de la educación en Costa Rica

A la fecha, las devastadoras consecuencias del desfinanciamiento en la educación costarricense son más que evidentes; no así, una política clara enfilada a salir de la crisis. 

El Gobierno de Rodrigo Chaves habla de la “Ruta de la Educación”, una estrategia de silueta indistinguible que no ha sido presentada, casi tres años después de llegar al poder, como un documento formal: “La única ruta que vemos real es de la precarización de la educación pública”, dijo Román.

“Ni siquiera estamos garantizando ciertos recursos mínimos para el funcionamiento de los centros educativos. ¿Cómo es que estamos discutiendo si hay papel higiénico o no hay papel higiénico?”, añadió la coordinadora del Estado de la Educación.

Centros educativos con órdenes sanitarias en Costa Rica
Hay centros educativos con órdenes sanitarias en todo el país; muchas de ellas son de cierre total o parcial. // Fuente: Estado de la Nación con datos del Ministerio de Educación Pública (MEP)

Antaño considerado “el país más feliz del mundo”, Costa Rica ha visto en la última década como los cimientos del sistema que lo llevaron a ser un caso de éxito en la región ahora se transforman en cenizas.

En las últimas pruebas PISA, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el país obtuvo sus peores resultados históricos. Estas pruebas evalúan las competencias de estudiantes de 15 años en lectura, matemáticas y ciencias, para enfrentar desafíos de la vida real.


TABLA
Puntaje promedio de Costa Rica por asignatura y ciclo PISA

AñoMatemáticasLecturaCiencias
2009409443430
2012407441429
2015400427420
2018402426416
2022385415411
En cada evaluación PISA, Costa Rica ha ido registrando peores resultados. // Fuente: OCDE

En declaraciones a este medio, el analista de políticas educativas de la OCDE, Daniel Salinas, advirtió de la mala situación que atraviesa el país y apuntó que este debería aspirar a que todos los estudiantes de 15 años “alcancen, al menos, el nivel básico de competencias en áreas claves como las matemáticas y la lectura”.

Salinas también alertó de las “consecuencias para la sociedad en su conjunto” por un desempeño deficiente como el que presentaron los estudiantes costarricenses en los exámenes PISA: “Por una parte, perjudica el crecimiento económico futuro ya que el bajo rendimiento a los 15 años puede traducirse en una fuerza laboral de baja productividad. Por otra parte, perjudica la justicia social ya que el bajo rendimiento académico limita las oportunidades de movilidad social ascendente para los estudiantes socioeconómicamente más vulnerables”.

El experto aseguró que los resultados de Costa Rica son “significativamente más bajos de lo que cabría esperar dado su PIB per cápita” y destacó la importancia que tiene el gasto en educación para obtener mejores frutos: “Sería importante analizar si es suficiente (la inversión educativa de Costa Rica) para financiar las necesidades de recursos materiales y humanos (por ejemplo, profesores) del sistema educativo”.

De acuerdo con el estudio de la OCDE, Education at a Glance 2023, en Costa Rica el gasto de las instituciones públicas por estudiante a tiempo completo, desde de la primaria hasta la terciaria, fue de $5.851, frente a los $11.560 que gastan, en promedio, los países de esa organización internacional (datos de 2020).

Sin embargo, como mencionó el especialista de la OCDE, las consecuencias de una mala educación tienen impacto finalmente en todo el sistema social. Esta opinión la comparte el exministro de Educación, Francisco Antonio Pacheco, quien lidió en su gestión con los vestigios de una de las peores crisis educativas que ha tenido Costa Rica, en los años 80: “Los problemas de falta de una educación de calidad, con financiamiento adecuado, repercuten en la seguridad, repercuten en el equilibrio social, repercuten en la producción nacional, por citar tres cosas, entre muchas otras”, indicó el exministro.

“El desarrollo futuro del país y yo diría que, en este momento, incluso de conservación de la vida democrática y, a mediano y largo plazo, el equilibrio social se ven afectados cuando no se invierte debidamente en Educación”, añadió Pacheco.

Liceo Salvador Umaña Castro en Costa Rica
Esta es una de las aulas que utilizan los estudiantes del Liceo Salvador Umaña Castro, en San José. // Foto: Eyleen Vargas

Una Constitución de “letra muerta”

Aunque en 2011 los congresistas del momento aprobaron una reforma constitucional para que la inversión en Educación fuera, como mínimo, de un 8% del PIB, más de una década después —y a la vista de todos — nunca se cumplió con ese mandato.

La modificación al artículo 78 la Carta Magna otorgó un periodo de gracia, hasta 2014, para que se consumara lo indicado, no obstante, desde entonces pasaron tres administraciones sin que se respetara la disposición, aun cuando todos los jerarcas a través de estos años juraron el cumplimiento de toda la Constitución y no solo la de las partes que les gustasen.

“Deja un poquito en el suelo la idea de Costa Rica como Estado Constitucional de Derecho”, señaló Felipe Rodríguez, experto en derecho constitucional. Para Rodríguez, se ha “normalizado el incumplimiento constitucional”, en buena medida porque “la clase política percibe que no va a tener ninguna represalia al no asignar el 8%”.

Otro constitucionalista, Rubén Hernández, señaló que el error fue establecer un porcentaje “irrealizable” a nivel constitucional: “Al final (la Sala Constitucional) va a decir que nadie está obligado a lo imposible”, agregó, como un posible desenlace de un eventual reclamo ante el órgano que vela por el cumplimiento de las normas constitucionales.

Colegio República de México en Costa Rica
Esta aula, como de una película de terror, pertenece al Colegio República de México, en la capital del país. Fue clausurada por su mal estado. // Foto: Eyleen Vargas

En 2016, la Sala Constitucional, conocida también como Sala IV, declaró “con lugar” una acción de inconstitucionalidad presentada contra el Presupuesto Nacional de 2014, pues las partidas destinadas a educación no alcanzaron el 8% del PIB. Los efectos, sin embargo, fueron absolutamente intrascendentes: “Se previene al Poder Ejecutivo y a la Asamblea Legislativa no volver a incurrir en la omisión que dio mérito para acoger esta acción”. 

También, el pasado 7 de enero el órgano constitucional declaró inconstitucional el Presupuesto Nacional de 2025 debido a que no se asignó el 8% del PIB a la educación pública. Aunque la resolución completa no se ha publicado, esta sentencia no es vinculante, debido a que responde a una consulta de constitucionalidad planteada por la Defensoría de los Habitantes (DHR), en vez de ser el resultado de una acción de inconstitucionalidad.

Actualmente, la Sala IV tramita un recurso de amparo que reclama el mismo incumplimiento, por lo que ningún magistrado de este órgano se refirió sobre el tema. No obstante, la exmagistrada Ana Virginia Calzada apuntó también a la falta de consecuencias como el portillo para que los gobernantes irrespeten la disposición: “¿Qué pasa si vos pasás en un semáforo y sabés que todo mundo se lo brinca? Probablemente te lo brinqués, porque no pasa nada”, declaró a este medio.

La jurista indicó que no es una justificación válida argumentar la falta de dinero como una excusa para incumplir con el mandato del 8%: “Muchas veces hay un juego de derechos en los que hay que hacer un balance, pero la Educación no está en esa posibilidad de hacer un balance. ¿Qué es lo que pasa si hay un irrespeto a la Constitución? Que no estamos en un Estado democrático, sino que estamos en un Estado autoritario”, dijo Calzada.

Sin dinero

Con todo, el economista, exviceministro de Hacienda e investigador de la Universidad Nacional (UNA), Fernando Rodríguez, explicó que el panorama fiscal actual es muy complicado: “Sin reforma tributaria, no podemos llevar el financiamiento de la Educación a un 8%, no es posible”.

Liceo Salvador Umaña Castro en Costa Rica
En esta aula clausurada, los funcionarios colocaron una planta para aprovechar el agua que cae por una de las múltiples goteras. // Foto: Eyleen Vargas

Desde la perspectiva de Rodríguez, dadas las condiciones actuales, lo que estipula la Constitución “es una ficción” e, inclusive, cuando el país estuvo más cerca de llegar al 8% del PIB en Educación fue porque aumentó la deuda: “Eso ya no lo podemos hacer, entonces se nos acabó la ficción, ahora estamos enfrentados a la realidad. La realidad es que si queremos llegar al 8% tenemos que asignar más recursos vía impuestos, no hay de otra”.

La situación se torna más grave al tener en cuenta que mecanismos fiscales restrictivos, aprobados en los últimos años, impedirían alcanzar el 8% del PIB, incluso si existiera la voluntad política. Esta mezcla de factores sería el golpe de gracia para que Costa Rica cayera en el mismo pozo profundo donde han terminado otros países de la región.

“Si no se corrige pronto y no corregimos la necesidad de tener ingresos adicionales y no corregimos además el gasto que hacemos en endeudamiento, va a convertirse en una en una bomba de tiempo que en algún momento nos va a estallar en la mano. Desgraciadamente, nos va a hacer parecernos cada vez más a otros países de Centroamérica y, lo digo con todo el dolor del alma, particularmente el caso de Guatemala”, añadió el economista.

Según estimaciones de José Pacheco-Jiménez, también economista y exviceministro de Hacienda, para que Costa Rica alcance el 8% del PIB destinado a la educación, el presupuesto de esta partida debería crecer un 10% durante los siguientes 14 años, lo cual ni siquiera sería posible con los límites de crecimiento al gasto que fueron aprobados durante el gobierno anterior.

Peor aún, según los cálculos del especialista, si el país pone “piloto automático” el presupuesto educativo caerá el 3% del PIB en la siguiente década.

“Las necesidades del sector Educación se están acumulando a un ritmo vertiginoso. La acumulación de necesidades le está ganando a la asignación presupuestaria”, apuntó Pacheco-Jiménez.

Mientras tanto, para el próximo año, Costa Rica tendrá que encarar esta cruenta batalla educativa con un despliegue de presupuesto equivalente al 5,01% del PIB, el peor desde el 2006, según datos del Programa Estado de la Nación.


*Adrián Z. Rivero es estudiante de la Clase 16 de la Asociación de Periodismo Colaborativo Punto y Aparte, un espacio de encuentro entre buenos periodistas, jóvenes y experimentados, para generar nuevos relatos sobre situaciones que impactan a las personas, sus comunidades y realidades.

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Adrián Z. Rivero

Adrián Z. Rivero

Periodista y productor audiovisual por la Universidad de Costa Rica (UCR). Ha trabajado en Semanario Universidad y Teletica. Ganador del “Premio Pbro. Armando Alfaro Paniagua” en 2024. Le apasionan los temas relacionados con política, educación y economía; y le emociona contar historias desde perspectivas únicas y creativas.

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