Casi 2000 migrantes han sido liberados en las calles de El Paso, Texas, en el último mes, incluyendo alrededor de 500 en los últimos cinco días —justo cuando los Gobiernos locales y organizaciones sin fines de lucro se preparan para el final del Título 42 que podría llevar la crisis humanitaria a las puertas de la frontera estadounidense a un punto crítico.
Sobre la afluencia de migrantes y lo que la región puede esperar si el Título 42 se levanta a finales de este mes, el subdirector de la ciudad de El Paso, Mario D'Agostino dijo que “no se encuentra en un buen estado”, en su intervención ante el Consejo Municipal el lunes. “Podríamos ver pasar hasta miles de personas al día por nuestra comunidad. Nadie puede dar abasto. No hay número de refugios que se pueda tener para eso. Va a hacer falta un gran esfuerzo y gran parte de él va a venir del Gobierno federal y de lo que puedan hacer para ayudar a descomprimir nuestra zona”.
Desde el 4 de noviembre, casi 1850 migrantes han sido puestos en libertad —entre ellos nicaragüenses—, según informaron el miércoles agentes de la Patrulla Fronteriza del sector de El Paso a El Paso Matters. Los migrantes han sido procesados por agentes fronterizos y se les permite permanecer en el país a la espera de sus audiencias de inmigración.
Las liberaciones en las calles continúan mientras el Título 42, la controvertida ley de salud pública que ha permitido expulsar a muchos migrantes que entran en EE. UU. sin autorización para solicitar asilo, sigue su curso en los tribunales.
Biden apelará para que Título 42 se mantenga
El miércoles 7 de noviembre, el Gobierno de Biden notificó su intención de apelar la sentencia de un juez federal que pondría fin a esta política el 21 de diciembre. La Administración de Biden, que anteriormente había criticado al presidente Donald Trump por su uso de dicha política al comienzo de la pandemia de covid-19, ahora argumenta que el Título 42 es legal y válido.
Los agentes del sector de El Paso han encontrado un promedio de 1780 migrantes diarios desde noviembre, dijeron funcionarios del sector. La mayoría de los migrantes proceden de Nicaragua, México, Ecuador, Colombia y Venezuela.
Por ahora, las ciudades fronterizas estadounidenses como El Paso siguen viendo los albergues tan desbordados de migrantes que tienen que rechazar a muchos, dejando que la Patrulla Fronteriza libere a los migrantes a las calles cuando, por ley, no pueden detenerlos más tiempo.
Muchos son dejados cerca de las estaciones de autobuses del centro de la ciudad, como la Tornado Bus Company, donde los migrantes luchan por un espacio en el interior, a la espera de que amigos o familiares les ayuden a financiar su ticket para salir de El Paso, mientras que muchos otros se dispersan por las calles en busca de un lugar donde quedarse al menos durante unos días.
“Hemos sufrido tanto para llegar hasta aquí que ni siquiera podría empezar a contarlo”, dijo Rosalía, que salió de Colombia con su hermano hace aproximadamente un mes, con la esperanza de reunirse con su hermana en Florida antes de Navidad. “Ahora mismo solo queremos encontrar a nuestras familias y descansar. Han sido unas semanas muy duras. No podríamos agradecer más a Dios por ayudarnos a llegar a esta etapa de nuestro viaje”.
Con una sudadera negra con cremallera alrededor de la cintura y una manta blanca de la Cruz Roja enrollada bajo el brazo, Rosalía, de 28 años, caminaba rápidamente por Paisano Drive después de que la dejaran en la estación de autobuses de Tornado la semana pasada. Se dirigía a un negocio que, según le habían dicho, ofrecía servicios de envío de dinero. Allí esperaba encontrar dinero ya transferido para poder comprar billetes de autobús para salir de El Paso.
“Me siento bendecida por estar aquí, pero lo estaré aún más cuando llegue a Florida”, dijo, añadiendo que pasó unos días al otro lado de la frontera, en Ciudad Juárez, donde se reunió con su hermano, antes de cruzar a El Paso. Allí encontraron refugio en una iglesia donde les permitieron pasar la noche durmiendo en los bancos. “Ya hemos dormido bastante en la calle, pero si tenemos que volver a hacerlo, ni modo. Pero esperamos no tener que hacerlo”.
La ciudad de El Paso cerró sus operaciones de transporte de migrantes en autobús a finales de octubre, y los líderes de la ciudad reiteraron el martes que no tienen planes para reanudar la prestación de transporte a los migrantes sin financiación federal por adelantado.
La ciudad ha gastado más de 9.5 millones de dólares en acoger y transportar a inmigrantes este año y ha solicitado el reembolso federal de casi 7.3 millones de esa cantidad. Según D'Agostino, la ciudad podría recibir una notificación sobre el monto del reembolso la próxima semana.
Más de 60 empleados de la ciudad han sido incorporados a organizaciones no gubernamentales, como la organización sin fines de lucro Annunciation House y su red de albergues para migrantes para ayudar en sus esfuerzos, agregó.
“El sector de El Paso sigue en constante comunicación con los líderes de la ciudad y el condado para hacer frente a la afluencia de migrantes y también está transportando migrantes a las instalaciones del condado de El Paso cuando es operativamente factible”, dijeron funcionarios de la Patrulla Fronteriza en un comunicado.
El condado, mientras tanto, está buscando trasladar su Centro de Servicios de Apoyo a Migrantes a un edificio más grande que podría acomodar a más migrantes mientras esperan sus vuelos o autobuses para llegar a su próximo destino.
“Estamos anticipando que se levantará el Título 42”, dijo el lunes Irene Valenzuela, directora ejecutiva del Departamento de Servicios Comunitarios del condado, a los comisionados del condado de El Paso. “Queremos estar preparados para una mayor capacidad”.
El condado ha solicitado fondos adicionales a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias para trasladarse a un edificio de 17 000 pies cuadrados no lejos del aeropuerto - aproximadamente el doble del tamaño de su actual emplazamiento cercano, para el que el condado recibió más de 6 millones de dólares en financiación federal anticipada. La financiación actual solo mantiene las instalaciones abiertas hasta finales de diciembre.
El condado espera tener noticias de la FEMA sobre la financiación anticipada en las próximas semanas para el próximo trimestre, dijo Valenzuela a El Paso Matters, el miércoles.
El condado ha procesado alrededor de 15 880 migrantes desde el 10 de octubre, cuando abrió su centro, que recibe a los migrantes liberados de la custodia de la Patrulla Fronteriza y que tienen los fondos para viajar, organizando sus arreglos de vuelo o autobús.
Este artículo fue originalmente publicado en El Paso Matters.