18 de marzo 2022
La desesperación por no tener ingresos suficientes para pagar alimentación, vivienda y servicios básicos para su hijo de dos años, su esposa y sus tres hermanos con quienes se exilió en Costa Rica desde noviembre de 2021, motivaron al excarcelado político Francisco Narváez, de 23 años, a divulgar un video corto en el que “urge ayuda” para su sobrevivir en el territorio costarricense.
En entrevista con CONFIDENCIAL, Narváez relató que los cuatro meses de exilio que tiene en Costa Rica “han sido duros”, porque no tiene un permiso laboral, no ha podido conseguir un trabajo formal y “unos días comemos y otros no”.
“Es duro no tener para la comida. No tener para hacer los tres tiempos y no saber qué esperar para el otro día. Es difícil saber que debes la renta, el agua, la luz, que un día pueden sacarte por no pagar y que no podés volver con tu familia, a tu país, porque te persiguen”, lamentó.
El excarcelado político decidió exiliarse en Costa Rica, junto con cinco familiares, el 4 de noviembre de 2021, para huir del asedio policial al que constantemente era sometido, las requisas diarias que sufría al salir a trabajar y la amenaza de una nueva criminalización en el contexto de la ola de detenciones desatada por el régimen Ortega-Murillo entre mayo y noviembre de 2021, previo y posterior a las votaciones en las que se reeligió sin ningún tipo de competencia política para un cuarto mandato consecutivo.
“Antes de las elecciones el asedio policial incrementó en mi casa. La amenaza de que me podían volver a detener era peor, y ya habían capturado a varios en esos días, porque los policías que me requisaban cada vez que iba al trabajo empezaron a decirme: ´vas a ver, que te agarramos te agarramos, no vas a correr mucho”, denunció Narváez.
Los tres hermanos de 16, 19, y 22 años, con quienes se exilió Narváez también eran víctimas de asedio y requisas policiales en Nicaragua.
“Cualquier trabajo honesto es bienvenido”
El excarcelado político y sus familiares llegaron a territorio costarricense de forma “irregular”, por un punto ciego, y en las primeras semanas recibieron el apoyo en alimentación y vivienda de una organización sin fines de lucro que ayuda a migrantes. Sin embargo, indican, “eso ya terminó su período, era por un tiempo, y ahora nos tenemos que arreglar por nuestra cuenta y seguimos sin conseguir un trabajo fijo por no tener un permiso”.
Narváez tiene programada en junio de este año su cita con Migración de Costa Rica, en la que espera resolver su situación de solicitante de refugio y saber si le otorgarán algún permiso laboral. Mientras tanto, intentan sobrevivir con menos de 20 dólares que ganan, una o dos veces por semana, cortando mandarinas y naranjas.
“Todos queremos trabajar, cualquier trabajo honesto es bienvenido, eso le pedimos a la comunidad nicaragüense en Costa Rica, que nos apoyen con eso para poder sobrevivir en este país porque a Nicaragua no podemos regresar. Cualquier ayuda es bienvenida”, indicó el excarcelado político.
Francisco Narváez fue uno de los primeros encarcelados en el contexto de las protestas de 2018. En octubre de ese año fue detenido y señalado de intento de homicidio, tras participar en la toma de la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli) y en las protestas sociales realizadas en Managua. En total, pasó 14 meses encerrado en los penales de Masaya y Granada y fue excarcelado, bajo el régimen de convivencia familiar, en diciembre de 2019.
Dora Inés Chavarría, madre de Narváez, realizó huelga de hambre en demanda de la libertad de su hijo. En enero de 2022, ya con su hijo exiliado en Costa Rica, la mujer se unió -zurciendo sus labios- a la demanda de libertad inmediata para los más e 160 presos políticos que siguen en las cárceles del país.