La noche de este sábado 21 de marzo, tras una serie de operativos policiales y militares en diferentes puntos de país que iniciaron desde las 6 de la tarde, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció la medida más drástica de todas las que ha tomado para enfrentar la pandemia del COVID-19: una cuarentena general obligatoria de 30 días. Salvo un grupo de excepciones, a partir del anuncio dado en cadena nacional a partir de las 8:40 de la noche del sábado 21, "ya nadie podrá salir de la casa donde se encuentra, so pena de ser detenido".
Tras mostrar una serie de proyecciones de la cantidad de salvadoreños que pueden resultar infectados con el virus si este sigue la lógica que ha mostrado en otros países, Bukele dijo: "es la decisión más difícil que he tomado en mi vida, sé que les va a afectar y molestar a muchos”.
La cuarentena general y obligatoria implica mantener en encierro a toda la población de país durante un mes y da potestad a los cuerpos de seguridad para detener a aquellas personas que, a juicio de las autoridades, violen la restricción de movilidad que contempla un amplio grupo de excepciones que fue enlistada de manera somera. La Asamblea sesionará este domingo 22, pero aunque algunas voces critican el orden del proceso, las disposiciones están vigentes en la calle desde que terminó la cadena nacional.
El Faro tuvo acceso a un borrador del proyecto de decreto de cuarentena general que conocen y discuten diputados de la Asamblea, cuya iniciativa de ley es respaldada por el Ministerio de Salud. El decreto se llama "MEDIDAS DE RESTRICCION TEMPORAL DEL EJERCICIO DE LOS DERECHOS DE REUNIÓN Y LIBERTAD DE TRÁNSITO, A FIN DE CONTENER LA PANDEMIA COVID-19" y especifica quiénes son las personas que tendrán posibilidad de movilidad y cuál es el tiempo de duración de esta medida. En ese decreto, que puede tener cambios antes de llegar al pleno legislativo, la medida se propone por 15 días, y no 30 como dijo Bukele. La discusión de este decreto esta prevista para este domingo por la Asamblea.
El mandatario dijo que solo se permitirá la circulación de un miembro del grupo familiar para que compre artículos de consumo básico o medicinas. También están exentos de dicha cuarentena los empleados públicos que trabajen directamente en atender la pandemia, en áreas estratégicas como el servicio de agua potable, la generación de energía eléctrica, empleados del transporte público; o del sector privado que trabajen en bancos, restaurantes con servicio a domicilio o la distribución de alimentos. También hay una excepción a favor de los diputados, periodistas y empleados específicos del sector justicia. El decreto enuncia una larga serie de excepciones que también serán discutidas este domingo por los diputados.
Junto al anuncio del encierro obligatorio, el presidente mencionó otra medida que busca compensar y paliar los efectos de mantener en casa a cierta gente que podría entrar en crisis inmediata por falta de ingresos: prometió la entrega de $300 dólares a 1.5 millones de familias, "el 75% de la población". El mecanismo de entrega, dijo, aún está por definir. El bono que permitirá dicha acción costará 450 millones de dólares y su aprobación debe pasar por la Asamblea Legislativa este domingo 22 de marzo.
“Todos los hogares que consuman menos de 250 kilovatios (de energía eléctrica) van a recibir 300 dólares. Obviamente, los que reciban su salario no van a recibir nada (…) Esos hogares afectados van a recibir unos 300 dólares para comprar comida. Ahí van gente que vende ropa, que hace dibujos en los parques, artistas. En total, son 1.5 millones de hogares que representan el 75% de la población”, dijo en la cadena nacional de radio y televisión.
“Vamos a pasar por una tribulación y eso no lo podemos evitar. No se les pide mucho, se les pide que se queden en su casa. Ya va haber tiempo para reconstruir la economía”, dijo Bukele. Aunque no detalló el mecanismo de entrega de los $450 millones mensuales para el sector informal, el presidente dijo que esa cantidad era suficiente para construir unos cinco hospitales contra el coronavirus, pero que por el momento lo más importante es la prevención para evitar que el sistema de salud colapse, algo que el Gobierno prevé que ocurrirá si la tasa de multiplicación de la enfermedad sigue el ritmo que ha mostrado en otros países. Bukele explicó que asume que las consecuencias económicas serán enormes, pero defendió su decisión argumentando que lo prioritario es salvar vidas deteniendo la expansión de la pandemia.
Los anuncios del mandatario llegan un día después de que el gabinete ampliado de Salud confirmó el tercer caso de coronavirus en El Salvador. La decisión, dijo Bukele, pretende evitar que la enfermadad se propague al ritmo que lo hizo en China, Italia, Estados Unidos o España, países que reaccionaron de forma menos drástica que El Salvador. “Los que no estén en su casa ya no van a poder regresar durante los próximos 30 días”, dijo el mandatario.
A la par, en las sillas en la que suelen sentarse sus secretarios presidenciales durante las cadenas nacionales, estaban dos invitados que no son miembros del Gobierno: el embajador de los Estados Unidos, Ronald Johnson, y el multimillonario y expresidente de Arena, Roberto Murray Meza. Ambos hablaron durante la conferencia y dieron un mensaje de unidad y apoyo a las nuevas medidas anunciadas. “Estoy seguro que él no votó por nosotros en las pasadas elecciones”, dijo Bukele cuando le pasó la palabra a Murray Meza, el eterno candidato presidencial de Arena.
Meza, de más de 70 años de edad, es uno de los principales accionistas del grupo Agrisal, un conglemerado con millonarias inversiones en hoteles, centros comerciales, distribuidoras de vehículos e inversiones inmobiliarias. Presidió el Consejo Ejecutivo Nacional de Arena, el organismo rector de ese partido, durante el gobierno de Francisco Flores, en 2001, y desde fue considerado un potencial candidato presidencial del partido de derecha. Meza, hasta antes de la venta a multinacionales, heredó y dirigió la que durante mucho tiempo fue la única y principal fabrica de cervezas y bebidas del país: Industrias La Constancia. "Hemos estado trabajando de cerca con el presidente Bukele y le hemos ofrecido nuestro apoyo para sacar a este país adelante”, dijo Meza en su breve intervención.
El de Meza fue un espaldarazo del parte del sector privado a las medidas. Sin embargo, otro de los empresarios más influyentes y ricos del país, Ricardo Simán, reaccionó a los anuncios a través de su cuenta de Twitter. Escribió: "Lamento en esta crisis que el Pdte @nayibbukele no ha pedido el apoyo y colaboración del sector privado organizado, sector que siempre ha estado en primera línea trabajando por El Salvador; no son lo mismo los representativos que representantes. Lástima."
Luego de Meza, habló el embajador de Estados Unidos en El Salvador, quien reiteró su apoyo a las medidas de Bukele.
La abogada María Silvia Guillén, una voz respetada entre el gremio, reaccionó en Twitter antes de la cadena nacional, ante los operativos realizados por la PNC en el Centro de San Salvador, donde exigían a los vendedores y compradores desalojar las calles: "La restricción a la Libertad de Tránsito se aplicará según D.L.594 mediante resolución fundamentada, ordenada por el Órgano Ejecutivo en el ramo de Salud o la publicación del Decreto Ejecutivo correspondiente. Aún no leo ese decreto, ¿alguien lo conoce?". Guillén, aclaró en un tuit, no cuestionaba las medidas, sino el procedimiento de decisión.
El borrador de decreto para que estas medidas sean ley será discutido en la Asamblea en una plenaria extraordinaria que está prevista para este domingo. Al menos dos diputados de las dos bancadas más influyentes del pleno (Gana y Arena) confirmaron a El Faro que ya hay negociaciones avanzadas para aprobar lo anunciado este sábado.
Bukele ya había solicitado un paquete de deuda de $2,000 millones de dólares para enfrentar la crisis, fondos que finaciarían el bono prometido a las familias de menos recursos. Sin embargo, los detalles de esa repartición serán conocidos hasta este domingo.
La cuenta oficial de la Policía, institución que desplegó a casi 150 agentes solo en las 250 cuadras del Centro de San Salvador durante la tarde de este sábado, anunció que ya ejecuta lo anunciado. "La @PNCSV, ya vigila la ejecución de la cuarentena domiciliar durante estos 30 días, como parte del esfuerzo nacional por evitar el avance de la amenaza global del #COVID19SV con fe en Dios y el apoyo del pueblo salvadoreño saldremos adelante presidente @nayibbukele, confiemos", dice un tuit publicado por la cuenta oficial de la Policía tras finalizar la cadena nacional.
En su mensaje al país, Bukele admitió que podía haber errores de ejecución de las medidas, debido a la prisa por atender la emergencia, pero valoró que la rapidez de acción es más importante que los detalles que puedan salir mal, y prometió que al identificarlos se corregirían lo más rápido posible. De todos los países de Centroamérica, El Salvador es el que reporta menos casos confirmados de la enfermedad.
Las horas previas
El Salvador registra, hasta el momento, tres casos confirmados de coronavirus y ninguna muerte. El 18 de marzo de 2020, durante una cadena nacional de radio y televisión, el presidente Bukele confirmó el primer caso de coronavirus en el país. Se trató, según informó el mismo Bukele, de una persona que visitó Italia y de la cual se tienen registros migratorios de salida, pero no de ingreso al país. Se presume que entró por un punto ciego para evitar los controles. Dos días después, el 20 de marzo, el gabinete ampliado de Salud confirmó otros dos nuevos casos de coronavirus. En la cadena nacional de este sábado, Bukele dijo que se habían realizado 99 nuevas pruebas para detectar la enfermedad a personas con riesgo de contacto y tres a personas sospechosas. Todas resultaron negativas.
A las 10:13 de la mañana de este sábado, el presidente Bukele adelantó en Twitter que anunciaría medidas más drásticas por la noche. “Quienes están en los municipios costeros, que no residan en ellos, deben regresar inmediatamente a sus hogares, antes de que sea imposible regresar por las nuevas restricciones de movilidad que se aplicarán pronto. Lo mismo aplica para quienes van para la playa. Regresen (sic)”.
El tuit del presidente, más de diez horas antes del anuncio oficial, provocó la llegada de centenares de personas a mercados y centros comerciales para abastecerse de provisiones. En algunos comercios, las filas de gente se prolongaban por varios metros afuera de los comercios a la espera de entrar y poder comprar. Fotoperiodistas de El Faro recorrieron el Área Metropolitana de San Salvador y fueron testigos de cómo agentes de la Policía y del Ejército se encargaban de ordenar a los transeúntes que se retiraran a sus casas.
Apenas 12 minutos después de su primer tuit de la mañana del sábado, Bukele escribió otro mensaje que dejaba pocas dudas sobre la naturaleza de las nuevas medidas: “Todas las personas que estén lejos de sus hogares. Regresen a sus hogares. Pronto se impondrán nuevas restricciones de movimiento (Sic)”, escribió Bukele a las 10:25 de la mañana.
La escalada de medidas drásticas
El Salvador fue uno de los primeros países en América Latina en tomar medidas drásticas contra la propagación del coronavirus. Entre el siete y el diez de marzo, cuando aún no se reportaba ningún caso confirmado de coronavirus en el país, el Gobierno prohibió la entrada de pasajeros procedentes desde China, Corea del Sur, Italia, Irán, Francia, Alemania y España. Los nacionales, residentes y diplomáticos fueron obligados a cumplir una cuarentena de 30 días, algo que provocó reclamos de usuarios de redes sociales, pero que fue aplaudido por Carlos Garzón, representante en El Salvador de la Organización Panamericana para la Salud, quien ha sido invitado a las cadenas nacionales sobre este tema.
El 13 de marzo de 2020, el Gobierno desplegó el Ejército en los puntos ciegos de la frontera, declaró alerta roja por la pandemia y pidió a los diputados la aprobación de dos decretos: uno de emergencia nacional y otro de estado de excepción. Un día después, el 14 de marzo, los diputados aprobaron el estado de excepción, que limita la circulación en lugares afectados por el coronavirus, prohíbe y suspende las reuniones y eventos públicos, restringe el ingreso de personas al país y la circulación en lugares determinados por el Gobierno. Además, obliga a los ciudadanos a recibir tratamiento cuando se detecten los síntomas de la enfermedad. El decreto también prohíbe las salidas del país.
El 18 de marzo de 2020, el Gobierno confirmó el primer caso de coronavirus. En las horas previas y posteriores a este anuncio, la administración Bukele ordenó el cierre de servicio de mesa en los restaurantes, comedores y pupuserías, los cuales pueden operar solo bajo la modalidad “para llevar”. También se suspendieron las consultas odontólogicas y se ordenó el cierre de centros comerciales, con excepción de los bancos, farmacias y supermercados. Desde la confirmación del primer caso de coronavirus, el aeropuerto internacional está cerrado por un plazo de 15 días y solo se permite el ingreso de aeronaves con carga o ayuda humanitaria.
*Con reportes de Roxana Lazo
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