7 de marzo 2022
El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo intentó ocultar el impacto de la pandemia de la covid-19 en Nicaragua durante los últimos dos años, pero “no se puede tapar el sol con un dedo, la verdad siempre sale a la luz”, dijo el epidemiólogo nicaragüense Álvaro Ramírez.
Desde el 18 de marzo de 2020, cuando el Ministerio de Salud (MINSA) reportó el primer caso de coronavirus, las autoridades han admitido solo 218 decesos mientras la población ha hecho esfuerzos enormes para enfrentar una enfermedad en medio del negacionismo oficial y el intento de ocultamiento de datos.
Ramírez, quien fue director de epidemiología del MINSA en los años 90, analizó la sobremortalidad registrada en el país durante 2020 y 2021, causadas por enfermedades como diabetes, neumonía, problemas cardíacos e hipertensión, a lo que se refirió ampliamente este domingo en el programa televisivo Esta Semana.
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La conclusión técnica es que 14 853 personas fallecieron producto de la pandemia, lo que se explica en un aumento de las muertes por las enfermedades mencionadas si se comparan las cifras con 2018 y 2019, “lo cual representa que la mortalidad subió un 40%”.
“Si nosotros tomamos solo esas cuatro categorías de problemas médicos subyacentes asociados a incrementar la mortalidad por covid-19, o que la covid-19 va a incrementar mortalidad en esos problemas, tenemos un total de 14 853 muertes atribuibles al problema del covid-19, que aumentaron entre 2020 y 2021, comparados con 2018 y 2019, lo cual representa que la mortalidad subió un 40%”, explicó.
El hallazgo coincide con una investigación de CONFIDENCIAL que denuncia que la sobremortalidad alcanza 14 815 casos, divididos en 6 756 durante 2020 y 8 058 en el año siguiente. Una conclusión que respalda el planteamiento de que Nicaragua es el segundo país del mundo con subregistro, según el cálculo del investigador israelí Ariel Karlinsky, sólo superado por Tajikistan.
78.6 % más muertes por neumonía
Ramírez precisó que en el caso de los decesos por neumonía entre 2018 y 2019 fueron un total de 1105, mientras que entre 2020 y 2021 subieron a 5174 muertos, representando un incremento de 78.6% en la mortalidad ocasionada por la complicación número uno de covid-19.
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Otra mortalidad que incrementó, según el experto, fue la hipertensión, que en entre 2018 y 2019 registró 1992 muertes. En 2020-2021 fueron 3987 decesos. El aumento fue del 50%.
“Se duplicaron las muertes por hipertensión; lo mismo sucedió en los decesos por problemas cardíacos, subieron un 46%; y por diabetes también aumentó en 42%”, detalló.
El exdirector de epidemiología del MINSA, comentó que el costo de todo este ocultamiento gubernamental precisamente, es “haber dejado al pueblo en el desamparo, la gente tuvo que ajustarse a las posibilidades, los entierros exprés, y todo el mal manejo de la pandemia”.
OMS no puede obligar rendición de cuentas
El experto asegura que, además de fallarle al pueblo de Nicaragua, el Gobierno incluso está incumpliendo de forma “consciente y consecutiva a los reglamentos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al Reglamento Sanitario Internacional”, señalando que el país es el único de las Américas, de más de un millón de habitantes, que no tiene reportes de pruebas de PCR.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) en varias ocasiones también se ha quejado de la falta de elementos para valorar cuál es el estado de la pandemia en Nicaragua, ya que no han recibido información desagregada, pese a que han solicitado a través del Reglamento Sanitario Internacional.
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Nicaragua suscribió el Reglamento Médico Sanitario Internacional en 2007. Sin embargo, este no contempla mecanismos que garanticen vigilancia y cumplimiento de los países.
“El Reglamento de alguna manera es obsoleto, porque no permite medir el incumplimiento de las obligaciones de cada país de cara al compromiso con la comunidad internacional; entonces, eso no te deja bases legales para poder solicitar una auditoría sobre Nicaragua; y la OPS y la OMS no tienen la capacidad de ir a auditar, excepto que haya una declaración de derechos humanos”, explicó Ramírez.
Las secuelas de la covid-19 en Nicaragua
Para el especialista, parte de las secuelas para Nicaragua, tras estos dos años de mal manejo de la pandemia, van a ser “un mayor número de población en riesgo de complicaciones por covid-19, va a estar vulnerable a terminar en cuidados intensivos y a morir por covid-19, así como una mayor la mortalidad”.
Señaló que “si la cobertura de vacunación no es alta y la infestación de ómicron no fue lo alta suficiente, entonces van a haber grupos de personas vulnerables, con enfermedades subyacentes, que puede ser la diabetes, el sobrepeso, los problemas cardíacos, los problemas pulmonares crónicos, que van a complicarse cada año que vengan brotes de covid-19”.
Las perspectivas a futuro del impacto de esta enfermedad, explica, están a dos niveles diferentes: el primero en las secuelas post covid de la gente que estuvo enferma y hospitalizada, que no tiene ningún tipo de protección seguridad social por incapacidad generada por el virus, y, por otro lado, “la infección aguda del covid-19, que ahora con el último brote, producido por la variante ómicron, pues ya presentó síntomas más leves, y que se espera que la inmunidad sea menor, pues ya el mundo entero está empezando a relajar las medidas”.