27 de septiembre 2022
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El presidente ejecutivo del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), Dante Mossi, negó que la decisión de la Asamblea de Gobernadores, reunida en Mérida, Yucatán (México), la semana pasada, de rechazar la capitalización del Banco, haya sido un voto de desconfianza en su contra, asegurando que el plan solo se pospuso, a la espera de discutirlo en el futuro.
Cuando la Asamblea conoció el informe “hubo mucho debate: los países preguntaron ¿cuál es la estrategia? ¿De dónde se va a sacar esa plata nueva, y para qué la vamos a utilizar? Son preguntas que cualquiera al que se le pide que aporte mayor capital, haría. La resolución de la Asamblea General, la que me pareció bastante constructiva… decidió manifestar su interés en capitalizar el Banco, y nos pidió más información, y regresar con una propuesta que respondiera estos requerimientos adicionales que los socios nos hicieron”, dijo el banquero.
Su admisión coincide con lo que relataron a CONFIDENCIAL dos fuentes que conocen de cerca lo que pasa dentro del Banco, explicando que al conocer los detalles, varios países presentaron objeciones porque la propuesta estaba tan incompleta, que fue considerada “poco seria” y hasta “vergonzosa”.
Mossi esperaba que los países miembros aceptaran su propuesta de ampliar la capitalización del Banco, que en este momento es (nominalmente, porque no todos los países han terminado de pagar sus cuotas), de 7000 millones de dólares, y pasarla a 10 000 millones, lo que permitiría ampliar los montos disponibles para aprobar nuevos créditos.
Si los países socios hubieran aprobado la capitalización, eso habría mejorado -y consolidado- la calificación de riesgo de la entidad, establecida en doble A.
Mossi desvirtuó las expresiones de quienes señalan que, ante el rechazo a su propuesta, él debería elegir una salida honorable y renunciar, respondiendo que “todos tienen derecho a una opinión, pero la mía no es esa”.
No más dinero para Nicaragua
Las fuentes consultadas aseguran que decir “no” a Mossi, es una forma de impedir que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo consiga más fondos del BCIE, porque ‘a mayor capitalización, más acceso a recursos’. El presidente ejecutivo del Banco dijo que en este momento, los países fundadores tienen acceso a 600 millones de dólares al año, pero si se amplía la capitalización, el monto sería de 1000 millones anuales por país.
Consciente de eso “Nicaragua adelantó un pago de capital [para avanzar en completar su cuota de la octava capitalización decidida en 2020, que hará que el Banco pase de 5000 millones, a 7000 millones], y eso aumenta las disponibilidades a su favor”, explicó.
Aunque como banquero, Mossi esperaba poder administrar una entidad cuya capitalización ascendiera a 10 000 millones de dólares, “para ser un Banco mucho más grande y mucho más fuerte”, hubo socios -la mayoría de ellos, tanto centroamericanos como de otras regiones- que no se mostraron convencidos con esa propuesta.
Al admitir que hubo dudas de parte de los socios fundadores, (en referencia a los países de Centroamérica, que son los que utilizan la mayor parte de estos recursos), el ejecutivo reconoció que hay otros países “como Corea, Taiwán, España, que son países netamente donantes, y tienen otras preguntas”.
“¿Estoy contento con el resultado? Yo esperaba una aprobación de esta propuesta, pero nos pidieron más información, y volver otra vez a la Asamblea, que podría ser dentro de un año, aunque también podría ser antes, en una reunión extraordinaria “si nosotros completamos los informes que han solicitado”., para buscar la ampliación en los próximos meses.
Al final, decidió ver el lado positivo, al declarar que “nos sentimos contentos de que haya interés y voluntad de capitalizar este Banco para incrementar el nivel de apoyo” que permita cubrir las necesidades de los países. Por lo pronto, lo que sigue es completar la información que pidieron los gobernadores, “para buscar la ampliación en los próximos meses”.
Nuevos proyectos para Nicaragua
En este momento, “Nicaragua tiene la cartera más grande de Centroamérica, y se sigue ejecutando muy bien”, pero “no hay inversiones nuevas para este año”, dijo el banquero, detallando que la última operación aprobada y en ejecución, fueron los 200 millones de dólares que recibió el país (igual que el resto del istmo), para atender el gasto de emergencia que representa el alza en el precio de los combustibles.
Al respecto, señaló que no ha habido nuevas aprobaciones para Nicaragua, excepto el préstamo para ampliar y mejorar carreteras, detallando que espera poder inaugurar el puente más largo del país, que se construye en la Mosquitia nicaragüense. “Haber adelantado el pago de capitalización, aumentó la disponibilidad de recursos para el país”, para construir puentes, carreteras, sistemas de agua potable, o sanear el lago de Managua. “La cartera de Nicaragua es la más grande en cuanto al número de proyectos”, reiteró.
Adicionalmente, “estamos iniciando los trabajos para explorar un proyecto de renovación del puerto de Bluefields, pero esto buscaríamos cómo financiarlo, quizás bajo la modalidad de fideicomiso. Todavía no sabemos. Este es un instrumento financiero que no generaría deuda pública para Nicaragua, y permitiría desarrollar su puerto en el Caribe”, aunque eso ya no sería para este año.
Consultado por CONFIDENCIAL, Mossi explicó que este mecanismo permite financiar infraestructuras con elementos no soberanos, o sea, que no tendrían que ser respaldados por el Tesoro de la República, porque la certeza de su pago se basa en la expectativa de las ganancias futuras del proyecto.
“Al ser un puerto, genera un flujo a futuro que puede servir de garantía para un préstamo para construir esa obra”, dijo revelando que el Banco financió una planta de generación geotérmica en Costa Rica, usando un esquema de arrendamiento. “El Banco es suficientemente flexible para adaptarse a las condiciones de mercado”, lo que permite financiar, sin aumentar el endeudamiento de los países, complementó.
